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Lea estaba más que convencida que quería visitar a esa reina loca de la que muchos hablaban, le sonaba como una persona interesante

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Lea estaba más que convencida que quería visitar a esa reina loca de la que muchos hablaban, le sonaba como una persona interesante. Estaba muy ansiosa por conocerla y saber la razón por la cual todos la tachaban por alguien que había perdido la razón.

La chica llevaba unos días buscando la manera de llegar a ese reino, pero no encontraba las indicaciones necesarias para hacerlo. Estaba muy cansada y solo quería sentarse en algún lugar y descansar... hasta que escuchó el claxon de un carro atrás de ella, esta volteó a ver que es lo que provocada ese sonido y al ver lo que estaba haciendo ruido pensó que tal vez aquel modo de transporte la ayude a llegar al reino. Vio un autobús y este estaba un poco maltratado, dando a entender que lleva demasiados años de servicio. La chica se acercó y miró al conductor quien estaba adentro.

-Disculpe... ¿a dónde se dirige este vehículo?- preguntó la princesa.

-Buenos días, señorita, al reino de la reina loca, desde luego.- respondió el conductor.

Esto llevó a Lea a preguntarse 《¿por qué tanta falta de respeto a la mujer?》Pero llegó a la conclusión de que así era conocida por todos, seguro era porque llevaban años llamándola de ese modo, sin recordar ya como era el nombre de su reino... eso explicaba por qué le había costado tanto encontrar el camino.

-Pase, pase, aún hay espacio.- volvió a hablar el conductor sacando a Lea de sus pensamientos logrando que esta moviera su mirada hacia adentro del vehículo.

Cuando subió vio que había demasiadas personas, por lo que empezó a preguntarse ¿Por qué la invitaban a pasar si no había asientos disponibles? Pero como no tenía de otra decidió aceptar la oferta.

Al entrar notó que había muchas personas paradas y cansadas debido a la falta de lugares, así que se quedó parada igual que el resto.

El camino era demasiado largo y cansado, ya estaba fastidiada de ir de pie, pero obviamente no le iba a quitar a otras personas sus cómodos asientos. El vehículo se detuvo, ella vio raro al conductor confundida, ya que no habían llegado aún al reino. Volteó a ver y notó que era una aldea, unas personas se pararon de sus asientos y se bajaron. Lea quiso sentarse en uno, pero muchas personas fueron corriendo a estos ganando el lugar. Ella no hizo nada pensando en que debían estar muy cansadas para pelear así por los asientos por lo que siguió en su lugar.

El camino prosiguió, en cada aldea que pasaban tenían que detenerse para ver si alguien se bajaba o subía, a ese paso seguro tardarían horas en llegar al reino. En cada parada que había ella trataba de sentarse, pero nunca lo lograba. Divisó que igual había personas que apenas subían el autobús lograban encontrar un asiento mucho más rápido que ella.

El vehículo se detuvo de nuevo en otra aldea, esto ya empezaba ser tedioso para la chica y ya se estaba desesperando. Llevaba horas parada y era inútil encontrar un asiento, ya que todos iban corriendo a estos como si fuera el último vaso de agua del desierto.

¿mi princesa? | vminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora