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Narrador Omnisciente:

Dos días antes del examen de caballeros reales.

—Se supone que debemos pasar desapercibidos-dijo Nozel mientras observaba que la peli-blanca se negaba a quitarse la venda de los ojos.

—No pienso quitármela, así que olvídalo.

La pareja de caballeros mágicos se encontraban siguiendo la pista de uno de los integrantes del grupo terrorista, estaban siendo lo más cuidadosos para no levantar sospechas y por supuesto Nozel era el que hacia las preguntas ya que desconfiaba de Minerva, ya que creía que la femenina podría cometer un error.

Estaban a pocos metros de un pueblo donde pasarían la noche y el problema era la venda que portaba la peli-blanca, Nozel sabia que los habitantes iban a sospechar de la femenina a causa de la venda en sus ojos, ya que no era normal que alguien se cubriera los ojos e incluso en las mismas ordenes les parecía sospechoso que Minerva utilizara una venda en los ojos.

—Los habitantes sospecharan si te ven utilizando esa venda.

—Si quieres puedes irte al pueblo, yo me quedare en el bosque.

—Sospecharan de mi si voy solo. Debemos ir juntos, así que quítate esa venda.

—No me la quitare, trencitas.

—Deja de ser tan terca y quítatela-dijo Nozel mientras se acercaba a la femenina para quitarle la venda, pero se detuvo al sentir presión en su brazo izquierdo.

—No es necesario que me toques, puedo hacerlo sola.

Minerva hizo hacia abajo la venda y comenzó a caminar hacia al pueblo, mientras caminaban Nozel noto que la peli-blanca mantenía sus ojos cerrados y el peli-plateado la tomo de la mano para evitar que la femenina se tropezara con alguna piedra.

—Solo me causas problemas, plebeya.

—Eres un dolor de cabeza, trencitas. Podía haber hecho esta misión sin tu ayuda.

—Lo dudo, por algo el rey mago me solicito acompañarte.

—Maldito Julius...

Llegaron a una posada donde pasarían la noche, Minerva pudo sentir algunas miradas de parte de aldeanas hacia a Nozel cuando entraron al pueblo, una sonrisa apareció en su rostro cuando vio que las expresiones de las chicas cambiaban cuando ella abrazo el brazo del peli-plateado.

—Ya puedes soltarme.

—No quiero.

Nozel iba a contestarle pero se callo en el instante en que apareció el encargado de la posada, la de cabellos plateados a pesar de que no había abierto los ojos podía observar que el lugar era bastante limpio y decente para ser una posada, se notaba que eran cuidadosos con la imagen de la posada.

—Hacen una linda pareja.

El peli-plateado se sorprendió por el comentario del dueño, mientras que Minerva decidió contestarle para ver como reaccionaba su acompañante.

—Espero que nuestro hijo sea igual de hermoso que mi esposo.

—¿Esta embarazada?

—Aun no... Pero muy pronto.

Minerva tomo las llaves de la habitacion y se dirigió hacia a dicho lugar, la habitacion era bastante cómoda y estaba limpia, Nozel estaba procesando aun lo que había ocurrido en la recepción de la posada.

—Tomare un baño.

Se adentro a la ducha y a los minutos salió del baño, Nozel ni siquiera se percato de la ropa de la peli-blanca y solo se adentro al baño, mientras que a Minerva se le ocurrió una idea ya que se encontraba a solas con el capitán y nadie los iba a molestar en ese lugar.

Minerva se acerco a paso lento donde se encontraba el de cabellos plateados, Nozel leía tranquilamente una libreta que contenía información sobre el integrante del grupo terrorista, sus manos se posaron sobre los hombros del capitán mientras comen...

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Minerva se acerco a paso lento donde se encontraba el de cabellos plateados, Nozel leía tranquilamente una libreta que contenía información sobre el integrante del grupo terrorista, sus manos se posaron sobre los hombros del capitán mientras comenzaba a dejar masajes en ellos, Nozel la hubiera alejado pero solo se dejo llevar por el placer al sentir como el estrés desaparecía de sus hombros.

—¿Se siente bien, trencitas?

Únicamente asintió sin darse cuenta de como estaba vestida su acompañante, las luces de la habitacion se apagaron y en ese instante Nozel abrió sus ojos solo para encontrarse con Minerva que solo vestía una camisa blanca larga que dejaba a la vista el inicio de sus pechos y su ropa interior, el de cabellos plateados se sonrojo al instante y desvió la mirada hacia a otro lado.

—Vístete, plebeya.

—Pero si estoy vestida ¿Acaso no lo ves?

—Eso no es estar vesti... Perdón-dijo Nozel mientras apartaba su mano del pecho de la femenina que habia tocado por accidente.

—Oh... Sabia que eras un noble travieso.

—Yo no quería... ¡Ah!

Nozel abrió los ojos de sorpresa al sentir como Minerva movía sus caderas de adelante hacia atrás provocando que sus intimidades se rozaran, la de cabellos blancos solo quería molestar un poco al de cabellos plateados pero la temperatura de su cuerpo empezó aumentar.

Minerva tomo entre sus manos el rostro de Nozel para unir sus labios en un beso lento pero intenso, el capitán podía sentir como le daba pequeñas lamidas a sus labios y mordía su labio inferior, el de cabellos plateados podía alejarla pero se estaba dejando llevar por las caricias y las sensaciones que estaba sintiendo.

Las manos de Nozel se colocaron en el trasero de la femenina para luego apretarlo, un pequeño gemido salió de los labios de la peli-blanca pero fue callado por los labios del peli-plateado, Minerva sonrió en medio del beso al ver que el capitán había caído en su broma, se levanto de su regazo y se acostó en el otro extremo de la cama.

—Mañana tenemos que seguir rastreando nuestro objetivo así que debemos descansar.

—Buenas noches, trencitas.

La de cabellos blancos retuvo su risa al ver el rostro de Nozel cuando le dijo esas palabras, estaba segura que le había dejado un problema en su entrepierna, la femenina le gustaba provocar a las personas, pero lo que había hecho a Nozel no se lo hacia a cualquiera persona, unicamente lo habia hecho con una sola persona anteriormente.

Era un solo juego para Minerva, no dejaba que sus sentimientos se vieran involucrados en sus juegos, la femenina había sufrido grandes cambios en su comportamiento y en su actitud, Minerva podía ser amigable y juguetona con personas como sus amigos, pero es indiferente y cruel con personas como los egocéntricos magos o con algunos miembros de la nobleza.

Maldita plebeya ¿Cómo pude dejarme llevar por sus caricias? pensó Nozel mientras movía con rapidez su pene, de arriba a abajo, moviendo su mano, acariciando a la vez, sin saber que Minerva se estaba masturbando a causa de sus gemidos.

¡Espero que hayan disfrutado el capitulo!

𝑱𝒖𝒆𝒈𝒐𝒔 𝒅𝒆 𝒔𝒆𝒅𝒖𝒄𝒄𝒊𝒐́𝒏 [𝑵𝒐𝒛𝒆𝒍 𝑺𝒊𝒍𝒗𝒂]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora