Taehyung estaba acostumbrado a las lluvias de papeles en su asiento, los comentarios fuera de lugar y el chicle pegado en su cabello e incluso asiento.
Su memoria no le engañaba y eso le molestaba más, porque en realidad no tenía ni la más mínima idea de cuál había sido su error para ganarse el odio de Jeon Jungkook.
¿Le tiró su comida?
¿Un cometario malo?
¿Una humillación?
Cualquier pequeña cosa le ayudaría a ser iluminado y podría tratar de enmendar su error accidental.
Sin embargo ni una pista le venía a la cabeza, si recordaba con detalle no tenía presente haberse cruzado con Jeon hasta el primer día de colegio, cuando Jungkook le había saludado con un bote de pintura azul, llenando cada parte descubierta de su cuerpo de ese color a pitufo, incluso su familia le había regañado por teñirse el cabello de ese tono (regalo de Jeon).
Recordaba haber sido bueno con Jungkook, el pequeño niño que se escondía de todos e incluso su último recuerdo del joven delgado, con corte de hongo, ojos de venado asustado y bajito, había sido cuando estaban en séptimo año y él le había regalado una de sus sudaderas largas porque los de último año le habían pintado falos en su trasero; cuando había acabado el ciclo escolar ese año y al siguente estaban todos emocionados por ser ya adolecentes, Taehyung y Jin, se vieron sorprendidos, pues el azabache se había encargado de ejercitar su cuerpo, hacer su mirada como la de un búfalo y cargarse de muchas cosas que el pequeño Kim jamás creería capaz al chico.
Para su muy mala suerte el antes tímido chico se había quedado prendado de él, llevando un desconcertante enojo contra su persona, molestandolo junto con su séquito de tarados.
Jackson que era el más pesado de los tres y el amante de las bromas de pintura; Ju Ha Rin que le regalaba las mejores burlas —gracias a su don de compositor—; Kim Young-Jo cededor de malas miradas, empujones y por último y no menos importante, Jeon Jungkook que gustaba hacer de toda clase de cosas para dejarle en claro que él no era más que el nerd del salón y mejor amigo del presidente del colegio.
Pero eso era la rutina de tres años de Kim, estaba tan acostumbrado a todo que cuando se encontraba una bomba de pintura o un chicle en sus cosas la única acción que podía hacer era rodar los ojos y seguir su vida.
¡Oh!, pero para lo que sí Kim Taehyung no está listo es ver como los amigos del pelimorado no dejan de seguirlo por las calles, tampoco tener obsequios viniendo de ellos y por supuesto lo que menos deseaba era ver como se desataba la guerra entre ese grupo de cuatro chicos.
Cuando Yissel le dice que lo mejor es tratar de hacer lo correcto, Taehyung pierde un poco la cabeza al confundir la realidad con lo deseado por su corazón.
"Sei l'essere più ingombrante sulla faccia della terra"
"¿Acabas de llamarme apestoso?" Preguntó el castaño con su ceño fruncido sin dejar de ver al mayor aún con la flor en su mano derecha y la izquierda en su nuca.
"¿No te dije precioso?"
"Debes mejorar tu italiano"
Kim Taehyung
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