Parte 1

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El entrenamiento de ayer fue muy duro, no puedo creer que la diferencia de resistencia entre una niña de 9 años y uno de 12 sea tanta. Aún me duele el cuerpo y no pude dormir bien - me quejaba mientras comía mi desayuno - Deberías descansar más hermano, tu también le exiges mucho a tu cuerpo - comente a mi hermano mayor mientras él masticaba.

Shisui tragó su comida y tomo té, aún sin mirarme.

Debería dejar de quejarme, si quiero ser fuerte y ganar mucho dinero, debo soportarlo todo - me dije mientras miraba mi puño cerrado - hermano, cómo soportas tus entrenamientos y misiones sin quejarte?

Shisui me miró, su mirada estaba cargada con cariño y un aire desternillante.

Aoi, el secreto es la constancia - Me comentó levantando su plato, palillos y taza- No puedes andar por ahí quejándote de todo y abandonar porque sí. ¡Yo pienso en lo que lograré después de todo el cansancio: beneficios físicos y espirituales! - me gritó, mientras caminaba desde la cocina hacia la mesa.

Pero a mí no me importan los beneficios ésos, quiero muuucho dinero y muuucha comida para nosotros, hermano - le dije haciendo ademanes con las manos y exagerado los gestos.

Pues - dijo levantando mis palillos y plato, cuando se detuvo antes de tomar mi taza - deberías pensar en como lograrlo, si éso es lo que realmente quieres.

Me miró y luego se acercó a tomar mi taza, pero yo la tomé antes y la aleje de él sosteniendo la con ambas manos y estirando los brazos hacia la izquierda.

Creo que deberías apúrate en vez de estar jugando - dijo estirándose y tomando la taza de mis manos - vas a llegar tarde si no sales ya - concluyó dejando la taza en la mesa.

Shisui se alejo con mis trastes en dirección a la cocina, mientras que yo me percaté de lo tarde que debía ser.

Bueno, entonces ya me voy shisui - le grité caminando a la puerta que daba al exterior de la casa y agitando la mano - te espero para cenar?- me detuve en la puerta.

No - respondió él - Hoy me voy a una misión, te veré mañana en la graduación, ¡Cuídate hermanita!

Fué lo último que escuché al salir corriendo para llegar a tiempo a la academia.

Corría lo más rápido que mis pequeñas piernas me lo permitían, cuando Usagui me gritó a unos kilómetros de distancia.

¡Aoi, detente! - Agitaba ambos brazos de un lado a otro arriba de su cabeza y parada a mitad de la calle.

Comencé a frenar de a poco y me detuve a unos metros de distancia de ella.

Señora Usagi, dígame, necesita algo? - dije volteando a ambos lados de la calle buscando algo.

Niña Aoi, me voy de la aldea por un tiempo y ya no podrás ayudarme con el negocio, lo voy a cerrar durante una temporada - dijo para después abrazarme - ¡te voy a extrañar mucho!

¡¿Cómo que se va?! - Grité horrorizada - ¿Por qué? - dije apartando la un poco para verle la cara.

Ella río un poco triste y contestó:
Mi madre falleció ayer y tengo que ir a mi aldea para arreglar unos asuntos.

Me pareció que éso le disgustaba y decidí no preguntar más.

Entonces, cuánto tiempo se irá? - la abracé fuerte - No me deje, por favor.

Ay cariño, lamento dejarlos así, pero es urgente -

Después pareció ocurrirse le algo y me dejó de abrazar para apartarse un poco y verme de pies a cabeza.

Aoi, mi hermana mayor está buscando jardinera y tú dejas mis jardines hermosos; y ni hablar de los ramos de la florería. No te gustaría ir con migo a mi aldea natal?- Me preguntó emocionada.

Lo pensé un momento y me pareció buena idea, pero ahora llevaba prisa.

Que gran idea, pero, me dejas un poco de tiempo para arreglar unas cosas y avisarle a mi hermano? Llega mañana de una misión y no puedo irme sin hablar con él.

Pareció pensarlo y al final accedió, así pude retomar mi camino a la academia.

Al final del día empaque mis cosas emocionada, al día siguiente debía buscar un trabajo para aprender una profesión para ganar dinero y aún no tenía nada; así que la propuesta de la señora Usagi me vino como anillo al dedo, no tenía nada más que esperar hasta el próximo día.


*****

Al día siguiente me pare temprano para aprovechar el mayor tiempo posible. Shisui iba llegando cuando yo salía de la casa.

¡Shisui! Por fin llegas, te dejé en tu cama la ropa para el evento, ¡no llegues tarde!- le dije después de abrazarlo y salir corriendo.

Llegué a la academia, estaba decorada muy alegre y colorida, los niños que nos graduamos llevábamos la banda ninja representativa en nuestra ropa.

Shisui llegó un rato después del inicio y se colocó sigilosamente en la entrada del evento; pasamos a recoger la banda real y posamos todos los graduados para la foto del recuerdo. Era un alivio el no tener que graduarme con los de mi generación, no tenía el tiempo o dinero suficiente para estar jugando a ser boba.

Shisui decía que era mejor no adelantar me con los de último año, pero los líderes no tomaron en cuenta su opinión, desean que yo entre al AMBU como mi hermano, yo no sé si quiero entrar ahí, shisui parecía aterrado con la idea.

Saliendo de el evento caminamos por toda la aldea y mientras lo hacíamos le conté de la propuesta de la señora Usagi.

No - Dijo shisui ligeramente enojado - eres muy pequeña para irte tu sola, no puedo permitir que te pase algo.

-Shisui, ya soy una ninja, no puedes evitar lo inevitable, si no me voy con la señora Usagui, me iré con un equipo ninja y si no, en misión AMBU.-

¿Cómo podía prohibirme que me fuera? Como si su opinión le importara a los líderes de la aldea. Solo podía ahorrar el dinero de el trabajo de la florería y algunos trabajos simples.

-Papá murió hace poco y ahora solo estamos tu y yo - balbuceó.

-Cuando papá murió nuestro destino quedó sellado, ahora no está papá - reafirme sus palabras, pero agregue antes de darle esperanza - así que el dinero también, las cosas están mal, no quiero morir de hambre.-

-No pasará - afirmó con autoridad y confianza - ya gano bien con las misiones, puedo cubrir los gastos de la casa por mi cuenta.-

¡Pero quiero ayudar! No lo hagas tu solo, déjame ayudarte - le dije levantando la voz.

¡Pero eres una niña! - me dijo con voz estridente - Aoi, eres una niña, no puedo permitir, como el mayor, dejarte perder tu infancia.

La tristeza se le notaba tanto en las palabras como en los ojos. El sol se ocultaba entre los grandes árboles, el viento frío soplaba y mi cuerpo comenzó a temblar.

¿Cómo tú perdiste la tuya? - solté en un susurro.

Ambos nos quedamos callados, ninguno podía negar la verdad de nuestras palabras, ni la pureza de nuestras intenciones.

"Ya es tarde" soltó más calmado y frío, pero yo sabía que no hablaba de la hora.

Itachi X Lectora _ Una Lágrima De DolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora