El primer paso para vivir con un fantasma es no espantarse.
El segundo paso sería fingir normalidad y saber cuándo hablar con ese fantasma, para que no te tachen de loco por hablarle al vacío por más de dos horas y reírte por nada.
...
Dónde Jiang C...
Jiang Cheng corría entre las vacías calles. Un papel estaba fuertemente sostenido por su mano izquierda, mientras que su mano derecha apoyaba su celular contra su oreja.
Luego, alejó el objeto y lo guardó en el bolsillo de su chaqueta. Incluso si volvió a vibrar varias veces poco después, ni siquiera le dedicó la más mínima atención. Su mente solo vagaba en los sucesos del día.
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Había decidido buscar los álbumes de fotos en la mañana, después del desayuno. Su motivación para buscarlo parecía ser bastante ajena a sus pensamientos, al principio pensando que quería saber que otras fotos tenían sus padres de sus días de juventud, y luego... Luego solo por un presentimiento extraño que se originaba en él.
Entró a la cocina y poco después echó un vistazo a la sala. Wei Wuxian estaba en silencio sentado en el sofá. "Wei Wuxian" y "silencio" nunca estaban en la misma oración, claro, a menos que un gran "NO" en mayúsculas y en negrita estuviera en medio. Pero así era como era él. Ruidoso, molesto, demasiado escandaloso y, aunque no quisiera admitirlo, la mejor compañía que pudo haber pedido. Claro, después de su hermana, aunque estaba casi al nivel de su hermana.
Por esa razón, notarlo tan contemplativo con algo, tan inmerso en sus pensamientos, casi perdido de todo lo demás a su alrededor, le generaba un sentimiento agrio. Probablemente no sería el único. Cualquiera que pudiera haber llegado a conocerlo sentiría que algo muy terrible debe haber pasado si lo veían en ese estado.
Las palabras que quería decir se atascaron en su garganta. Deteniéndolo en el momento propicio. Nunca fue bueno con las palabras. Por más que intentara hablar de la manera más delicada posible, lo que decía siempre era directo, con palabras que se malinterpretaban con facilidad y que, más que un consuelo, parecían un regaño malintencionado.
Wei Wuxian lo miró estático en la puerta que separaba la cocina de la sala, intentó sonreír e hizo un gesto para que no se preocupara. Poco después, decidió solo transportarse a alguna otra habitación. Jiang Cheng no respondió. Miró el lugar exacto donde antes estaba su amigo y luego la devolvió a la cocina. Ambos podrían hablar más tarde, ¿verdad?
Preparó un desayuno ligero, intentando alejar cualquier pensamiento relacionado a sus últimos descubrimientos en esos días. Al terminar, lavó todo lo que usó y se dispuso a buscar aquel objeto. Aunque, sin proponérselo, tropezó al hacer un mal movimiento en la sala, golpeando su codo contra uno de los estantes que colgaban en la pared.
Varios libros cayeron abriéndose de par en par. Jiang Cheng maldijo un par de veces intentando acomodar todo. Le sorprendió bastante el hecho de encontrar algunos recuerdos entre las páginas de estos. Un separador de flores secas, algunas notitas con la letra de sus padres y otras personas, un par de entradas antiguas a un concierto y...
Había una foto.
El Jiang la levantó con cuidado. Analizando cada detalle. En la imagen estaban sus padres y dos personas más que no reconocía. Un hombre y una mujer. Tanto sus padres como aquella pareja cargaban a un bebé.