4: ¿Qué tal si...?

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Los días pasaban y parecía que todo en casa de los Crayon marchaba perfectamente.

Los hermanos acordaron reunir un poco de dinero para celebrar el cumpleaños de Fresh que se daría dentro de tres meses, se podrían dar ese lujito ahora que ahorraban sin parar.

En el trabajo del albino lo felicitaban por su gran esfuerzo y dedicación, estaban realmente contentos con él. Se había ganado el cariño de los propietarios de la panadería, así que en compensación, todos los viernes sin falta le regalaban una bolsa de pan dulce como crédito por su gran desempeño y agradecía infinitamente por el detalle. Para los Crayon los viernes se volvieron especiales pues cenaban pan dulce y eso era un motivo de felicidad debido a que era muy caro para la posición en la que se hallaban actualmente, más parecía que la desgracia no los dejaría en paz.

Uno de esos tantos días en el que Geno traía el pan a casa se dio cuenta de que no había nadie en el piso de abajo para recibirlo. Era extraño, pues su madre al saber que era viernes siempre preparaba algo para acompañar el pan.

Escuchaba sonidos raros provenientes de arriba. No podía decir con exactitud de que se trataba pero saldría de dudas. Dejó el pan en la mesa y subió despreocupado, pero mientras más se acercaba aquellos sonidos se transformaban en algo alarmante, así que apresuró su andar.

Al estar arriba se dio cuenta de que en efecto, lo que había escuchado eran lloriqueos y salían de un solo cuarto, el de sus padres. Se adentró a este y vio como sus hermanos junto a su madre estaban arrodillados a un costado de la cama de su padre, sollozando con un extraño parado al otro lado con muchas botellas raras.

Se acercó rápidamente a ver que sucedía. Los demás al percatarse de su presencia le hicieron espacio para que se arrodille también y hacerle compañía a su padre mientras que el hombre terminaba de hablar.

___: ...-acompañado de agua y un poco de estas hierbas que se las dejaré aquí.

Explicaba mientras extendía una botella a la madre de familia.

El albino supo de inmediato que se trataba de un médico. Confundido y preocupado por el llanto de sus hermanos, se acercó aún más a su padre para ver su rostro, el cual yacía con los ojos cerrados.

Geno: ¿E-Esta bien mi papá? ¿Q-Qué tiene? Por favor no me digan que...

Sentía que su mundo se venía abajo por segundos temiendo lo peor.

___: Descuide, muchacho. Estará bien no se preocupe. No sufrió fracturas graves ni hemorragias.

¿"Rupturas ni hemorragias"? Geno sintió un vacío con esas fuertes palabras, en especial al escuchar a sus hermanos sollozar. Deseaba hacerlo también sufriendo por el estado de su progenitor.

___: Descuiden, por favor. No se alarmen, solo les pido que lo dejen descansar durante cuatro meses y que sin falta le den esas hierbas todos los días después de la cena. Vendré cada semana para checar su yeso y a tratar las leves fracturas.

Todos estaban muy preocupados. El mayor no aguantó más y dejó que lágrimas se deslicen por sus mejillas desconsolado. Aún no sabía lo que había pasado pero esas dudas serían aclaradas pronto. Intentó ser prudente para no poner más nerviosa a su madre pero deseaba saber que fue lo que pasó.


Después de que el médico se retiró, todos habían bajado al primer piso para cenar en la mesa. Estaban en absoluto silencio comiendo a bocado pequeño el pan dulce.

Amor Real || (Real Love)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora