Capitulo 2

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Estaba sola, me estaban persiguiendo y debía escapar. Debía irme de allí lo más rápido posible.

Corrí tan rápido como pude, no quería detenerme porque podía hacerme lo mismo a mi. Era una muy mala persona. Lo odiaba tanto.

Lágrimas gruesas corrían por mi rostro. Me enrede con mis propios pies y caí.

Ya estaba cerca...

Me levanté y corrí con pasos torpes hasta que llegué a la ciudad.

Ya estaba segura, pero no por mucho tiempo. Ella murió por su culpa, estaba segura de eso. ¿Y si me mataba también? ¿Y si yo era la siguiente?

***

Me desperté de golpe, odiaba tener este tipo de pesadillas. Eran una especie de recuerdos, pero sentía que al mismo tiempo mis recuerdos eran alterados por mi mente. Ya no podía más, tanto estrés me hacía sentirme como una loca. Debía hacerle pagar, ya era hora.

Que sufriera tanto como yo sufrí. Ciertamente aún no sabía cómo haría eso, pero me las arreglaría luego. Me levanté y fuí al baño, me di una larga ducha para relajar mis músculos.

Hoy era Lunes, debía ir a clases.
Odiaba los lunes, eran aburridos y llenos de responsabilidades. Y no era la única que pensaba de esa manera. Tomé rápidamente mi bolso y salí. Después de unos minutos llegué al instituto, y busque a Alex con la mirada.

¿Dónde estaba?

Luego de muchos minutos buscando logré encontrarla y fuí hacia donde ella se encontraba.

—¡¿Ay pero que te a pasado?!— me miró de arriba a abajo.

¿Que tenía? Y como si ella leyera mis pensamientos puso un pequeño espejo frente a mí.

—Ya sabes, uno de esos días— respondí.

Sin pensarlo un segundo, me tomó del brazo y me llevó hacia el baño. Cuando llegamos saco su maquillaje y empezó a arreglar mi desastrosa cara.

Luego de unos minutos me mire en el espejo.

—Debo admitir que eres impresionante—
Hablé. No quedaba ni un solo rastro de esas feas bolsas bajo mis ojos, ni siquiera se notaba que no había dormido muy bien.

—Es que te veías patética— respondió ella guardando todo de nuevo.

—Bueno, vamos a clases.

El día fue largo, aburrido. No presté mucha atención a las clases, tenía sueño y ganas de estar sola en mi habitación.

Salimos y me fui directo a mi casa, ni siquiera me despedí de nadie. Cuando llegué me di cuenta de que mis padres no estaban, lo normal. Busque un helado y subí a mi habitación.

Puse una película de terror, por alguna extraña razón ese tipo de películas no me asustaban, me gustaba verlas. Era muy rara, lo sabía, a la mayoría de adolescentes les aterraba ver una, sobre todo a las chicas. Y allí es donde venían los chicos y aprovechaban para enamorarlas. Imbéciles.

Disfrute de mi helado y cuando la película termino apague las luces y me acosté a dormir. Me haría bien dormir un rato, aunque fueran tan solo unos escasos minutos. Sé que es irónico porque estaba así gracias a dormir, pero estaba cansada porque hoy fue un día muy largo y muy aburrido.

***

Me desperté por el sonido de mi celular. Estúpido teléfono. No veía nada, así que  supuse que había dormido tanto que ya era de noche. Tantee en la mesita a mi lado tumbando todo lo que se encontraba en ella. Fue un rato de búsqueda hasta que lo conseguí y respondí mirando la pantalla para ver quién me llamaba.

Mi Dulce Venganza [ Editando ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora