XVI

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Jiang Cheng despertó en un lugar desconocido. Más o menos. Cuando finalmente recuperó sus sentidos reconoció el lugar. No pudo evitar volver a tumbarse en la cama donde antes dormitaba. Se sentía más despejado, pero seguía algo preocupado. En realidad, no era como si hubiera olvidado por completo todas las cosas que le carcomían la cabeza. No. Hasta podría decir que de hecho esos pensamientos aparecían con más frecuencia. La cuestión era que, al menos ahora, ya no le afectaban tanto, también podía analizarlos con más detalle y calma.

Su hermana había intentado protegerlo, ¿no?

A pesar de que mintió varias veces, ella solo quería evitar que él se involucrara en ese mundo peligroso. Con sus padres pasó lo mismo. Había cierto sentimiento amargo al pensar en todo ello, pero lo comprendía. Solo necesitaba un tiempo. Incluso sabiendo sus intenciones, todavía necesitaba relajarse un poco.

No era buena tratando con sentimientos intensos.

Era incómodo, también confuso.

Con un suspiro, Jiang Cheng se levantó. Su celular estaba encima de la pequeña mesita al lado de la cama. No pudo evitar recogerlo y notar una notita al lado.

"Saldré por un momento. Me alegraría si esperaras a que vuelva.

-Lan XiChen"

Quiso sonreír al leer la tan impecable letra del Lan.

¿Pensó que se iría?

Bueno, ese era parte del plan, aunque la falta de dinero en efectivo era un gran impedimento. Pero no le haría ningún mal quedarse.

O eso creía.

–A-Jie... –susurró al revisar su celular.

Antes se había apagado poco después de encontrarse con Lan XiChen debido a la falta de batería, además de que recuerda vagamente haber ignorado algunas llamadas cuando caminaba sin rumbo. Solo revisó por curiosidad el historial de llamadas para notarlo. Además, parecía que Lan XiChen había contestado la última llamada.

–Oh, mierda –dijo al fin.

No le era difícil suponer donde estaría Lan XiChen ahora. Ver que no había más llamadas lo convencía aún más.

–No sé si tengo el derecho de llamarlo entrometido...

Él lo había arrastrado a su extraña situación familiar... Más o menos. Pero lo había hecho. Aunque, ¿incluso su hermana? Se preguntaba si ella le respondería la llamada si marcaba su número en ese momento. Quizás. Quería creer que sí.

Un pitido.

Dos.

Tres.

–A-Jie –dijo.

Wei Ying salía del lugar habitual de reuniones entre los exorcistas

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Wei Ying salía del lugar habitual de reuniones entre los exorcistas. Era bueno que la zona designada no haya sido cambiada incluso en los años que no estuvo. Solo había ido e ingresado con normalidad, aparte de los exorcistas, nadie más conocía estas zonas, por lo que quien entrara obviamente era un exorcista y no se le restringía el acceso.

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⏰ Última actualización: Jan 22, 2022 ⏰

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