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La noche ya había caído y un chico de cabellos morados se encontraba caminando por las oscuras calles del reino oscuro en dirección a su casa. Se sentía decaído, ya que no había podido encontrar un modo de ayudar a su nuevo amigo.
A la mañana siguiente se llevará a cabo la boda, y si no encontraba un modo de intervenir no lograría salvar al muchacho, él no se merecía casar con el desquiciado de su rey. Estaba tan concentrado que el camino a casa fue demasiado rápido, puesto que en ese momento ya se encontraba fuera de esta, sacó sus llaves y abrió la puerta.
-Buenas noches.- saludó al entrar y encontrarse con su hermanastro el cual no le prestó ni la más mínima atención, este se encontraba ocupado hablando por teléfono con una de sus amigos, de modo que no le daba nada de importancia a la llegada de su molesto hermanastro.
Josh, igual que Jin trabajaba en el palacio, solo que él ocupaba un puesto más importante como guardia.
Jin al verse ignorado decidió ir a la cocina para preparar su cena, después se iría a descansar y seguir ideando algún plan de escape para el prometido del rey.
Al estar cenando lograba escuchar lo que su hermanastro hablaba por el teléfono.
-Si, te lo digo ¡son insoportables! Mi sueldo no es lo suficiente como para soportar a esos idiotas.- decía molesto con el teléfono sujetando con fuerza. -¡¿Cómo que no sabes de quienes hablo?! ¡estabas ahí! Acompañaste a uno al baño.- replicó aún más enojado al ver que su amigo no entendía de quiénes hablaba. -En serio eres idiota, estoy hablando del estúpido príncipe que llegó esta tarde junto a sus idiotas de compañía y la hija del rey.- dijo rodando los ojos. -Ese príncipe es realmente torpe si cree que puede llegar y como si nada reclamar al prometido del rey. Quería robarse al novio, pero ya es muy tarde, la boda es mañana, por lo que no hay modo de que logre escapar, lo malo es que tendré que estar toda la mañana cuidándolos, así que tendré que madrugar...-
El pelimorado escuchaba la conversación de su hermano sin interés, hasta que escuchó la última parte que este dijo prestando ahora toda la atención que podía. Al parecer el príncipe de quien Jimin hablaba, ¿había venido por él? Si ese era el caso, por fin tenía una idea de como detener la ceremonia de mañana, tendría que enfrentar a Josh, pero si lograba su objetivo Jimin conseguiría un final feliz.
Mientras en las mazmorras del castillo los chicos seguían atrapados, habían pensado toda la noche en un plan de escape, pero nada se les había ocurrido.
-Tae, hoy es la boda.- recordó Namjoon.
-Lo sé...- dijo con la mirada perdida en la nada.
-¿Qué haremos?- preguntó Hoseok viendo a su amigo quien parecía desalentado.
-No lo sé... es inútil salir de aquí, Lea ya no tiene energía en su varita, no tenemos algo aquí para poder abrir la reja y...- empezó a hablar hasta que vio algo que estaba bajo un asiento dentro de la celda.
