22. Lazos y secretos

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¿Ayuda?

Esa voz no la reconocía y creía saber que ningún miembro de la manada vendría a la casa del alfa a tocar la puerta de ese modo y a pedir ayuda. Estaban los guerreros, aquellos que protegían la manada e incluso estaba su escolta, siempre había al menos dos de ellos rodeando la casa.

¿Cómo había logrado esa persona, llegar hasta su puerta?  Unos escalofríos horribles se instalaron en su espalda, no abriría esa puerta, no estaba loco y además, le había prometido a NamJoon justo eso mismo, no abrir la puerta a ningún desconocido.

Es decir, no solo podía ser alguien  de la manada de rebeldes de donde habían rescatado a Jimin, sino que  Jin no olvidaba que la Manada del Norte estaba en su búsqueda y que Nam pensaba que harían alguna visita sorpresa solo para saber quien era el nuevo miembro.

Una parte de sí temía que fueran esos lobos los que habían llegado a la manada, tenía la certeza de que querían matarlo para acabar con esa tonta leyenda vieja. Pero ellos no creían que fuera tonta y él no creía tampoco que fueran a rendirse tan rápido.

- Ayuda, por favor - escuchó de nuevo, la voz se oía entre sollozos, algo cansada y hasta temerosa, pero todo podía ser parte de un show.

Si había un lobo al otro lado, porque claramente esa era la voz de un hombre, esa persona ya sabía que estaba adentro. Su olor era reconocible, siempre podría fingir que no había nadie, quedarse callado y esperar que se vaya lejos, pero la persona sabía que estaba adentro.

Y él tenía la dolorosa convicción de que quien hablaba era un lobo, no sólo por la lógica de que estaba en Kairos, sino porque un humano, sin guía, no llegaría ahí solo hasta esa parte de la montaña y menos aún, sin ser detectado.

Boom Boom Boom

-N-no tengo tiempo, solo necesito que me ayudes, ayúdame a sobrevivir. Necesito encontrarlo. - rogaba la voz y algo en Jin se sintió extraño.

Esa voz... era desconocida, pero la sentía cercana, como si fuese un viejo amigo al que debía ayudar.

- Vete.

Dijo y justo después se maldijo por lo tonto que había sido. Responder fue un impulso tonto y él, como el gran idiota que demostraba ser en ese momento, no tuvo ni el filtro para detenerse.

- No puedo, va a matarme, pero tú puedes ayudarme. E-eres el compañero del alfa, él va a escucharte.

Sintió como su vello se erizó, efectivamente, la persona sabía exactamente con quién hablaba. Un segundo después, oyó un aullido a la distancia, seguido de muchos más, tantos que incluso diría que la manada entera correspondía al llamado de su alfa.

"Si van  a matar al chico, algo tuvo que haber hecho", se dijo, no era asunto suyo y menos si no podía siquiera tener una pizca de confianza en la voz del otro lado.

- No puedo ayudarte. Corre, talvez logres salvarte.

Pero su corazón se sintió pesado y su consciencia parecía mirarle desde arriba, decepcionada de él por descartar  una vida con tanta facilidad.

- Morir no es lo que me aterra- dijo la voz - lo que me da miedo es dejarlo solo a él.

¿Qué?

- ¿Cómo te llamas?

- ¿Importa, acaso?

- ¿De donde vienes? - volvió a preguntar.

Silencio.

- S-soy el rehén de tu manada - dijo, haciendo una pausa-  aquel al que dejaron con vida cuando rescataron a uno de los tuyos.

Kairos by Mink [NamJin/Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora