Capitulo 14

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Problemas y rescates

La luz del día golpeó mi rostro despertándome del sueño en el que me encontraba, mis ojos aún no se adaptaban a la luz así que me costaba mucho poder abrirlos. Mi cabeza dolía, pero era un dolor que podía soportar, hice varios intentos hasta que mis ojos se abrieron por completo.

Observé todo a mi alrededor, estaba en un hospital, mi vista se dirigió a mi pierna que aún dolía a pesar de los antibióticos que me habían suministrado. Quite la sábana que me cubría y observé que tenía una venda cubriendo la herida. Intenté moverla pero el dolor era insoportable así que preferí quedarme quieta. Volví a cubrirme y me recosté de nuevo.

— Oh, ya despertaste— habló alguien a mi lado. Me gire rápidamente y era tan solo una de las enfermeras, se acercó a mí y volvió a surtir otro medicamento.

—Si...— respondí.

Esta salió de la habitación y volví a quedar sola, ahora había cambiado de opinión respecto a la soledad, creo que ya no era una buena idea estar sola en este tipo de situaciones. Me quedé allí observando la habitación, ya que no tenía más nada por hacer, pasaron al menos unos 10 minutos cuando reparé a mis padres en el umbral. No los salude ni nada de eso, simplemente fuí al grano.

—¿Que sucedió?— pregunté. Se acercaron hacia la cama, mi madre se sentó en esta y mi padre acercó una silla y la colocó frente a nosotras.

— Te mordió un lobo Emily. Según lo que dicen los investigadores, el lobo que te mordió no estaba solo— respondió mi madre — al parecer son una manada.

—Pero si nunca han habido lobos aquí— dije.

—Lo sabemos, y al igual que tu se nos hace muy extraño tan repentina aparición — habló mi padre — estos llegaron aproximadamente hace tres días. Estaban cazando, su lugar de origen ya no tenía animales ya que estaban en invierno.

—Y cómo aquí aún el invierno no llega, se trasladaron— culminó mi madre — Bueno, al menos eso fue lo que dijeron aquellos que investigaron al respecto.

— Sigue sin tener mucho sentido, aquí ya va a llegar el invierno. Bueno, ya debió haber llegado, solo que el clima es muy irregular. — respondí — Lo que si tiene sentido es que me atacó porque se sintió amenazado, eso sí es entendible — comenté.

— Tienes razón, no me fío de nadie— dijo mi padre — Es demasiado extraño que aparecieran de la nada.

«Tiene toda la razón»

Pero son seres inofensivos que solo buscaban sobrevivir. O eso es lo que yo pienso.

—¿Y a el niño? — pregunté — ¿Los lobos le hicieron algo?

Ambos me miraron sin entender nada, como si estuviera loca, así que continúe:

—Había un niño en el bosque, el me dijo que habían lobos allí.

—No Emily, no había ningún niño— dijo mi madre.

—Pero yo no estoy loca, el me dijo que habían lobos en el lugar y luego salió corriendo de allí— repliqué.

—No, no había nadie— dijo mi padre.

—Pero...

—Solo olvídalo, mejor descansa— demandó mi padre.

Se marcharon de la habitación dejándome sola otra vez y con la horrible sensación de que me estaba volviendo loca, ya que no me creían nada. Decidí ignorarlo y me recosté de nuevo, mis ojos se fueron cerrando hasta que caí dormida otra vez.

Mi Dulce Venganza [ Editando ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora