Solo fue una noche KOOKMIN♡

CAP. 30

+18🔥

Jungkook

–Señor Choi, podría llevarnos al departamento del hotel de la quinta avenida, por favor– Esas son las palabras que suelta Jimin en cuanto entramos al auto-.

No esperaba que diera la orden de ir a ese departamento, es qué, literalmente no he estado ahí desde que tuvimos nuestro primer encuentro.

-¿Sucede algo, Jungkookie?- Me preguntó, al nortarme algo confundido-.

-Nada cariño, sólo me sorprendiste- Le respondí-.

-Si te sorprendió el lugar al que pedí que nos llevaran, es sólo que ahora es el lugar más cercano, pero si no quieres ir ahí, puedo decirle que nos lleve a casa- Me dijo con una dulce sonrisa en sus labios-.

Y pensar que ahora lo que más deseo es tenerlo bajo mi cuerpo y gimiendo mi nombre...

– Está bien ir ahí, ya te dije que sólo me sorprendió– Sonreí y acerqué mis labios a su oído– Entre más rápido estemos solos, más pronto podré darte esa recompensa que tanto te mereces- Terminé de decirle, no sin antes atrapar el lóbulo de su oreja entre mis labios y chuparlo-.

Él sólo se removió en su lugar, y yo me sentí satisfecho por lograr mi cometido.

Las luces de la ciudad nos acompañaron en el viaje hacia el hotel, afortunadamente no había mucho tráfico y pronto el auto estaba entrando al estacionamiento.

Un par de minutos después ya nos encontrábamos dentro del ascensor subiendo hacía el departamento.

Los nervios desaparecieron en el momento en que Jimin me acorraló en una esquina del ascensor y tomó mis labios en un salvaje beso.

Él cómo podía se sujetaba del cuello de mi chaqueta, mientras yo sólo atiné a tomarlo por sus nalgas y darles un fuerte apretón con mis manos.

El sonido del elevador abriéndose logró sorprendernos un poco, para así cortar el fogoso beso y terminar sonriendo sobre los labios de contrario.

Jimin tomó mi mano y me guío hasta llegar a la cama y sentarme en una esquina, él se posicionó entre mis piernas, colocando sus brazos sobre mis hombros.

–Bien, mi lindo asistente, creo que ya es hora de darme la recompensa que mencionaste–.

¿Cómo poder negarme a los encantos de éste bello hombre sentado sobre mi?

– Sus deseos son órdenes, mi lindo Boss–.

Y sin medir más palabras, atrapé sus labios entre los míos, saboreando el dulce néctar de su boca con mi lengua, aferrándome a su delgada cintura, siguiendo los ricos movimientos circulares que hacía sobre mi.

Lo siguiente que pasó fue un volar de ropa por doquier, hasta terminar como Dios nos trajo al mundo, completamente desnudos.

– Lubricante... Cajón– Balbucea mí lindo Boss–.

– No comas ansias, todo a su tiempo– Le respondí, para volver a mi tarea de chupar su palpitante pene–.

Sus manos enredadas en mi cabello, mientras su pene llegaba hasta el fondo de mi garganta...

Su piernas tratando de cerrarse por sobre mis hombros, lo estaba llevando al clímax pero, todavía no era tiempo de que se corra.

– Ah, vamos... Kookie, te n~necesito– Dijo como pudo, entre medio de gemidos y jadeos–.

– Lo sé, cariño– Solté su pene, no sin antes darle una buena lamida desde sus testículos hasta la cabeza, para levantarme y acercarme al buró junto a la cama, lo abrí y saqué el bote de lubricante, era un bote nuevo, levantando mis cejas algo sorprendido se lo mostré a mi lindo Boss, él sólo se encogió de hombros y me regaló una sonrisa coqueta–.