Las dos horas de viaje que siguieron luego de aquel secreto develado ante los ojos y oídos de Alicia, fueron por demás, las más largas que había vivido hasta ahora. Lo que no podía sacar de su mente era, ¿como miraría a los ojos a aquel joven que de seguro estaría esperando frente a su puerta? O en el umbral del patio lateral donde su madre tantas veces lo había presentido. Ya todo cerraba en los pensamientos de Alicia. ¡Otis! Había escuchado muchas veces que los animales, por ser seres sumamente inocentes, mantenían un nexo entre ambos mundos. Pero jamás pensó que eso fuera cierto. Hasta ahora... solo bastaba cerrar sus ojos y respirar tan profundo que, al salir de su cuerpo el aliento, le diera algo de tranquilidad.
A las seis de la tarde, el micro llega a la terminal de Lago Escondido. Y de allí decide caminar hasta llegar a su casa. Aunque dentro suyo sabía muy bien que le esperaba, prefería mantener un poco más la ilusión de que Salvador y ella tenían un futuro. ¡Si! Para desgracia de Alicia su corazón ya había empezado a latir por él con un atisbo de amor.
Llegando a la vuelta de la esquina, escucha un ladrido cargado de emoción por el solo hecho de haber olfateado su presencia. Y allí a sancadas venía corriendo a darla la bienvenida, su amigo fiel, Otis.
Frente a él se pone en cuclillas y lo abraza mientras el can movía incansablemente su cola en señal de una total felicidad..-¡Otis! Corazón.. ¿me extrañaste? - y mientras lo acariciaba lo observaba con el pecho lleno de cariño y dolor - ¿Como es posible? Salvador, ¿ donde esta?-
En ese momento, el can salió corriendo al interior del bosque lateral de la casa y Alicia sin dudarlo por un segundo, lo siguió. En medio de ese bosquejo, había una casita abandonada, pero Alicia por ninguna razón, sintió miedo. Sabía que en su interior encontraría el resto de las respuestas que necesitaba escuchar. Y sentado allí, estaba Salvador. Su rostro mostraba algo de miedo y arrepentimiento, pero sus ojos se iluminaron al verla allí parada frente a él.
Parado en un peldaño de la escalera de la casa observaba, al parecer, con nostalgia hacia el bosque.
Alicia quedo allí sin saber como encarar aquella charla, que era ya, inevitable.- ¿Salvador?- murmuró mientras se acercaba al joven- ¡Salvador! Debemos hablar.-
-Si tan solo supiera por donde empezar, Alicia, lo haría.-
-¿ Por qué a mí? ¿ Por qué me elegiste para... volver?-
-No fue intencional.- explica mientras gira la mirada directamente a los ojos de Alicia- No supe que podrías notar mi presencia hasta que tu mirada se poso en la mía. Durante años, no sabía que pertenecía a este plano, este mundo entre vida y.. muerte. Solo recordaba vagamente que una noche partí de aquí con Otis, y luego, la nada misma.-
Mientras Salvador comienza a contar su increíble, pero no menos escalofriante, experiencia a Alicia, sus ojos denotan aflicción y dolor en sus palabras. Alicia, ya no teme y al contrario va sintiendo una especie de dolor y pena por lo escuchado;
- Comencé a caminar sin entender que pasaba. Pensé por un momento que el golpe del accidente me había vuelto algo loco.- a medida que va recordando todo aquello, su respiración se entrecorta- Había visto mi cuerpo, Alicia. Pero creí que era un sueño, y solo comencé a caminar con la ilusión de despertar. Pero eso, jamás pasó.- llora y cae casi de rodillas frente a la joven.
Alicia puede sentir el dolor y toma sus manos mientras se arrodilla junto a él.
-¡Estoy acá, Salvador! No entenderías...-
-¡No! Vos no entendes lo que es esto para mi. Cada día, ver a mi mamá, destrozada por el dolor y no poder abrazarla y decirle "¡Acá estoy mamá!". Observar a mi papá hacer mil cosas para sacarla de ese sufrimiento, sin tener éxito. Y cada vez, que ella miraba hacia el bosque, yo soñaba que me miraba y que ambos sentíamos el estar juntos. Pero eso, tampoco pasaría.-
-¡Si te dijera que ella si te sentía? ¿Eso mermaria tu dolor?-
- Y, ¿como podes saber eso?-
-Por qué ella misma me lo dijo.-
Salvador, quedó casi estupefacto al escuchar esas palabras.
- Pero, ¿como?, ¿ cuando?-
- Fui a su casa. Donde ahora ella vive. Lo siento. Tenía que saber, necesitaba saber.-
- Cuando la veía en la ventana llorar, mi dolor se hacía más duro. Y un día, decidí no volver a la casa. Jamás supe que se habían ido. Yo solo deambulaba por el pueblo. Otis jamás pudo irse de mi lado. Él se quedó como un fiel guardián.. Hasta hace un tiempo, observe que la gente si podía verlo. Y fue ahí, dónde pensé que quizá él sí podría acercarse a mí mamá y de alguna forma hacerle saber, que yo aún seguía acompañándola.
Pero ese día, cuando en el bosque vi que Otis te encontró, los seguí y llegué a tu puerta. Algo me impulso a tocar y al abrir, allí estabas, mirándome directo a los ojos.--El chico raro.-recordó con una leve sonrisa Alicia.
-Si. El chico raro. Ese mismo que buscaba a su familia y encontró a alguien que si podía ver más allá de lo que nadie había podido en años y años de penumbras. Te juro, Alicia, que jamás fue mi intención lastimarte. Pero aún me pregunto cómo fue posible...-
Alicia seca sus lágrimas y empieza a explicarle el por qué de todo lo que los había llevado hasta este momento.
-Osea que, ¿no soy la primera persona que logras ver en este plano?-
-¡No! Pero si sos la primera persona que me hace sentir que no fue en vano todo lo que sentí y sufrí de chica.-
Y sin más, solo mirándose fijamente, ambos quedaron en silencio. Quizá tratando de entender que aveces la vida es tan misteriosa que no tiene una explicación lógica. O simplemente solo se quedaron alli, intentando entenderse mutuamente...
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"La chica de la colina"
Short StoryUna muchacha tranquila, introvertida. Con un secreto que la marca desde niña. sus decisiones la llevan a quedar parada frente a dos realidades, una existente y la otra, quizá solamente dentro de su cabeza! Una vida llena de misterio y dolor. Un amor...