Capitulo 1 -Alicia-

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Alicia es una joven introvertida. Desde que era niña sus compañeros de escuela la veían como el bicho raro. Pocos se acercaban a ella. Solo era capaz de tener una charla fluida con dos o tres compañeros. Ya que el resto se alejaba por considerarla rara. Su don y su maldicion; tener una comunicación con seres que ya no están entre nosotros. Ya sea en sueños, o simplemete notando esas presencias en lugares donde el resto de la gente no tenía ni idea de lo que pasaba, solo que algo raro había.
A la edad de dieciocho años, su única familia, su tía con quien vivió desde los cinco años, fallece a causa de un accidente. Al igual que sus padres cuando ella era apenas una niñita. La soledad de su alma la hizo más lúgubre aún. Mudándose a una pequeña casa en una colina del sur de Argentina.. Una casa que había heredado de sus padres. Desidió irse ya que en la cuidad era, para ella, insostenible vivir. Sus vecinos comenzaron a llamarla "Bruja". Se contactó con el abogado de su tía. Quien tenía los papeles correspondientes para entregarle por su mayoría de edad los títulos de propiedad.
Así que, vendió la casa de su tía y con muy poco se fue al Sur.

La casa de la colina era perfecta para apaciguar todo lo que habitaba dentro de ella. Pensó que quizá con la paz que la rodeaba, podría vivir una vida normal. Cosa a la cual no estaba muy acostumbrada. La soledad era su única y más fiel compañera. En las noches solo disfrutaba de escuchar música y quizá, sin que nadie la viese, hasta se aventuraba a bailar.. así manejaba su ansiedad. Restauró un poco las paredes. Pintandolas de un color alegre. También cambio cortinas y alfombras. Quería que esa casa fuera un nuevo comienzo. Y para un nuevo comienzo necesitaba cambiar algunos hábitos también. Armo una huerta con varios vegetales y compró algunas gallinas. Aunque debería buscar algún empleo para sustentarse, el dinero que poseía la ayudaría un tiempo. Solamente quería tener una vaga etapa de tranquilidad. Pasaron dos semanas de su llegada y sin sobresalto alguno, sintió que por fin podría tener una vida plena.

En las noches estaba tan cansada que solo tomaba una copa de vino y se recostaba en su cama rogando no soñar. Todo marchaba bien.
Los días fluían con normalidad.
"Lago escondido" es el pueblo perfecto para no tener esos altibajos emocionales a los que se había acostumbrado a vivir..

Una tarde de sábado lluvioso, bastante frío por cierto, no era lo ideal para ir al pueblo a comprar provisiones.. así que decidió llamar para pedirlas. Le confirman el pedido diciéndole que tardarían alrededor de tres horas en llevárselo.
La tormenta hace que se corte la corriente eléctrica obligándola a prender velas por toda la vieja casa..

" Solo esto me faltaba"
Exclamó algo angustiada.
Preparo un café caliente y se sentó en su sillón frente al ventanal que daba al parque frontal de la casa. De allí vería si llegaba el repartidor.
El silencio, la oscuridad y la tormenta de pronto se convirtieron en los peores enemigos de Alicia. Haciendo que sus instintos comenzaran a aflorar, nuevamente.
Un fuerte golpe se escuchó desde la cocina y al dirigirse a la misma, entre la cruda oscuridad solo puede advertir que la puerta trasera se encontraba abierta golpeando con fuerza debido al viento.
La cierra y automáticamente las lucen vuelven a funcionar de manera intermitente, haciendo que Alicia entre en estado de alerta..

"¡Otra vez no!"

El viento de la tormenta hacía más tétrico el panorama y las luces no cesaban de parpadear. Alicia cierra sus ojos con fuerza y se tapa los oídos mientras cantaba casi a gritos una canción. Hasta no poder más solamente puede gritar;

"¡Ya basta!"

Y como por arte de magia la luz vuelve a la normalidad y la tormenta cesó. Sabiendo que su pasado quizá no había desaparecido aún estando lejos, respira y con algo de incertidumbre se dirige a su habitación para intentar dormir.

En medio de la noche se encuentra caminando en el patio trasero de la casa. Los vestigios de la tormenta dejaron charcos en el pasto, los cuales al pisarlos, no logra sentir el frío. Solamente la luz de la Luna entre nubarrones la iluminaban.

Alicia, Alicia ayúdame!"

Esa voz interrumpió su caminata. Pero al mirar en varias direcciones no logra ver a nadie..

"¡No! Otra vez no."

Comienza a correr al interior de la casa pero sus pies no parecen llegar. En su desesperación frena y se tapa los ojos. Esa voz desde atrás suyo;

"Alicia"

Despierta agitada y sudorosa.
Las luces estaban prendidas y la tormenta había cesado.
En ese momento supo que su pasado estaba más presente aún.

En la mañana siguiente, algo desorientada y con el cansancio en el rostro, mientras desayuna su café, golpean la puerta. El joven del mercado estaba allí parado con sus provisiones. Toma las bolsas y entra a la cocina. Pero alguien vuelve a golpear la puerta.

- ¿Te has olvidado de algo?-

Pregunta dirigiéndose nuevamente a la puerta. Pero para su sorpresa no era el joven del mercado sino un muchacho algo más grande que ella. Alto de cabello negro y de ojos azules muy penetrantes.

-¿Puedo ayudarte?-

El muchacho solo se quedó observandola detenidamente.
Esto asustó a Alicia cerrando la puerta en su cara. Vuelve a golpear la puerta. Ella dubitativa abre lentamente, pero el ya no estaba. Cierra la puerta y le pone el pasador para asegurarse que nadie pueda ingresar.

-¡Lo que me faltaba! Un loco suelto.-

Solo dejo el acontecimiento sin más y luego de acomodar todo, salió a caminar. Después de la terrible noche que había pasado y el "loco" de la puerta solo quería caminar para bajar la ansiedad.

Con sus auriculares puestos y nada más que sus ganas de vivir disfrutaba de la caminata por los bosquejos del pueblo.
Un perro blanco, muy grande aparece haciéndole fiesta. Miro hacia varios lados pensando que sus dueños estarían cerca, pero el perro definitivamente estaba solo.

-¡Hey! ¿Estas perdido precioso?-

Lo acarició mientras el perro se dejaba dar cariño. Y pensó que si estaba perdido, ella podría conservarlo hasta que sus dueños aparecieran. Lo llevo con ella a su casa y el animal como si ya conociera el lugar, se acostó en el sillón de la sala. Estaba muy pacífico y cómodo.

- Ok. Parece que ya te has adaptado. ¿Tienes nombre? - mientras veía una placa en el collar del perro- ¡Otis!. Bello nombre.-

La idea de tener un compañero le agradó aunque en un futuro tuviese que marcharse con su familia.

- Bien Otis, buscaremos a tus dueños.-

Cocino para ella y también para su nuevo amigo.. luego tomó una copa de vino y se acomodó a leer un poco en la sala.
La noche transcurrió sin problemas. Ella en su cama plácidamente dormida, mientras Otis, de manera sigilosa, sin hacer ningún tipo de ruido se acomodó en la pequeña alfombra a su lado..
Parecía estar todo en orden y ahora con un compañero, Alicia comenzó a sentirse más animada y con menos ansiedad..

"La chica de la colina"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora