14. Intrusos

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Iba caminando a paso ligero, tratando de alcanzar al tierno alfa Jimin. ¡Por favor! ¿A quién quería engañar? Corría tan rápido como podía  detrás de su amigo, sus músculos dolían y su respiración era pesada, por más que lo intentaba, no lograba alcanzar al lobo y comenzaba a frustrarse.

Estaba lentamente ideando un plan para que a Jimin le diera un calambre en media carrera y al fin poder ganarle a ese presuntuoso chico. ¡Ni más faltaba!  Habían dado más de 15 vueltas alrededor de la fuente, sin parar a descansar más que una vez en la que tomó agua y aun no lograba alcanzar al lobo. Por más que sus capacidades físicas se hubieran expandido increíblemente, seguía siendo más lento y débil que un lobo de sangre.

Otra medida sucia  sería atraer el listillo  de YoonGi al centro del pueblo con alguna artimaña y  ¡zas! Jimin se distraería tan pronto percibiera su olor cerca. Jin no era una mala persona, pero maquinaba planes un tanto... extremos y casi río abiertamente con su plan.

- Descansemos un momento - dijo Jimin, frenando de pronto y tirándose a la hierba. Respiraba agitadamente pero nada comparado a SeokJin que parecía que iba a hiperventilar en  cualquier momento.

No necesitó que lo dijera dos veces, se tiró también a la hierba y miró hacia el cielo celeste y profundo.  Era alrededor del medio día, mucha gente estaba afuera trabajando en sus cosas de manada, los niños corrían de allá para acá y de  vez en cuando se oía alguno que otro animal al fondo. Habían pasado un  par de días desde la conversación con NamJoon,  había escrito el texto  y alguno de  los hombres de confianza de Nam, en este caso, su escolta "privada", enviaría el mensaje tan pronto fueran al segundo pueblo más cercano, a unas 4 o 5 horas de donde se encontraban, ni locos lo harían desde el pueblo más cercano.

La logística del asunto de la manada era complicada, traían suministros casi siempre de forma semanal, se ocupaba un día entero para ir y venir con todo lo que se requiera en la manada y debían ir al menos unas 3 o 4 personas. Corrían en sus formas de lobo hasta casi el borde con el pueblo más cercano a tres horas y luego caminaban el resto. De vuelta, pagaban a algún carro pick up  para que los dejara al borde del pueblo siempre indicando que alguien los recogería y los llevaría a otro de los pueblos vecinos.  Según le habían explicado, habían varios pueblos bastante alejados de las ciudades, pero todos tenían en común un cruce donde convergían sus caminos principales, entonces, en realidad era bastante común que las personas compraran algunos suministros en otro pueblos y se trasladaran a sus respectivas comunidades, llegando a ese cruce en común.

De ahí, debían traer los suministros a pie en pseudo carretas o  cuando tenían suerte (que estuviera lloviendo demasiado), se movilizaban en un viejo auto que tenía la manada y que trataban de usar lo menos posible para evitar que cualquiera pudiera por accidente ver un auto por esos lares o incluso seguir el  rastro que el automóvil creaba al pasar por el  más que rudimentario camino que llevaba a la manada.

El asunto era complicado y entendía por qué debían ser así, sin embargo, seguía creyendo que eran medidas muy extremas y muy demasiado a la antigua. Por eso debía esperar que las personas fueran al pueblo  y que el escolta pudiera mandar el texto, lo que no era lo más inmediato que hubiera deseado.

Él aún no salía del asombro de todas las cosas diferentes que habían ahí. Aunque siempre resultaba asombroso ver a uno que otro lobo paseándose por los alrededores, él se había acostumbrado, de cierta  forma, a saber que esas eran personas.

Miró al cielo y dio una larga respiración, a su nariz llegaron tantos olores que aún le parecía increíble. El aroma de Jimin era bastante fuerte y agradable, pero no había aroma más atrayente que el que emitía NamJoon.

Kairos by Mink [NamJin/Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora