11. Ajedrez.

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—¿Y... a qué te dedicas, Minseok?

El padre de Jongdae preguntó mientras desayunaban.

—Estudio producción musical —Minseok dijo, mostrándose muy animado y amable ante el interrogatorio de los señores Kim.

—También es el baterista de la banda —Jongdae aportó.

—También es como su tutor, o algo así. Le enseña música a Jongdae por las tardes —Jongin dijo mientras sacaba galletas de avena de la alacena y las metía en su mochila.

—Hijo, deberías comer antes de irte —la señora Kim le pidió al menor.

Jongin negó.

—Tengo el tiempo justo y todavía no tengo hambre —se excusó—. Los veré en la noche.

Jongdae miró a Minseok zamparse a la boca toda la comida que aún tenía en su plato, aprovechando la distracción de Jongin. Jongdae cambió sus platos disimuladamente, pasándole su comida casi intacta. Minseok le presionó una pierna por debajo de la mesa, a modo de agradecimiento, y continuó comiendo como si nada hubiera pasado. Ya habían compartido algunos tiempos de comida antes, pero Jongdae nunca lo había visto comer tan animado.

—¿Por qué usas el cabello de ese color? —la señora Kim preguntó cuando Jongin se hubo marchado, no sonó grosera, solo muy curiosa—. ¿Por qué no rubio?

—O verde limón —el señor Kim sugirió.

—Es una especie de experimento social —Minseok dijo después de pensárselo por un momento. Miró su plato y sonrió—. No soy fanático de este color, pero es el que le gustaba a mi abuela.

Los señores Kim parecieron no comprender, pero Minseok no dijo nada más y continuó comiendo.

—Jongdae, toma más comida si aún tienes hambre —la señora Kim le dijo. Teniendo que alimentar a tres hombres, siempre acostumbraba a cocinar de más.


* * *


Cuando sus padres se marcharon a la ferretería, él y Minseok aún estaban alistándose para ir a la universidad. O eso pensó Jongdae, porque cuando estuvieron en la sala, listos para salir, Minseok le tomó una mano y lo detuvo.

—¿Tenemos que irnos ya? —preguntó suavemente—. Parece que va a llover.

Ahora le importaba la lluvia.

Jongdae se lo pensó, tenía que ser responsable, tenía tarea que entregar y tenían impermeables...

—Si no quieres ir, podemos quedarnos.

Y ante la perspectiva de estar solos en casa, su corazón empezó a martillear con fuerza, como siempre.

Minseok se sentó en el sofá más grande y cuando Jongdae se sentó junto a él, no tardó en acurrucarse contra su cuerpo.

Jongdae lo abrazó y el olor a champú en su cabello le llenó las fosas nasales.

—¿Crees que le agrado a tus padres? —Minseok preguntó.

—Creo que sí, pero me habría gustado saber qué hubiera dicho mamá de tu colección de piercings.

Minseok se acarició la ceja, en donde usualmente sobresalían dos pequeñas esferas.

—Se siente extraño no llevarlos —admitió acariciándose el labio inferior—. Especialmente la argolla.

Ambos guardaron silencio por un momento. Jongdae quería saber porque no estaba usando sus piercings, quería saber muchas cosas, pero Minseok suspiró, pareciendo de lo más cómodo y relajado acurrucado sobre su pecho.

GRAVITY [Chenmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora