Capítulo 49 - Sr. Juan

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No podía creer lo que había pasado,  Christian había logrado disipar la tormenta, pero como lo hizo? ...en un momento estábamos abrazados y lo próximo que recuerdo es abrir los ojos con una sensación de  calma increíble, y bueno... el detalle de todas las personas a nuestro alrededor inconscientes en el suelo; Algo perturbador debo acotar.

Las calles aún continuaban inundadas pero se podían ver las aguas retroceder, lo cual era un alivio pero mostraba la cruda realidad, Rio Negro prácticamente había desaparecido.

La devastación era impresionante, en toda mi vida aquí,  jamás vi algo como esto!  Hubieron muchas inundaciones y tormentas  en el pasado pero está, esta las superaba exponencialmente.

Cuando dejamos el refugio, las personas comenzaban a despertar, todos hablaban de un milagro, pero nadie recordaba ni sabía lo que había ocurrido, ni siquiera Raúl y Carlos quienes decidieron quedarse  como voluntarios para atender a los heridos y damnificados que seguían llegando.

Se que lo último que escuché es a Christian decirme que me amaba, y  me encanto, sin embargo me preocupa que no pude responderle igual.

Siento una conexión con él que no puedo explicar, y a pesar de que ahora puedo ver al verdadero Christian, quien por siento es todo un potro pura sangre!  no conozco nada sobre él.

Se que puedo confiar en él, se que sus sentimientos son honestos, se que me gusta y que no puedo evitar mirar su provocativo culo! ...y también sé que jamás había sentido algo como esto por otra persona.

—Pablo en que piensas?— pregunto Christian con tono curioso.

—En tu lindo culo! ...y en que cuando sea un artista famoso me compraré una camioneta como la del papá de Carlos, está brutal!!!

—Mmmm... en mi culo y la camioneta, solo eso?— Me cuestiono otra vez

—Si... pero si quieres... también puedo pensar en el culo de Raúl...— respondí para ver su reacción.

—Enserio? ...Me quieres provocar celos?  ...esto que tienes aquí...— dice señalando su cuerpo—es lomito, crema y nata, el top!   Y si estoy aquí contigo, es porque estoy seguro que lo sabes y lo prefieres!—

Con una simple sonrisa confirme su punto. Su seguridad me calentaba y me hacía desear poseerlo, pero en definitiva a este creído lo que le hace falta es que le den con ganas.

Por su mirada, seguramente ya noto lo mucho que me calentó su respuesta, sin embargo no me estacionaría  entre los escombros para cogerlo. Primero debo comprobar que mi familia está bien, y le pregunté,

—...y cómo es que sabes que mis padres están en la casa de mi abuelo?

—Durante la explosión  pude ver a Alma en el plano astral mostrándomelos allí.

—Como es que nadie vio ninguna explosión?— pregunte intrigado.

—...no sé, pero lo que si sé,  es  que esto no viene con instrucciones y espero que eso no te asuste...— agregó preocupado antes de que yo tomara su mano para descartar su temor.

Al superar todos los obstáculos y riachuelos en el camino, por fin llegamos a la que era la cabaña de mi abuelo!

—Pablo que haces aquí?! ...Dios te bendiga! Estás bien?— pregunto mi mamá al salir de la cabaña corriendo a abrazarme.

—Vinimos a ver cómo estaban?  vimos que las cosas estuvieron feas por aquí y quisimos venir ayudar.

—Si, estuvieron horribles, a tu papá casi lo arrastro el Río pero por suerte el señor Juan lo  vio   y   logro arrojarle  una cuerda— y  después preguntó al ver a Christian,

—y quien es el guapo caballero que te acompaña?

—Mucho gusto Sra Maria, soy Christian Rivero un amigo, siento mucho que pasara todo esto— respondió Christian con tono formal.

—Si mamá, él también es amigo de Raúl.  Quien junto a  él, Carlos "otro amigo" y yo vinimos a  ayudar. Los demás están en el refugio.

—Pablo, Pablo, Pablo!!!— salió gritando mi pequeño hermano corriendo a mis brazos.

—Lagartija!!! Estás bien!

—Lagartija?— le pregunto Christian a mi mamá mientras ambos observaban cómo lo cargaba por los aires.

—Que te puedo decir, es amor fraternal!— le respondió para luego decir,

...vamos, entren, Pablo tú papá está con el Sr Juan, el se ve muy débil, pero el obstinado no quiere ir al médico....
... Por suerte, cuando lo encontramos en el bosque el nos recordó que esta cabaña era segura, ya que nunca había sido afectada por ninguna  inundación y alcanzamos a llegar  antes de que las cosas  empeoraran.

Juan es un señor que mi familia conoce de toda la vida, hablaba mucho con mi abuelo y eran muy buenos amigos, incluso creo que por eso mi abuelo lo dejó vivir  en los terrenos cercanos a su propiedad.

Casi no sale del bosque y lo más increíble es que es de esas personas que  parecen que siempre han sido viejas, no ha cambiado mucho, imagino que por su piel morena, pero la mas icónico de él es su  pequeño afro blanco...

Mi papá y mamá buscaban la manera de convencerlo para que fuera a el refugio o a la sala de urgencias, ya que entre sus complicaciones de salud y que la luz se había cortado desde que empezó el desastre, no era muy cómoda sus estadía.

Cuando entramos y Christian lo vio en el mueble recostado quedó pálido como fantasma y me dice al oído,

—Pablo... es Alma! Ese anciano es Alma y
ese es el cuerpo de Juan!!!! Él es quien me guiaba, y nos ayudo a salvar a Raúl  y Carlos.

—Que?! Estás seguro? — le pregunté sorprendido, pues Juan siempre a sido muy reservado y tranquilo, y jamás noté nada extraño o diferente en él.

—Si, estoy seguro!  ...necesito hablar con él, crees que puedas conseguir darme tiempo con él a solas?—

—Seguro...— luego mirando a mis padres y lagartija les dije que Christian sabía de primeros auxilios, y que deberíamos salir para que él lo chequeara.

Tu cuerpo y viceversaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora