Ascensión parte 1 (capítulo 20)

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- Quiero que cierres los ojos Elizabeth.

- Está bien.- digo nerviosa y he de admitir que muy emocionada.

Los movimientos que hace la lancha aumentan mis nervios.

- Mejor te tapo los ojos con esto.- siento una fina tela impidiendo mi vista. Río tontamente y Shane coge mi mano y yo se la agarro con fuerza.

- No me sueltes Shane.- dice mi nerviosa voz.

- Nunca.- la firme voz de Shane hace que mi cuerpo se estremezca y se tranqulice.

Shane me ayuda a bajarme de la lancha y me cubre con una ligera manta.

- Creo que será mejor que te quite ésto.- saca las Converse de mis piernas, damos unos pasos en el agua y oigo el ruido de las olas, el mar.

- Abre los ojos.- dice Shane.

- Madre mía, Shane ¿Qué es esto?.

- Bienvenida a mi pequeña isla sin nombre.- no paro de mirarla sobre todo la casa que en el centro se enuentra.- Ven vamos a conocerla.

Empiezo a caminar sin dejar de mirar esa enorme casa, desde fuera es amplia y extensa. Está compuesta de una madera tallada y modelada. Hay algunas palmeras fuera que junto a la enorme piscina dan el efecto caribe total.

Al entrar miro todo el techo, todo el interior es incluso más bonito que lo exterior, el salón tiene varios sofás blancos y ventiladores rudimentarios, ahora que me doy cuenta, hace calor.

También hay varios jarros y otras esculturas regionales, me gusta mucho, las velas y candelabros le dan un toque romántico toda las paredes son cristales transparentes que hacen contemplar el mar y la playa en todo su esplendor, parece que no hubiera separación entre el exterior y nosotros, miro a Shane que me mira nervioso, creo que siempre reacciones diferentes en mí.

Ni las mejores mansiones se comparan con este tipo de sencillez elevada, por eso no tengo una, no lo veo necesario, tu casa debe expresar quién eres y creo que un departamento es suficiente para tener tu espacio.

- Me encanta, es preciosa, ¿Cómo se llama?

Veo su mirada de alivio y su cara se inunda de una sonrisa inmensa.

- Nunca se me había ocurrido un nombre, pero creo que ya voy teniendo ideas.

Va mostrándome la casa rincón por rincón.

- Ven, vamos te quiero enseñar otra cosa, mi parte favorita. Volvemos al salón y lo cruzamos, salimos a una especie de porche, como era de esperar es el paraíso.

Esta lleno de amacas y palmeras, lo que más me llama la atención es una cama enorme que casi roza la playa, tiene sólo madera blanca y cortinas a juego como tejado. Dormiría aquí toda mi vida. Si todo se ve hermoso a la luz de la luna, no quiero ni imaginarme cómo será a luz del sol.

- Dan ganas de quedarse dormido en ella toda la vida.- Las palabras de Shane hacen que le mire.- ¿Qué?

- Es justo lo que estaba pensando ahora mismo.- los dos sonreímos.

Me pregunto cómo será el despertar y el amanecer aquí.

- ¿Tienes hambre? Creo que Shila habrá preparado algo para ti.

- No, no tengo hambre, son casi las tres de la mañana Shane, sólo quiero cambiarme y ponerme más cómoda y como no me has avisado no me he traído ropa especial y adecuada para esto.

- No te preocupes por eso, ya había pensado en eso, ven, vamos al cuarto principal.

Mientras caminamos hacia la habitación le hago algunas preguntas.

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