Itachi X Lectora _ Una Lágrima De Dolor

Parte 3

¡Hay una persona en lo alto¡
¡Se va a caer! ¿Quién es?

Entre gritos y murmullos Aoi se acercó a la multitud. Conforme avanzo los gritos incrementaron.

¡¡No!! ¡¿Va a saltar?!

¡Cuidado!¡Que alguien suba a ayudarle!

Unos segundos después la figura cayó y los gritos incrementaron, cuando saltó eran tan estrepitosos que por un momento no se escuchó nada más en la aldea.

Todos comenzaron a correr al lugar donde había caído, pero quedaron mudos cuando vieron a una mujer de cabello morado, ojos grises con alas blancas y ropa negra aterrizando en el suelo.

¿Un ángel? ¿Una diosa? Los pensamientos de los presentes se vieron interrumpidos por una voz aguda y tranquila.

Mi nombre es konan y soy la voz del líder - Nos dijo el Ángel - soy la mensajera y el camino de la palabra entre líder y ustedes.

Todos estaban anonadados, aquel hermoso ángel con voz melodiosa era la portavoz de aquel temible hombre del que todos hablaban.

Los niños se aferraron a sus madres y los hombres se pusieron a la defensiva o protegiendo a sus familias. No los culpo, aquel bello ser venía a anunciar nuestra perdición.

Sus ropas eran negras, los Ángeles buenos usaban ropa blanca ¿no? Pero sus alas sí son blancas, entonces ¿podremos confiar en ella?

La bella muchacha nos contó que el nombre que debíamos respetar y aclamar era "Pain", el hombre que nos sacaría de la pobreza y de la corrupción, una nueva era, una nueva página en el libro de historia de la aldea.

Podía notar que la gente se debatía si aclamar a voces su felicidad y gratitud o asustarse e irse. Esto era algo muy inesperado y abrumador.

El Ángel aunque agraciado y de voz apacible tenía el rostro severo, era autoritario.

¿Hay alguna duda? - nos preguntó como si realmente lo hiciera por compromiso. Nos miraba... Como a una peste, como si ella fuera un ser superior. Éso no me gustó.

Nadie se atrevía a hablar, así que me acerqué con temor.

Ángel mensajero, portavoz del líder supremo ¿qué sera nosotros tu pueblo? - dije esforzándome en encontrar palabras adecuadas.

Me pareció que hablarle con respeto y adulación nos evitaría problemas, al parecer los demás también lo creían, le preguntaron sobre el estilo de vida, negocios, familia, etcétera.

Pero el Ángel aún no respondía, parecía que con cada pregunta su estado de ánimo empeoraba. Definitivamente no le agradaba hablar con nosotros.

Mensajera del destino ¿qué pasará con los huérfanos como yo, o con los enfermos y débiles, o con los desempleados o niños, o con los ancianos y embarazadas? Fue en resumen lo que se dijo.

No se preocupen, pueblo nuestro.
El bien al bien y el mal al mal, todos deben sentir el dolor para sentir el regocijo, y ustedes pueblo mío, ya han sufrido suficiente.
Pero no se confíen, el líder no es tan misericordioso como quisieran. Eso es todo. - finalizó Konan, partiendo a las afueras de la villa.

¡Que desagradable! Y su amenaza ni siquiera estaba disfrazada, me parece que no es buena idea quedarme aquí. He tenido suficiente de esta aldea.

*****

(Cesa la música)

El recuerdo de la noche anterior regresó a atormentar a la pequeña niña mientras dormía.

Los hermanos corrían entre los cuerpos que caían del cielo, los escombros y el fuego.

Ambos niños corrían en dirección a su casa cuando una enorme pata naranja se blandió de un lado a otro e impacto con su hogar.

Shisui paró en seco y puso a su hermana tras de el de manera protectora. Fué ahí cuando Aoi miró lo que pasaba.

Un enorme zorro atacaba su aldea, de ojos rojos como la sangre y pelaje naranja como el fuego, un ser que parecía haber salido del mismísimo infierno. El espectáculo visual sumado a los gritos desgarradores y los llantos incesables quedaron marcados en la memoria de la pequeña.

Aoi se levantó con lágrimas en los ojos y jadeando en medio de la noche.