Pablo

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—Te va a encantar el lugar, Pablo, se adapta totalmente a tu estilo de vida— me dijo Luz mientras caminabamos hasta la cafetería —Lo que vos quieras me lo pedís a mí o a Manuel, ya te lo voy a presentar, pero sabes que estamos para servirte—

Mi papá, Sergio Bustamante, había sido el mentor de Luz Inchausti por años, cuando el era solo un diputado y ella una aprendiz recien egresada, hoy mi padre es el presidente de la nación mientras que Luz es la jefa de ministros, papá tiene el poder y yo puedo gozar de sus beneficios. Se puede decir que soy afortunado.

—Gracias Luz, mi padre va a estar contento cuando le diga todo lo que hiciste por mí—

—Me alegra oír eso, Pablito— sonrió —Tal vez en unos pocos años hasta puedas trabajar con nosotros—

—Ese es mi sueño— respondí con una sonrisa

—Lamentablemente las habitaciones no son individuales, vas a tener que dormir con dos chicos más—

—No me molesta, será divertido— aseguré

Seguimos caminando, mientras ella me exppicaba el funcionamiento del lugar, hasta llegar a la cafetería, Luz me señaló una mesa donde habían cuatro chicos conversando.

—Allá esta Manuel, el va a saber donde ubicarte— me sonrió —te dejo solo para que logres integrarte, te deseo la mejor de las suertes—

Luz se fue y yo volví a ver a esa mesa, me crucé con unos ojos chocolates mirándome fijo, la dueña de esos ojos era la chica más linda que había visto en mi vida. No pude evitar sonreírle, ella solo apartó la mirada y le dijo algo a sus amigos.

Todos voltearon a verme y supuse que esa fue mi señal para presentarme, me acerqué a la mesa y me senté frente a ellos, sin vergüenza alguna.

—Hola, busco a Manuel Aguirre ¿es alguno de ustedes?—

—Soy yo, eres Pablo ¿verdad?— preguntó un chico castaño

—Pablo Bustamante, es un gusto— sonreí —¿Ustedes son..?—

—Yo soy Mia Colucci, tengo todos tus discos y amo tus películas ¡sos el mejor actor de nuestro tiempo!— me alagó la rubia, puedo jurar que la conozco, pero no se de donde. Lo más probable es que haya ido a alguno de mis tantos shows. Ella extendió su mano y yo la estreche formalmente.

—Yo soy Tomás— habló el otro chico —No tengo tus discos, pero me gusta tu música— rio, a él también lo salude con la mano.

 —Muchas gracias— les sonreí, pero mi mirada se poso en la colorada —¿Puedo saber tu nombre?—

—Marizza Andrade— extendió su mano, por impulso la tomé y plante un beso en ella —No esperes que te adule como estos dos— se encogió de hombros

—Con poder conocerte ya me basta, Marizza—

Ella me sonrió y en ese momento todo cobro sentido, el venir a estudiar acá y tener que seguir dos carreras a la vez ahora tienen otro proposito, otro objetivo. Mi objetivo ahora tiene nombre y apellido, Marizza Andrade.

—¿Y a que se debe tu presencia en nuestra institución?— pregunto Manuel —¿Vienes por la beca?—

—Acabo de terminar de grabar mi última película en Francia, mi segundo álbum sale a la venta la próxima semana, así que decidí tomar una pausa para estudiar, este año solo voy a dedicarme al modelaje— expliqué —Mi padre es el presidente y me gustaría seguir sus pasos en la política—

—Wow, haces demasiado— aseguró la rubia asombrada

—¿Qué vas a estudiar?— preguntó el tal Tomás, confundido por mis palabras.

—Ciencias políticas y abogacía— respondí como si fuera poco.

—Mi hermanastra también va a estudiar abogacía— señalo a la pelirroja —Vos y Marizza van a ser compañeritos—

—Si todas mis compañeras van a ser tan lindas como ella yo ya me siento en el cielo— le guiñe un ojo, ella se ruborizó, causandome ternura

—Las chicas del Ne son un sueño, Pablito, ya te vas a dar cuenta— me sonrió Tomás

—Y los chicos no se quedan atrás— agregó Mia, no se para quien fue la indirecta pero no me sorprendería que fuera para mí, casi siempre son para mi.

—¿Estás soltero, Pablo?— preguntó Manuel —Porque creo que ya te ganaste una gran fila de admiradoras aquí dentro—

—Soltero, en espera de una chica que pueda robar mi corazón— conteste mirando fijamente a Marizza Andrade.

—Cuanta intensidad, Romeo— contestó ella, divertida.

—No soy intenso, soy un romántico incurable— admiti dramáticamente.

Ella solo se reía de mi, y eso me encantaba.
Algo dentro mio decía que esto lo viví antes, pero era imposible, porque jamás me olvidaría de su mirada.

—¿Hace mucho llegaste?— me preguntó Tomas

—Acabo de llegar— sonreí

—¿Y como estuvo el viaje?—

Abrí mi boca para responder pero las palabras no salieron de mi boca.
La única realidad es que no recuerdo como llegue hasta aca. Simplemente aparecí, y Luz ya estaba aquí.

El sonido de un timbre me sorprendió, todos comenzaron a levantarse de sus asientos.

—¿Qué esta pasando?— pregunté 

—Hay que ir a clases, modelito— dijo divertida, Marizza

—Vos y yo vamos juntos ¿no?— levanté una ceja

—Si no me queda otra— suspiró —Espero que camines rápido, no pienso llegar tarde por tu culpa— advirtió

Yo solo le sonreí, ella comenzó a caminar entre la gente, empujando sin pedir permiso y yo tuve que seguirle el ritmo, no se si caminaba muy rápido o si solo quería alejarse de mí.

Era extraño lo que me pasaba con ella, por un lado quería caminar a su lado y no despegarme de ella ni un minuto y por el otro sentía que debía correr lejos de Marizza y quedarme lo más distanciado posible. 

Algo me decía que era peligrosa.

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Cuarto capítulo de esta locura!!

En los próximos dos capítulos ya se va aclarando más la situación, se los juro ajajajajja

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