𝑱𝒖𝒆𝒈𝒐𝒔 𝒅𝒆 𝒔𝒆𝒅𝒖𝒄𝒄𝒊𝒐́𝒏 [𝑵𝒐𝒛𝒆𝒍 𝑺𝒊𝒍𝒗𝒂]

# 4

Narrador Omnisciente:

Tres días después.

—Esto está delicioso-dijo Minerva antes de darle otro mordisco al postre que tenía frente a ella.

—¿Acaso no te gusta mi compañía, Finral?-dijo Minerva mirando al chico que tenia una extraña expresión en su rostro.

—Si me gusta estar contigo, pero creo que deberíamos darnos prisa.

—¿Porque?

—Porque el capitán Yami notará mi ausencia-dijo Finral suspirando, mientras recordaba que esa tarde tenia que llevar al capitán a varios sitios.

—¿Acaso te da miedo el capitán?-dijo Minerva riendo mientras miraba como el chico trataba de demostrar que no le temía a Yami.

Salieron del lugar para comenzar a caminar hacia a una licorería ya que Minerva le había prometido a Vanessa llevarle un licor cuando regresara, pero cuando salieron se encontraron con algunos miembros de las Águilas Plateadas.

—Necesitamos que nos acompañen.

—¿Por qué tendríamos que ir con ustedes?

—Es una orden del capitán Nozel.

Se me había olvidado que debía ir a su oficina pensó Minerva para luego aceptar ir con los caballeros ya que no tenia ánimos para pelear con los caballeros mágicos.

Los dos integrantes de los Toros Negros fueron llevados a la base de las Águilas Plateadas, aunque a la pelinegra no le extraño que fuera recibida por Solid, después de todo ella lo había lastimado por haberse burlado de su amigo y sabia que quería venganza, después de todo así se comportaban los nobles en el Reino del Trébol.

—Maldita plebeya, pagaras por lo que me hiciste-dijo Solid antes de atacarla, pero la femenina inclino un poco su cabeza haciendo que el ataque pasara al lado de ella, mientras que Finral trataba de entender la situación que estaba sucediendo ante sus ojos.

—Si vas a atacarme es mejor que lo hagas con tu mejor hechizo.

—Muere maldita plebeya-dijo Solid antes de lanzar un poderoso ataque, pero se quedo asombrado al ver que la de cabellos blanquecionos había congelado su ataque.

—Lamento decirte que ninguno de tus hechizos funcionará conmigo.

Maldita sea. No puedo perder contra una plebeya pensó Solid antes de sentir un intenso maná que provenía de la femenina que estaba frente a el, no sabia en que momento había llegado a su posición pero un escalofrió recorrió su espalda.

—Ni una palabra sobre esto a nadie ¿De acuerdo, Solid?

Solid asintió con temor mientras que Minerva le pidió a Finral que creara un portal para que los llevara al cuartel de los Toros Negro en lo que deshacía su magia, para que no se percataran que había sucedido un enfrentamiento en el lugar.

Un día después.

Minerva, Noelle y Asta habían recibido un comunicado del Rey Mago para que se presentaran en su oficina, aunque cuando llegaron se encontraron con los hermanos de Noelle, la de cabellos blancos noto como su compañera se sentía incomoda con las miradas de sus hermanos, así que se puso enfrente de ella para que pudiera sentirse más segura, mientras que a su compañero lo golpeo por estar buscando problemas, pero Minerva no podía creer lo que estaba escuchando.

—Debes estar bromeando, Julius.

—Yo no quiero colaborar con la deshonra de la familia Silva.

—No pienso ir, así que busca a otra persona para la misión-dijo Minerva mientras caminaba hacia a la salida, ya que no quería ir al sitio donde había aparecido la mazmorra, pero fue detenida por Julius.

—Sácame de esta puta esfera en este momento, Julius.

—Eres esencial para esta misión, conoces muy bien el lugar donde apareció la mazmorra además tu mag...-dijo Julius antes de que lo interrumpiera

—Cállate... Ya entendí, Julius.

—Nozel y tu serán los lideres de la misión-dijo Julius sonriendo, mientras deshacía el hechizo para luego irse de su oficina.

—¿Por qué demonios regresé de nuevo a este país?

—Mañana partiremos...-dijo Nozel antes de que fuera interrumpido

—A mi no me estés dando ordenes, trencitas.

—No me llames así, plebeya.

Minerva se acerco a Nozel para agarrar la trenza del peli-plateado provocando que el capitán de las Águilas Plateadas se pusiera un poco nervioso por la cercanía que había entre ellos y la peli-blanca le sonrió de forma coqueta.

—Oblígame-dijo Minerva antes de apartarse del capitán, para luego salir de la habitación junto con Noelle y Asta.

¡Espero que hayan disfrutado el capitulo!