Capítulo 46 - no vas a sudar... creo.

132 9 0
                                    

Llevábamos toda la madrugada  manejando a Río Negro, las noticias no eran para nada alentadoras. El número de víctimas y desaparecidos seguía aumentando y por su puesto a cerca de una hora de llegada comenzábamos a sentir los primeros embates del clima.

Pablo conducía   visiblemente preocupado, sin noticias de su familia y con la información que escuchábamos en la radio no era para menos.

Aparte  también está "el elefante en la habitación"  por así decirlo... cómo y cuando, Raúl y yo cambiaríamos de cuerpo?

Eso me tenía realmente inquieto, Pablo sabe cómo pasó todo, pero podría asimilar que vuelva a tener sexo con Raul  sin problemas? ...yo podría tener sexo con Raúl sabiendo que Pablo estará esperando en  otra habitación? ...Christian, por que te complicas tanto con esto? ...Es solo sexo! (Me decía)  ...todo sería más sencillo con una orgia...

Pero no... no, eso no me parece bien! No ahora, ...Aquí esta involucrado algo más, algo que nunca había sentido, es un tipo de respeto que me une a Pablo,  que se percibe frágil pero a la vez valioso,  complicado e intangible...

—Pablo déjame conducir un rato, necesitas descansar de lo contrario no podrás ayudar a nadie, déjame tomar el volante— le pedí, pero Carlos contesto,

—Ya estoy mucho mejor, puedo manejar un rato! Haz una parada en esa estación de gasolina,  voy al baño y luego sigo  yo.

Al estacionar Carlos fue al baño y Pablo se bajó por una bebidas energéticas y algo para comer, mientras Raúl y yo seguíamos en la 4x4.

—Christian como vamos a hacer... tú sabes?— me preguntó Raúl discretamente.

—No se, crees que deberíamos intentarlo de una vez...?

—Que?! ...aquí?! ...ahora?!— respondió Raúl con los ojos muy abiertos.

—No aquí! ...en el baño, quizás...? Raúl no me mal entiendas, quiero mi cuerpo pero... es que no siento que esto sea lo correcto ahora...

—Christian... tengo miedo— me confiesa con cara de preocupación.

—Por que? Cuando lo hicimos no dolió... bueno por lo menos no a mi. — le aclare sonriente y es que no puedo evitar hacer esos comentarios, pero Raúl desestimando mis palabras confesó,

—No, no es eso... creo que estoy enamorado de Carlos y creo que él me corresponde, aunque temo que sea solo por tu cuerpo... Nunca había sentido que alguien me correspondiera,  y se siente muy lindo... pero me es imposible no pesar, que no es a mi a quien quiere.

—Raúl... Carlos y yo nunca hemos tenido nada,  si te corresponde es por quien eres no por cómo te ves... sin embargo, te entiendo!  estoy sintiendo algo por Pablo y me preocupa que cuando tú y yo...  él no sea igual conmigo. — y agregué,

...deberíamos hablar con ellos?

—Y Pablo te corresponde?! ...Por qué él siempre se la ha dado de muy machote y me odiaba por...

—Maricon...? — complete y continué,

...ya sé que le pagaste y todo el asusto, pero hay una conexión entre nosotros que no puedo explicar y el también lo siente...

En ese momento regresaban Carlos y Pablo; Carlos se colocó al volante y Pablo con Raúl (en mi cuerpo) atrás.

Después de arrancar nuevamente  pasaron unos minutos de  incómodo silencio que Pablo rompió diciendo,

—Entonces? ...como vamos a resolver esto?— y Raúl contestó de inmediato,

—...en un baño en la próxima gasolinera!

Todos soltamos una carcajada, y yo pregunté para aclarar,

—Estamos hablando de la maldición o...?

—Yo hablaba de la maldición, pero ya que tocan ese tema... eso también me interesa!— explicó con picardía Pablo.

—...esa es la única forma en la que regresarán a sus cuerpos?— preguntó Carlos algo cabizbajo.

—No lo sé, pero mientras sigamos así tanto Raúl como yo, somos vulnerables...— y de pronto agregué emocionado,

...esperen, tengo una idea!   ...y  si como cuando conecte con Raúl en el plano astral, para sentir y ubicar mi cuerpo! ...intentamos esta vez conectar  a través de la meditación, pero ahora buscando regresar a nuestros propios cuerpos como lo hizo Carlos cuando los rescatamos?!

—Christian nunca he meditado... ni siquiera se que es eso... y por si no lo notaste tampoco me gusta hacer ejércitos...

—ahhh... pero cómo te gustan los músculos! ...ups!— le respondí sin poder evitarlo,  haciendo sonreír a Pablo,  y a Carlos y Raúl ruborizarse.

—...Carlos estaciónate a un lado de la carretera, necesitaré absorber mucha energía  directamente del suelo para intentarlo... y Raúl,  no te preocupes que no vas a sudar... creo! ...Aunque te digo, deberías pensar en cómo vas a mantener esta belleza de cuerpo  que te voy a regresar!

—No  te preocupes, yo lo ayudaré!— respondió Carlos, en tanto Pablo y yo al unísono dijimos...

—...Uuuuyyyyy! ...Si papá!!!  ...Te pondrán en forma!!!

Y observando a Raul, note que no sabía que mi cara se podía ruborizar tanto,  creo que es debido a que como siempre he sido un descarado, nunca me avergoncé de algo que quisiera o me gustara.

Tu cuerpo y viceversaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora