Capítulo 24 - Alma

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—Donde estoy, estoy muerto? —le pregunté desconcertado.

—No estás muerto, estas en otro plano astral.

—Otro plano astral!   ...en Río Negro? ...Eres "Alma", la bruja del pueblo!— grité retrocediendo con temor.

—Soy mucho más que eso y por eso estás aquí.

—Pero, como llegue aquí? Yo estaba... con... en...— agregué tartamudeando cuando ella interrumpió y dijo,

—Lo se, y aún estás allá.  Gracias a toda la energia púrpura que absorbiste accediste a esta habilidad. El tiempo funciona diferente de este lado, así pues un instante en la tierra es mucho tiempo por acá.

Estaba confundido y asustado pero aún así pregunté,

—Habilidad! ...de que hablas? ...acaso me hechizaste!?

A lo que ella respondió en mi mente,

"Todos los seres vivos tienen la llave para acceder a este plano "la fuente de la energía creadora", necesaria para darse la vida tal como la conoces, sin embargo son pocos los que están  consiente de ello y que además pueden utilizar parte de su poder"

Que llave? yo no tengo ninguna llave especial!— agregué.

"No es algo que tengas, es algo que experimentas y lo conoces como  "Climax". Cuando tu cuerpo llega a el, toda esa energía sexual acumulada abre un portal que le da paso a la chispa de la vida"

El orgasmo es la llave!?— Dije sorprendido y continué,

—El orgasmo es la llave!?— Dije sorprendido y continué,

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—Bueno... no discutiré las propiedades mágicas de un orgasmo pero todo este tema de luz, energía  y portales es una locura.—

"Tanto tú cómo yo, "portadores de la flama azul", somos de los pocos que tenemos acceso a este mundo, utilizando y manipulando esa misma energía incluso cuando el acto sexual no es con fines reproductivos"

En ese momento todo a mi alrededor ser mostró de un color azul brillante, era mi aura encendida. Al mismo tiempo ella explicó que  nuestra función no estaba del todo clara, pero que si se sabía que éramos fundamentales para mantener la estabilidad y el equilibrio de la vida en la tierra.

También dijo que este "Don"  es por herencia y no un hechizo, que mi poder estaba latente y despertó al estar en contacto con un objeto vinculado mágicamente a mis antepasados.

—En mi familia nadie tuvo magia, que yo sepa! ...Y tampoco he tocado nada mágico!— Replique.

"Lo hiciste en casa de Raúl al tocar mi vieja colcha y es por ello que te puedo contactar y percibir, incluso cuando tu esencia está fuera de su recipiente nuestra magia sigue vinculada, y eso obviamente es así porque tenemos un ancestro en común"

Mi mente se rehusaba a creer  lo que ella decía, aunque en mi interior quería hacerlo.

De hecho cuando me explico que cualquier objeto expuesto a una gran magia termina absorbiendo parte de ella —la colcha en este caso— me pareció increíblemente lógico, y recordé que la primera vez que sentí esa fuerte energía —en aquel momento traslúcida— fue cuando estaba cogiendo a Raúl en su cama. Y entonces deduje que Raúl y yo, también tendríamos un parentesco debido a que la colcha estaba en su casa.

—No, pero ahora eso no es relevante!— respondió Alma con su voz.

—Suponiendo que todo esto es verdad y tú y yo sí somos familia, entonces ayúdame a regresar a mi cuerpo!—

"Solo tú puedes hacerlo, pero tienes que apurarte..."

Repentinamente ella comenzó a desvanecerse, desapareciendo y regresando, mientras su apariencia  se tornaba agotada, y continuó,

"...no me queda mucha energía! Percibo un Tenebris cerca de tú recipiente y eso es muy peligroso. Debes regresar a tú cuerpo lo más rápido posible."

Tenebris? ...que es eso?—

"Era un flama azul que perdió su recipiente y que al verse  atrapado en otro cuerpo, su esencia fue corrompida por el miedo y la desesperación, convirtiéndola en un parásito devorador de energía y de aura oscura.  Se vuelven seres perversos, insensibles e indiferentes...

Hace una pausa, para tomar fuerza y continuar,

"...Debido a que ese cuerpo no está diseñado para albergar un flama azul y menos a un Tenebris, este se ve forzado a consumir grandes cantidades de energía para mantenerlo  en   buen  estado, aveces como un adicto, con la diferencia de que va mejorando  considerablemente su condición física y desarrollando  la capacidad de percibir la esencia de sus presas, como la de seducirlas fácilmente...

...No obstante, este exceso de  energía finalmente termina por corromper la integridad del cuerpo, acelerando su envejecimiento y deterioro.  Dejándolos con solo dos opciones, la de resignarse a morir carcomidos y putrefactos o  conseguir un recipiente de otro flama azul, la única forma en la que pueden huir de su destino y seguir consumiendo energía sin el problema del desgaste, haciéndolos aún más peligrosos...

...ellos no pueden identificar quien es "Azul"  ya que naturalmente estamos protegidos   y aún si fornicamos  con alguno de ellos,  no cambiaríamos de cuerpo, ya que la flama y el parásito se repelen, algo similar a los polos opuestos. Pero sin tu esencia, tu cuerpo, si es vulnerable y seria para ellos como ganarse la lotería...

...Por lo tanto existen dos formas de perder tu cuerpo cuando no lo habitas; que por alguna razón mueras o que un Tenebris te lo quite al fornicar con el..."

...tengo que recuperarme, te contactaré pronto...

Espera! Cómo salgo de aquí? Y cómo regreso a mi verdadero cuerpo?— Grité angustiado.

"Tú voluntad..."

Fue lo ultimo que retumbó en mi mente antes de ella desaparecer por completo.

Ahora estaba solo en este colorido bosque, con algo de información pero con muchas más preguntas. Caminaba y caminaba, y nada cambiaba —donde estará la salida?— mil veces preguntaba.

—quiero estar en mi casa!— grité al perder la calma.

De inmediato todo comenzó a trasformarse en la versión astral de mi verdadero hogar. Subí las escaleras y observe todo con nostalgia,  mi cuarto y mi ropa tal como lo había dejado.

Entonces, pensé y grité emocionado,

—Llévame a mi cuerpo—

Y en un flash, mi alrededor se volvió  blanquecino. Brevemente pude ver una imagen del sexy moreno (con el que había soñado) llorando desconsolado, justo antes de abrir los ojos de nuevo, en el armario y con la desconocida mujer aún en mis brazos.

Ella estaba gimiendo de placer, cuando dijo efusivamente,

—Eres el macho que necesitaba!— mientras besaba con lujuria mi cuello.

Sin embargo, frustrado solo pensaba "en que este no era mi cuerpo" y debía buscar a Raúl.

Con bastante agilidad me subí el pantalón para salir corriendo de allí, no sin antes darle mi número de teléfono (el de Raúl) a la mujer para que me dejara huir sin el "segundo round", aunque ganas no me faltaban.

No voy a negar que lo hice con algo de maldad, solo para verle la cara a Raúl cuando se entere de lo que "hizo"cuando andaba con papí y mamí en el centro comercial.

Tu cuerpo y viceversaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora