Capítulo 8

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A medida que vamos bajando las escaleras, la gente nos va mirándo incrédula y con la boca abierta, pero sé que nadie se atreverá a preguntarme nada, soy Elizabeth Carter joder, ¿Tan raro es que ande de la mano de un chico atractivo y guapo?. Llegamos a la calle y veo que tenía razón y que no estaba bromeando acerca de mi coche, qué hombre más... Especial, esa es la palabra, me quedo ahí quieta viéndole maniobrar, también noto que las lagartas de mi empresa lo devoran vivo, la verdad es que es muy guapo, sólo me limito a mirarle seria y a seguirle con la mirada. Por fin llega su coche, su ferrari, su diamante, su tesoro, sé que lo llama así porque lo dijo el día del accidente. Se acerca a mí y dice:

- Te presento oficialmente a "diamante"- dice él con una amplia sonrisa. Yo ni me inmuto, sigo con mi gesto serio. Me voy acercando al coche.

- ¿Es un Ferrari F430 verdad?- el asiente- y rojo, mi color favorito. - el sigue asintiendo mientras me mira fijamente.

-¿ Sabes diamante? Le caes mal a una amiguita que yo conozco y a la que "chocaste por detrás"- Shane se ríe y pone cara de inocente, nos quedamos mirándonod un buen rato, cuando llegan los paparazzis, empiezan a hacer fotos, y los flashes llenan el lugar. Empiezana sonar frases como: ¿Crees que Norton saldrá a flote? ¿Eres lesbiana? ¿Vuestra fusión se debe a algo más que una relación profesional?. Entre tanto Shane corre y me abre la puerta, yo me meto rápidamente en el coche y después el hace lo mismo. Arranca y acelera, rápidamente desaparecemos de ahí y nos sumergimos en el trafico de Nueva York, estoy muy nerviosa, le miro y el tiene los ojos clavados en la carretera, cuando se inclina a mirarme yo pongo mi vista en la carretera, nadie se atreve a decirle nada al otro, paso de romper el hielo, el Titanic lo hizo y acabó hundido. Pasan así minutos.

- En realidad no sabía que fueses a aceptar, me lo tomé como un reto personal.- le miro, no hablo, el sol se está yendo y le justo en el pelo, que lo hace más hermoso. Hacemos un trayecto, más o menos largo y yo ya me estoy estresando, de pronto veo a un grupo de personas aparentemente muy alegres.

- ¿A dónde me llevas?- consigo preguntar sin sacar los ojos de la ventanilla, parece gente latina.

- Es una sorpresa.- me dice, aparca y se baja, viene corriendo hacia mi puerta y me la abre, esbozo una fría sonrisa, me lo merezco, soy una dama, es lo mínimo que podría hacer, la gente va vestida de un modo sencillo, se nota que a esta hora empieza la fiesta aquí, miro el local, me parece bonito y llamativo, se llama LA HABANA CLUB.

- ¡Bienvenida a La Habana!- dice el a mi lado, yo le miro con la boca abierta, de verdad que me ha sorprendido.

- ¿En serio?- consigo decir, por primera en mi vida eso no ha sido irónico. - pero mi ropa, podría ir...

- Estás perfecta, mírame a mí, también voy muy formal, mmm... Solo que...- se me acerca, y yo trago saliva.

- ¿Qué haces?- se agacha ante mí, me agarra del vestido negro y me lo corta desde la zona del dobladillo hasta la mitad de mi muslo, ahora tengo todo el muslo fuera y parezco una fulana. Cuando se va levantando lo hace lentamente y la piel se me eriza, tiene la nariz cerca de mi muslo.

- Era de Gucci ¿sabes?- le reprocho enfadada.

- Oh, no hagas un drama, te puedes comprar muchos más, creo que no necesitarás esto, y esto. - dice refiriéndose a mi bolso y a mi abrigo, los guarda en su coche, me ofrece su brazo, le miro y dudo en aceptárselo, empiezo a caminar hacia el local, el de seguridad nos deja pasar, creo que conoce a Shane, entramos en el local, está muy lleno para ser lunes, mucha gente saluda a Shane, que me lleva agarrada de la cintura, es un local amplio, hasta se podría decir que de lujo, las chicas se acercan a Shane, se ve que le conocen y mucho, me miran, hoy está conmigo y si yo lo quiero así se quedará, pienso, veo que le dice algo a un chico nos dirijimos a un reservado, suena muy alta la música latina, que por cierto me encanta, hace un tiempo iba a clases. Me siento en frente de él. Me empieza a sonreir como él sólo lo hace.

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