Capitulo 2 -Otis-

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Hey! Buenos días Otis."

Saludó Alicia a su compañero perruno. Él seguía con aires de conocer a la perfección cada rincón de la vieja casa. Se movilizaba con total libertad. El gran animal blanco le daba cierta seguridad a la joven. Y luego de desayunar lo saca a pasear por los alrededores con la esperanza de encontrar a sus dueños.
Al medida que caminaban serenamente, él fiel a su lado como si fuera de su propiedad desde el comienzo, ella acariciaba de tanto en tanto su cabeza y le hablaba como si supiera que la entendia;

"¿De donde habrás venido bonito? Ojalá encontremos a tus dueños así volverás a tu casa con tu familia. Aunque... me parece que voy a sentirme sola sin vos."

Cuando se detuvieron en la orilla del lago, Alicia se sentó a disfrutar de la vista, el can al cabo de unos minutos salió corriendo al interior del bosque. La joven al advertir esto corrió tras el perro. Pero no lo encontraba. Empezó a desesperarse pensando que ya no lo volvería a ver..

"Otis"- gritó incansablemente.

Luego de quince minutos aproximadamente lo ve venir trotando en dirección hacia ella.

Hey, no vuelvas a desaparecer así cariño!"

Lo abrazó y pudo ver que el animal deja caer de su boca un pelota pequeña.

"¿Y esto?"

Comienza a mirar en varias direcciones en busca de alguien. Pero nadie aparece.. le pareció raro que Otis trajera una pelota, pero pensó que talvez algún niño la habría perdido por ahí. Hicieron unos pasos y ve de frente al mismo muchacho que había golpeado a su puerta. Algo asustada, Alicia se frena de golpe y se queda observándolo sin mediar palabra alguna. Ve que Otis se muestra amistoso con el joven y eso la lleva a preguntarle tímidamente;

-¿Es tuyo?-

El joven queda sin decir nada por unos minutos mientras agachado parece disfrutar de la fiesta que el perro le hace. Se pone de pie y responde;

-¡No! Pero es muy amigable. Perdón. - acercándose con la mano extendida -Soy Salvador-

Alicia lo mira detenidamente y con algo de insertidumbre;

-Alicia. Pero, vos, ¿estuviste en mi casa la otra tarde?-

-Si. Disculpa. No quise asustarte. Es que creí que era la casa de alguien más.-

-Lo siento. Pero te equivocaste seguramente. Esa casa era de mis padres y ahora es mía.-

-¡Oh!. Seguramente estoy confundido.-

Explico el joven.
Alicia se despide al irse y llama a Otis para retirarse. Pero el perro se queda sentado junto a Salvador, sin moverse.

-Otis vamos.-

Insiste pero Otis, solo observa a Salvador, quien acariciando su cabeza le ordena;

- ¡Ve amigo!. Ve con Alicia.-

En ese momento el blanco animal se dirige al lado de la joven acatando la orden del desconocido, y Alicia vuelve a preguntarle si es suyo a lo que Salvador vuelve a negarlo.

Se despide y se marcha a su casa con su amigo canino. Pero sin entender bien lo que había sucedido.

Pasaron algunos días de ello y Alicia nota que en las noches, Otis se sienta frente al ventanal observando la entrada, como quien espera a alguien. A lo que asume que debe extrañar a sus dueños y piensa que al día siguiente sería lógico salir con él en busca de su familia.

Para que no vuelva a pasar lo de la última caminata por el bosque, deside ir a una tienda de animales a comprar una correa. Estando allí pregunta si lo conocen;

- No lo había visto antes por aquí.- explicó el dueño de la tienda - Pero puedes poner un anuncio. Quizá alguien lo reconozca y lo busque.

-Si. Creo que sería lo mejor.- asintió Alicia.

Caminando por el pueblo se cruzaron a varias personas pero nadie lo reconocía.. Una señora de unos cuarenta y tantos años llama la atención de la joven al acercarse a Otis. Mientras lo acaricia tiernamente lo observa detenidamente.

- ¿Otis? ¡No puede ser!-

- ¡Hola! ¿Es suyo? - Pregunto Alicia - Hace días lo encontré vagando por el bosque pero..

- ¡No puede ser! - insisto a la mujer- Es imposible.

Confundida se marcha mirando a Alicia de arriba a abajo. Lo cual hizo que comenzara a sentir que algo no andaba bien..
Al llegar a su casa, Salvador se encontraba sentado en el peldaño de su entrada. Cosa que a la joven, más allá de asustarla, le llamo la atención.

-¿Que haces aquí?-

- ¡Hola! Disculpa. Es que me he quedado pensando que las dos veces que nos vimos, no fui suficientemente educado.-

Alicia se acerca mientras Otis nuevamente festeja a saltos y moviendo su cola al visitante.

- ¿Puedo ayudarte en algo?-

- No lo aún. Llegue hace unas semanas al pueblo y aún no encuentro a quienes busco. Pero..estoy seguro que vivían aquí.-

La joven, algo dubitativa, luego de unos minutos lo invita a entrar. Le ofrece una taza de café y comienza a preguntarle por las personas que busca. A lo que el extraño joven no deja muy en claro el paradero de los mismos.

- Hace varios años conocí a quienes vivían acá. Yo... solo partí y pensé que al regresar los encontraría. Pero, estoy algo confundido.

Alicia escuchaba con atención tratando de recordar en que año, sus padres, habían comprado la propiedad.

- Quizás sus antiguos dueños son a quienes buscas. Pero... mis padres compraron esta casa antes de que yo naciera . Dudo mucho que hablemos de las mismas personas..

Salvador parecía realmente confundido pero denotaba algo extraño en su mirada y de más esta decir que algo ocultaba o mejor dicho, intentaba disfrazar la verdad.
De alguna forma, la charla llevo un largo tiempo. Ni Alicia indagó más ni Salvador dio más explicaciones. Solo le contaba como era el pueblo cuando el vivía allí.

- Recuerdo que el lago era muy concurrido. Pero ahora se ve mucho mejor, así, solitario.

- Yo hace solo unas semanas que vivo acá y la verdad que es todo lo que necesitaba para, sentirme viva.

Las palabras de Alicia sonaron como una luz de esperanza en la cabeza de Salvador. Sintió que ella le daba sentido a su búsqueda. Y que más allá de su confusión, acercarse a la joven, sería para él un gran alivio.

Al cabo de unas dos horas el joven decide despedirse diciéndole a Alicia que él estaría en los alrededores y que si ella necesitaba algo, contará con su ayuda.

- Si necesitas ayuda con la casa, conta conmigo. Se mucho de mantenimiento y algo queda en mi memoria de las épocas en que ayudaba a mi padre con el parque. Aparte disfrute mucho de la compañía y sobretodo este amiguito ( acariciando a Otis) me cae muy bien. "Hey peludito, cuidala" .

Alicia fue invadida por una enorme paz luego de la visita de su nuevo amigo. Ya no se sintió tan sola. Luego de la charla solo cocino algo para ella y Otis quien nuevamente debió acatar la orden del extraño invitado al quedarse junto a su nueva ama.

La joven quedó pensativa respecto a lo que habían hablado.. y algo no le quedaba claro, como podía ser que buscara a los antiguos dueños, si Salvador parecía no tener más de veintidos años? Cuando sus padres habían comprado esa casa hacía mas tiempo..
Pero tanto pensamiento hizo que el sueño se apoderara de ella y quedara dormida en el sillón de la sala y obviamente con su guardián a sus pies como quien cuida lo más preciado de su ser...

"La chica de la colina"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora