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i'm obsessed and i love to hard good at overthinking whit my heart ✧ ׄ 𑂴
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Podría haber jurado que su apartamento estaba más caliente que nunca.
No recordaba haber jugado con el termostato ni haber cerrado ninguna ventana. Tampoco estaba exactamente bien vestido, más bien, apenas estaba vestido. Sólo tenía encima su ropa interior y su hoddie gris.
Quizás el calor tuvo más que ver con el hecho de que estaba sentado en el regazo de un joven pelirrojo que realmente le gustaba o con el hecho de que los dos se habían estado besando furiosamente durante los últimos diez minutos.
Las manos de Juyeon estaban sobre el. Estaban en su cabello, tirando de él.
Una de ellas viajó hasta la parte baja de su espalda empujando hacia arriba la tela para sentir su piel desnuda.
Mientras esta tomó camino por lo largo de la espalda del pelinegro, la otra subió y bajó por la curva de una de sus piernas
Sus pantalones estaban descartados en el suelo, mientras que la ropa del mayor todavía estaba completamente puesta. Pero suponía que tenía algún uso por la fuerza con que se estaba aferrando a la solapa de la oscura chaqueta.
Su cerebro estaba tan confuso con aquel perfume que ni siquiera podía recordar qué había provocado esto.
Lo último que recordaba es que Juyeon apareció en su puerta sin avisar, con un par de botellas de soju en la mano.
Sus últimas reuniones no habían sido planeadas de manera similar, así que por comodidad y definitivamente no por nada más, simplemente terminó por darle el código de su apartamento.
Ahora el soju yacía abandonado sobre la mesa mientras se bebían el uno al otro.
Juyeon lo besó profundamente como si hubiera tenido sed durante días y su lengua lo apagara. Él sin dudas estaba tomando la delantera en esa sesión de besos desenfrenados. Pero lo sabía. Él lo sabía. Es lo que quería. Es lo que le había pedido.
