Tʜᴇ sᴏᴜʀᴄᴇ ᴏғ ʟᴏᴠᴇ ⃟Kᴏᴏᴋᴠ

⃝⃕VI

Taehyung miró el pasillo vacío del colegio, estaba demasiado cansado y apenas iban por el término del primer trimestre, lo que significaba que apenas era el inicio del infierno en el colegio, las buenas noticias eran que las vacaciones de primavera estaban cerca, así se librería de la escuela y de todo lo que llevaban como combo ella.

Su espalda dolía, tenía una bola de pelos en su suéter escolar y una en la boca, la mochila de un solo tirante que colgaba de su hombro era incómoda, había dejado la normal que tenía de color verde en casa porque Ponyo le había vomitado croquetas remojadas en jugo gástrico.

Su madre había salido corriendo a la oficina como para decirle dónde estaban las de sus cursos pasados y si era que aún no las donaba a la caridad, esperaba que no porque aún estaba la negra que tenía algunos botones de los Avengers, así que no deseaba llorar por perder su colección de varios años de niñez y adolescencia, así como tampoco deseaba querer matar a su madre por sus acciones de caridad.

Cuando la campana sonó y Taehyung tuvo que entrar al salón agradeció de sobre manera poder pasar el marco de puerta sin un balde de pintura o pegamento sobre de él, así que su estómago pudo estar calmado hasta que caminó a su lugar siendo ignorado por todos a excepción de Yong Jung Hwa, que era el presidente del salón y el único —sin contar a Jin— que no le ignoraba en el aula.

Todos los alumnos estaban en sus propios mundos, algunos muchos embobados en la imagen estúpida del azabache y Young-Jo, que era con los únicos que compartía filosofía. Al menos tenía que aguantar solamente a Jeon, el cual por supuesto estaba ya rayando su mesa, Taehyung sólo esperó a que acabase para tomar asiento sintiendo algo picar en su espalda. ¿Bastardo se escribía así? Suponía que era regalo de Jackson, porque era el que tenía peor ortografía de los cuatro.

"¡Se supone que debía de ir él!" Los gritos que se oían en el pasillo hicieron que los alumnos en el salón así como Taehyung mirasen la puerta. Incluso Jungkook había dejado de tratar de hacer un hoyo con sus ojos en la cabeza del castaño para mirar al tipo más bajo del salón.

"¿Qué coño pasa ahí afuera?" Le preguntó cuando el chico abrió un poco la puerta al tratar de ver la escena.

"El profesor de filosofía le está gritando a la directora" explicó sin dejar de ver fuera del aula. "Ahí están los profesores de literatura, deporte e historia"

"¿El señor Kim no estaba lesionado?" Preguntó el tesorero del aula que estaba ya al lado del pelimorado que no dejaba de ver la escena de los maestros.

"Se cayó de las duchas del gimnasio la semana pasada"

"Viene  con un yeso"

"Siguen gritando como locos"

"¡Ni loco iré con esos diabólicos pubertos!"

"¿El señor Jung-guk nos llamó diabólicos pubertos?" La duda en la voz de Seo Ho se escuchó al final del pasillo.

"Eso acaba de decir" confirmó Leedo a su lado al soltar un bufido seguido de un alzamiento de hombros demostrando su indignación.

No era extraño que un maestro hablará mal de ellos, incluso a sus espaldas o cara a cara, era normal saber que más de un maestro no toleraba su trabajo realmente y que los detestaba sin importar que no todos eran el típico estereotipo de los alumnos malvados y analfabetos que mostraban en la tv.

"¡Aquí vienen!" Chilló Hwang una vez que cerraba la puerta, el tiempo de los gritos se había ido por fin y sólo estaba el sonido de los pasos fuertes del profesor que no tardó en entrar junto con Seok Jin con una mueca en sus labios.

"Saquen su cuaderno y copien el apunte" fue lo primero que dijo el profesor denominado iracundo por la gran mayoría de alumnos y profesores de la escuela, incluso la directora que era el ser más calmado del colegio no le aguantaba.