Con la normalidad de un miércoles por la mañana, el dueño y señor de la mansión Agreste se encontraba discutiendo algo importante con su asistente.
-Nathalie, ya te dije que soy bueno en todo, incluso perdiendo. Soy un buen perdedor.
A la antes mencionada que se encontraba con la mirada en su tableta, le llegaron instantáneamente recuerdos de los berrinches que su jefe hacía cada vez que era vencido, negando con el pensamiento sentada desde su escritorio.
-Ajá, y yo soy una guayaba.
Dijo para sí misma con la mirada en su tablet en la cual escogía la comida de Adrien de acuerdo a su aportación calórica y proteica, lamentándose al escuchar segundos después, un suspiro de indignación de su jefe.
-¿Cómo te atreves? Esto solo lo podemos arreglar de un solo modo.
Ella lo miró abrir cajones y desordenarlos con algo de nervios, buscando en ellos algo con ligera desesperación. ¿Estaría buscando un acta de despido?
Sacándola de sus pensamientos, el hombre detuvo su alboroto en seco, pues sonrió al tomar una caja oscura de madera, que tenía escrito en ella "Damas chinas para millonarios"
-Arreglemos esto de una buena vez, juguemos una partida de Damas chinas. Si yo gano tendrás que hacer un capítulo para mi libro, y si tu ganas.... veras que soy un excelente perdedor.
Y tras decir eso abrió la caja y comenzó a acomodar en la mesa las fichas oscuras y blancas sobre el tablero, para posteriormente estrechar la mano de Nathalie, quien después de pensarlo largamente (siete segundos) aceptó dudosa.
-Bien.
¿Qué podría salir mal en un juego de damas chinas contra el peor mal perdedor de París, que aparte era su jefe? Seguro nada.
-Excelente, pido las fichas oscuras, como la magia de las que impregno a mis akúmas.
Dijo competitivo mientras a la asistente no le quedaba más que asentir. Ella quería las fichas oscuras para que combinarán con su alma y su conciencia, pero ni modo, tendría que dárselas a su jefe.
Y tras todo eso el ambiente de un momento a otro se volvió tenso, al tan solo haberse movido la primer ficha.
Al mismo tiempo fuera de la gran oficina, un hambriento Adrien se acercaba a la entrada con nerviosismo, pues Nathalie no había ordenado que le hicieran su comida y ella había dado la orden de no servir comida que ella no ordenara, pues el chef personal anterior renunció al no soportar las exigencias que Plagg por medio de Adrien pedía, y también, el rubio estaba subiendo de peso por los entremeses altamente calóricos que solía pedir.
Pronto Gorilla se interpuso entre él y la entrada, mostrándole un mensaje de su padre.
"Adrien, hoy Nathalie y yo estaremos bastante ocupados en un tema de suma importancia por las siguientes horas, no interrumpas"
Y con su estomago rugiente, Agreste Junior se dio la media vuelta resignado, dando una sonrisa para si mismo al llegarle una idea a la mente. Rápidamente sacó su celular y pulsó un contacto en él.
Lo único que Gorilla escuchó de la llamada fue "Bogaboo ¿quieres ir a comer?" Para después ver como animado el joven entraba a su cuarto, no viéndolo salir en las siguientes cuatro horas.
Mientras en la oficina, el Agreste mayor aflojaba su mascada mientras sudoroso pensaba para donde mover a su reina. Cuando el turno le llegó a Nathalie, ella sonrió sintiestra al analizar sus movimientos, y movió su ficha blanca encima de la reina de su jefe, apropiándose de ella.
-Satisfactorio.
Dijo tomando las dos fichas oscuras, a la vez que Gabriel sentía que no podía soportar el sabor de la derrota.
-¿Qué? No. Mi reina no estaba en esa fila, ¡Fue el fantasma de Emily, ella movió la mesa y por eso mi reina estaba en esa casilla! No vale.
La mujer simplemente rió victoriosa y burlesca.
-¡Ja! Incluso el fantasma de tu esposa está de mi lado.
El hombre entrecerró los ojos al observar que solo le quedaban tres fichas, mientras que Nathalie aún mantenía la mitad de las suyas.
Estaba bien, Gabriel iba a perder y lo entendía porque él era un excelente perde...
-¡No! Sabes qué, soy tu jefe y te ordeno que pierdas. Es más ¡ya perdiste! Yo soy quien hace el marcador.
La mujer suspiró pesadamente y negó para sí misma.
-Si querías que hiciera un capítulo, solo me lo pudiste haber ordenado.
Dijo mientras tomaba el lugar del escritorio y se disponía a escribir, a la vez que su jefe observaba la nueva publicación del Lady Blog.
Era una fotografía de Lady Bug y Chat Noir comiendo comida sumamente engordante en la cima de un tejado, haciendo a ambos adultos negar.
-Mira, pudimos haberlos atacado, observa como el estómago de Chat Noir se ve abultado por tanta comida que ha comido, están tan llenos que eso es una debilidad, que bueno que mi hijo no es así de grotesco.
Habló recordando las porciones equilibradas que su dulce hijito seguro había comido esa tarde.
Continuara...
Así la semana pasada JAJAJAJJAJS. Se que ya es tarde para hablar de eso pero no pude actualizar en toda la semana.
Ni modo.De antemano aviso que esto tiene muchos errores, pero eso lo veremos mañana.
Ojalá les haya gustado.
En fin, disfruten.
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El Libro De Gabriel Agreste
HumorGabriel al sentirse inspirado, tuvo la iniciativa de hacer una serie sobre su realmente interesante vida, pero como su imaginación no le dio para tanto, decidió simplemente hacer un libro.