⃝⃕XXIII

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No estaba muy emocionado con la idea de salir de la finca e ir a recorrer las calles de Italia, en primera porque odiaba recordar a su padre por culpa de un país, la segunda era que detestaba a su cuñado y la tercera sin duda era le peor, aguantar a Jeon Jungkook y su bola de amigos no era un trabajo fácil, más sino estaban actuando como normalmente estaba acostumbrado.

Los empujones,  bromas, golpes y burlas eran su pan de cada día en el colegio gracias a ellos, era una tradición, su rutina, se había acostumbrado a ello; que el hecho de tener al trío de amigos casi sobre de él y a Jeon no dejándo de mirarle, le incomodaba. Por suerte no era el único que sufría un momento incómodo en Italia, Namjoon estaba sobre su mejor amigo rubio, emprendiendo su tan acostumbrada rutina de acoso sobre el mayor.

El moreno mantenía más de una pelea a la semana en busca de atención, era lo que el cerebrito inteligente y dotado de Taehyung le decía, que Kim Namjoon o amaba molestar a su hyung o estaba perdidamente enamorado de él. Porque no había otra clase de explicación para que el moreno se encargará de hostigar a Seok, llevando incluso a tener que meterse en graves problemas con tal de que le prestara atención al menos regañandole.

Al despertar se había encontrado con la misma jodida ave que no dejaba de cantar como loca en la ventana de la habitación que compartía con Seok Jin, el cual con suerte estaba más ido que Ponyo cuando la habían operado de su nube en los ojos.

Tenía el máximo nivel de flojera en su cuerpo, casi apenas pudiendo tomar su zapato para lanzarlo a la imagen del pájaro azul que parecía un jodido campanero blanco... en esos momentos Taehyung entendió todo. Su zapato se había atorado en el árbol, fallando grandemente en asustar al ave que estaba abriendo su pico y llorando, Tae sentía que se estaba burlando de él en realidad, por eso lanzó su segundo tenis que cayó en el mismo lugar que el otro, terminando ambos por caerse, escuchando una maldición Taehyung corrió en puntillas a la ventana; viendo la cara molesta de Jungkook y su mano en su cabeza sobando el golpe.

¿Por qué de todos tenía que ser Jungkook? ¿No le podía caer en la cabeza a Hoseok?

Su cabeza fue rápidamente escondida una vez que notó que Jeon iba a mirar hacia arriba, se arrepentia de haber lanzado los tenis rojos que había estado usando en la casa, sin duda Jungkook iba a saber que era su culpa.

Mejor ahora que nunca. Colocando sus pantuflas con cabeza de gato y peludas de todas partes, el castaño se arrastró con pesar y temor hasta la puerta, jalando de ella, tuvo que jalar de sus cabellos aún alborotados para poder librarse de la vergüenza de ser obvio ante su recién despertar.

Con cada escalón que bajaba sentía que la garganta se le cerraba y su estómago dolía por la sola idea de tener un golpe por parte de Jeon, ya le había pasado muchos y esperaba que su gran escudo —la casa de su odiado cuñado—le fuera de suficiente ayuda para no tener que pasar por el puño de Jungkook.

"Grrr"

"Cállate jodido..." no recordaba el nombre del perro.  "Monchi" le puso una vez que lo empujaba lejos de él y terminaban por huir hasta la puerta de la entrada de la casa.

La cual estaba abierta por completo, dejando ver le patio vacío, se suponía que el pelimorado estaría frente de ella, pues su ventana quedaba sobre de ella, Jungkook debía de estar saliendo cuando Taehyung decidió matar al ave con sus tenis. Sus pasos sonaban por la manera en que sus pies se arrastraban, el susto le había quitado una parte de sueño, teniendo una batalla de nuevo contra él una vez que el sol apenas le daba en la cara al salir por el marco de madera.

¿Tenía que estar tan soleado desde temprano?

"Sabía que eran tuyos" la gruesa voz de Jungkook le pegó en la nuca, dando su aliento contra su piel y parte de su cabello, erizando ante aquella sensación sus bellos de sus brazos.

Tʜᴇ sᴏᴜʀᴄᴇ ᴏғ ʟᴏᴠᴇ   ⃟KᴏᴏᴋᴠDonde viven las historias. Descúbrelo ahora