Exorcist

XI

-¿Sigue sin responder...? –pregunta dudoso Jin Zixuan debido al silencio en el auto. Luego, aprovechando la luz de un semáforo, le da un vistazo a su esposa.

Jiang Yanli suspira y asiente con preocupación.

-Perdí las veces de cuanto intenté llamarlo. No hay señales. Tal vez podríamos buscar en los lugares que frecuenta... –Jiang Yanli dudó mientras hablaba.

Ella era consciente de que, cada mes, habría una reunión de todas las sectas. Pero no se suponía que hoy sería ese día. Aunque bueno, fue algo que se avisó a último momento, entonces no sería raro que su mente diera prioridad a todos los sucesos que pasaban últimamente en lugar de recordarle que hoy era el día de la reunión.

Al final, solo le quedaba rendirse. Las reuniones no se adelantaban por cualquier razón. Aun así, prefería llegar tarde o no asistir en lugar de no encontrar a su hermano.

-¿Quién convocó la reunión? –preguntó ella viendo el camino.

Jin Zixuan entendió su sentir. Las reuniones no eran de asistencia obligatoria (aunque la mayoría prefería asistir), ellos podrían pasar esta... ¿no?

-Si no me equivoco, fue... Nie MingJue –dijo. Le había echado un vistazo al mensaje que recibió y luego se centró en el camino al notar el cambio de luces. Casi no había prestado atención a sus palabras, pero cuando lo meditó se dio cuenta. Jiang Yanli también.

La situación podría ser más seria de lo que pensaban.

Nie MingJue fue uno de los líderes más jóvenes (claro, eso fue antes de que Jiang Yanli también se volviera líder de su clan y secta) y, en todos los años que asumió su papel, solo convocó una reunión 2 veces. Las dos fueron de suma urgencia. La primera siendo la aparición de los espíritus resentidos anormales junto al (entonces no difunto) líder Nie, y la segunda fue cuando su equipo de búsqueda logró hallar los cuerpos del matrimonio Jiang y Wei. Nie MingJue no convocaba reuniones a menos de que fuera en un momento crítico, incluso si los casos que él tomaba eran los más peligrosos y podía terminar con heridas graves, prefería lidiar con ello solo. Así de confiado y poderoso era.

Ahora, ambos esposos estaban procesando todo en un viaje aún más silencioso.

La calma y el tacto para poder tratar a las personas fue algo que pudo aprender de su madre. Incluso si shufu decía que era una alborotadora y que podría quemar la casa en un descuido, fue ella quien les enseñó cómo tratar sentimientos ajenos y propios. Solo que su tío no estaba listo para esa conversación.

Le tomó un tiempo hacer que Jiang Wanyin tuviera un poco más de calma antes de que empezara a hablar. Necesitaría esa calma para poder hacerse una idea de todas las cosas que desconocía.

Jiang Cheng no parecía interesado en la taza de té frente a él, tampoco en curiosear con la mirada las decoraciones del departamento de Lan XiChen. Él solo podía pensar en la carta que seguía apretando con una de sus manos y en cuando planeaba soltarla para pedirle algunas respuestas al Lan. Aunque, incluso si Lan XiChen se había ofrecido a responderle, ¿era su responsabilidad? Se sentía culpable de seguir presionando las respuestas que quería del Jade solo por temor a enfrentar a su familia. ¿Su hermana lo sabría? A estas alturas pensaba que sí. Jiang Yanli había empezado a tomar las responsabilidades de sus padres desde que ellos se fueron y, su actitud cambió un poco. Seguía siendo cálida y amable, pero algunos tintes de otros sentimientos se habían mezclado con su usual personalidad. En su tiempo, él lo había atribuido a la partida repentina de sus padres y a las nuevas labores que cayeron sobre ella. Incluso si quiso ayudar, las cosas de las que él debía encargarse no se podían comparar con las que ella cargaba. Además de ello, Jiang Yanli le pidió encarecidamente que no se centrara en esos asuntos y que terminara la secundaria y la universidad. Aun así, él todavía decidió Administración de Empresas para poder tener el conocimiento necesario para apoyarla.