12. Apuestas.

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—Si tanto te preocupa no encajar, deberías perforarte.

Al escucharlo, Jongdae se echó a reír.

—Ni de broma.

—Creí que te gustaban —Minseok dijo delineándole la sonrisa con uno de sus dedos.

Jongdae le acarició las diminutas cicatrices en la ceja.

—Me gustan en ti. Yo soy un cobarde para las agujas —admitió y besó el dedo con el que Minseok le acariciaba los labios.

—De todos modos, no deberías preocuparte tanto por encajar. No es tan malo lucir diferente al resto, y yo sé de lo que hablo.

Jongdae lo miró con el ceño fruncido.

—¿Nunca te sentiste aislado?

—Sí un poco, pero eso fue antes de teñirme el cabello.

Jongdae le acarició los mechones que le caían sobre la frente.

—No te preocupes por lo que piensen los demás, entre más lo hagas, menos te preocuparás por ti mismo —Minseok insistió.

—Has repetido variantes del verbo preocupar como diez veces en los últimos cinco minutos —Jongdae señaló.

—Es que intento sugestionarse.

Jongdae sonrió y le tomó las mejillas para acercarlo a su boca. Minseok correspondió al beso por unos segundos, pero rápidamente se levantó de la cama y empezó a atarse los cordones de las zapatillas.

—Vámonos ya o se nos hará tarde y tienes mucho que practicar para tu gran debut.

Jongdae gruñó y se cubrió el rostro con una almohada..

—Enséñame tú.

Minseok le quitó la almohada de encima y la lanzó al rincón.

—¡Pero si nunca me escuchas! Cada vez que intento explicarte algo empiezas a besarme.

—Es tu culpa por ser tan sexy —Jongdae murmuró.

Minseok se echó a reír cantarinamente.

—Eso no es mi culpa.

* * *

Cuando Minseok por fin logró sacar a Jongdae de su habitación para ir con la banda, las nubes grises se habían disipado, así que decidieron caminar. Al pasar por un parque cercano, Jongdae frunció el ceño y miró hacia el suelo.

—¿Qué sucede? —Minseok preguntó extrañado.

—¿De verdad no notas cómo te miran? —Jongdae gruñó—. Es realmente molesto.

Minseok miró alrededor. Usualmente, él no se fijaba mucho en la gente y en ese momento había estado más concentrado en la brisa fría que removía su cabello y las hojas que yacían en el camino.

—Algunos también te miran a ti —dijo, notando por fin aquello que molestaba a Jongdae.

—Solo es porque estás conmigo —Jongdae murmuró.

Minseok le dio una mirada de pies a cabeza y suspiró.

—Creo que no eres consciente de tu propio encanto —le dijo con suavidad.

Jongdae iba a decir algo más, pero lo que fuera, se quedó atrapado en su garganta cuando Minseok se colgó de su cuello y lo besó.

Ahí, en la calle, frente a todo el mundo.

Sus labios correspondieron por instinto, al igual que sus manos, que inmediatamente buscaron las caderas de Minseok. El beso que compartieron no duró más que unos pocos segundos, pero fue fantástico, aunque le hacía sentir incómodo saber que la gente los miraba.

GRAVITY [Chenmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora