Capítulo 33 (deselance 3)

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Os recomiendo que algunas canciones de los capítulos las escuchéis, da más emoción a la historia. Arriba os estaré dejando las canciones principales de cada cada capítulo. Disfrutad que se acerca el final. Y disculpas por las tardanza.

Hace un precioso día de verano, el cual está llegando a su fin. Camino por mi antiguo cuarto, sigo en casa de mis padres, la verdad es que no quiero volver a casa y darme cuenta de que el mundo ha cambiado té que esto no es más que una pesadilla larga y eterna que ha durado toda la noche. Cojo la foto de Steve que está al lado de mi cama y pasó mi dedo por el cristal, vuelvo a sentir mis ojos húmedos.

- Oh Dios, esto no puede estar pasando.- susurro. Un rayo de sol se posa en el cristal que cubre el cristal que impide que mi dedo acaricie esa foto de mi hermano que ahora de repente me parece inerte. El sol parece centellear más en su rostro, miro hacia la ventana, las cortinas no están corridas y llega directamente a mis ojos, intentó cubrirme con mi brazo libre y me aparto de ahí.

- Parece que el cielo sabe que ha recibido a un ángel nuevo.- le digo a la foto, y sin saber por qué sonrío, de que está aquí, lo siento.- que cabrón Stevie.- sonrío, pero el llanto también está, me siento en mi cama, me quedo otro rato mirando su rostro hasta que decido tumbarme en la cama y abrazarme a ese marco y lloro sola y sin ruidos en mi habitación, otra vez.

Me he despertado hace una hora y tampoco es que esté de mejor ánimo, mi madre me ha obligado a comer pero la verdad es que no tenía apetito pero ahora otra persona depende de mi, como diría Jean.

Camino despacio hacia el cuarto de mis padres y toco despacio.

- ¿Sí?.- dice la frágil, débil e inconfundible voz de mi madre.

- Mamá, soy yo Elizabeth, ¿puedo entrar?.- digo con miedo, aveces no sé cómo actuar en esta situación, es bastante difícil.

- Pasa, cariño, pasa.- abro la puerta, miro su reflejo en el espejo y encuentro sus ojos lagrimosos, no soy la única que ha estado llorando, me acerco a ella, está sentada en la sillita del tocador, me pongo detrás de ella y posó mi mano en su hombro, ella acerca agarra mi mano con fuerza y apoya su cabeza en nuestras manos entrelazadas.

- Necesitas descansar mama, tienes mal aspecto.- ella se mira fijamente, coge una brocha, lo pasa por su polvo de Mac y lo va aplicando por sus mejillas.

- No puedo dormir Elizabeth, le veo en todas partes, no sé si es un sueño o si es una pesadilla verle al dormir. Me despierto pensando que ha sido una pesadilla y que estará en sus muchos viajes pero que algún volverá y entrara por esta misma puerta sin tocar, como siempre.- la abrazo para evitar que se derrumbe sola, prefiero que lo hagamos juntas, lloramos juntas. Cuando estamos más calmadas ella me limpia las lágrimas y yo a ella, intenta sonreírme y yo se la devuelvo, creo que es lo que necesitamos ahora mismo, amor.

- ¿Has sabido algo de Loreen?.- pregunto, me parece increíble que no este con nosotros en estos momentos tan importantes, no deja de sorprenderme.

- Tu padre y yo la llamamos el mismo día que ocurrió todo para contárselo, nos colgó el teléfono y no supimos nada más de ella. Hemos intentado comunicarnos con ella todos los días pero nos salta el contestador. No la entiendo y que pretende transmitirnos evadiéndose del mundo. Es mi hija también y la necesito más que nada en este momento.

Desgraciada hija de puta. Pienso. Las dos guardamos silencio, yo pienso en lo miserable que es Loreen y sé que mi madre también pero en una versión más maternal.

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