5. Contraseña.

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—¡Alto! —Chanyeol pidió alzando la voz y todos dejaron de tocar.

Jongdae miró al suelo.

—Lo siento —se disculpó con los miembros—. Creo que no... no sé si estoy hecho para esto.

Todos lo miraron. Chanyeol se giró hacia la pared, parecía estresado. Era la décima vez que detenían la canción porque él se equivocaba.

Se sentía tan frustrado y confundido. Su cabeza estaba hecha un lío y aunque era consciente de que su problema no era del todo con la música, no estaba listo para admitir nada más. Tal vez sería mejor marcharse en ese momento. Cobarde.

—Mira, ñoño, tú estás tan hecho para esto como cualquiera de nosotros —Minseok dijo, rompiendo el pesado silencio que se había formado en la habitación.

Jongdae no quería mirarlo. Estaba harto de todo lo que le hacía sentir. Inesperadamente, Minseok salió de su rincón y caminó hacia él.

—¿Por qué no toman un descanso? —Minseok sugirió al resto. Nadie se opuso.

Cuando estuvieron solos, Minseok tomó la guitarra de Chanyeol y una púa de la repisa.

—Ven aquí —le ordenó.

Jongdae se acercó un poco, pero mantuvo al menos un metro de distancia.

Minseok suspiró y empezó a tocar la canción justo como Jongdae debía hacerlo.

—Es más fácil aprenderse la canción que intentar leerla mientras tocas. ¿No las escuchas cuando sales de aquí?

—Casi no —Jongdae admitió.

—¿Por qué? ¿No te gustan?

—Sí, un poco, pero no suelo escuchar música.

Minseok lo miró como si fuera un extraterrestre.

—¿Estás diciéndome que cuando te bañas, en los cambios de clases o cuando te transportas no escuchas música? ¿Nunca?

Jongdae negó. Minseok pareció incrédulo.

—¿Y qué es lo que haces?

—A veces leo —Jongdae murmuró.

—¿Al menos lees algo bueno? —Minseok preguntó después de un incómodo instante de silencio.

—Los libros de mis clases.

Minseok abrió mucho sus ojos.

—Tienes es un caso severo de ñoñitis.

Jongdae torció el gesto y desvió la mirada, sintiéndose aún más frustrado.

—Dame tu teléfono —Minseok ordenó. Jongdae lo sacó de su bolsillo y se lo dio sin protestar—. Desbloquéalo.

—No tiene contraseña.

Minseok lo miró aún más extrañado, pero no dijo nada más. Sacó su propio móvil y tecleó algo en ambos teléfonos por un par de minutos. Luego dejó los aparatos en la repisa.

—Bien, toca.

Jongdae obedeció, pero terminó arruinando el mismo acorde que había fallado las veces anteriores. Se detuvo y bajó la mirada a sus pies.

—¿No puede enseñarme alguien más?

Minseok miró alrededor como si buscara algo.

—No veo a nadie más aquí —dijo con aparente calma—. ¿Qué tengo de malo yo?

Jongdae exhaló derrotado.

—No puedo hacerlo contigo.

Minseok apretó los labios.

GRAVITY [Chenmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora