Dinero

1K 141 159
                                    

Entre acabados de mármol y decoraciones de marfil, un hombre escribía barbaridades en el que presumía ante sus allegados (solo Nathalie) era el libro de su vida, a la vez que su asistente se encargaba de las akumatizaciones, marcas, fortuna, casa y agendas de ambos Agrestes.

El día parecía ir normal, hasta que dieron las once de la mañana y un tímido "toc, toc" sonó en la puerta de la habitación.

Rápidamente el Agreste mayor ocultó todo lo relacionado con su libro, acercándose al espejo y poniendo frente a él la cara más amargada que tenía, pues nadie jamás podía verlo animado o sonriente.

-Pase.

Y con eso se abrió la puerta dejando ver a un cohibido Adrien, asomar la cabeza entre las grandes puertas de la oficina.

-Buenos días padre, buenos días Nathalie.

Saludó el rubio entrando por completo a la sala, mientras el mayor correspondía moviendo la cabeza. Nathalie en cambio contestó.

-Buenos días Adrien.

Tras responder, la mujer se acercó con su tableta en las manos, aprovechando para mostrarle su libre agenda sabatina.

Entonces el hombre despegó sus ojos de los diseños de la pantalla en los cuales fingía que llevaba trabajando toda la mañana, cuando en realidad estuvo escribiendo un libro absurdo, hablandole al adolescente, pues llevaba más de veinte segundos callado.

-¿Necesitas algo?

Su hijo asintió con la cabeza mientras jugueteaba con sus dedos.

-Si... yo... emm... ¿Me das dinero?

El sudor comenzó a escurrir sobre las sienes del chico solecito, observando como su padre parecía tener ya una respuesta.

-No tengo.

Los kwamis de la mariposa y pavo Real a escondidas miraron todo con incredulidad, a la vez que escuchaban la voz temblorosa del hijo interrumpir sus pensamientos.

-¡Pero somos millonarios! Tienes aviones, barcos, empresas, mansiones y riquezas.

Entonces los ojos del mayor se volvieron a instalar en la tablet en la cual sólo dibujaba garabatos.

-Enserio no tengo.

El silencio resonó y una carcajada salió de la boca de Agreste Junior, el cual estaba sorprendido por escuchar una broma por primera vez de la voz de su padre.

Pronto la carcajada se disipó al ver como el ceño de su tutor se arrugaba y el de Nathalie se volvía severo.

Sintiendo el castigo aproximarse a su ser, Adrien miró a su padre tomar aire para hablar.

-No tengo dinero físico, tiene años que no he visto un solo billete ¿aceptan bitcóin en la panadería de los Dupain?

La mandíbula del chico se fue hasta el suelo, al escuchar la última pregunta de su padre.

-¿Cómo supiste que voy a ir a la panadería?

En ese momento Gabriel supo lo que era sentir terror por no poder justificar sus fuentes informáticas.

¿Cómo decirle que lo sabía porque siempre que akumatizaba personas, lo veía dentro de la panadería, sin comprometer su identidad secreta?

-Tu guardaespaldas me dijo que te lleva mucho ahí.

Esa respuesta lo salvó de momento, por lo que con tranquilidad detrás de su mascara de seriedad, dejó que Nathalie a su costado hablara.

-¿Aceptan cheques?

La pregunta fue ignorada por Adrien, quien divagaba en sus pensamientos, haciendo palidecer al padre, al escucharlo hablar de nuevo.

-Espera, pero Gorilla no hab...

-Esta decidido, te vamos a abrir una tarjeta de crédito, por favor no hagas que mi fortuna desaparezca.

Y tras ser interrumpido por su padre, el ojiverde fue sacado de la oficina por Nathalie, quien le prometía que para la tarde, la tarjeta estaría en sus manos.

-Pero yo solo quiero ir a la panadería.

Alcanzó a decir el chico antes de recibir el portazo en la cara, tratando de entender que su padre era un hombre ocupado, el cual dedicaba su tiempo ENTERAMENTE a su marca.

Mientras del otro lado de la puerta, el hombre mandaba directo a Narnia los garabatos de diseños que había puesto encima de las páginas de lo único que le enorgullecía en su vida.

Su libro.

-Nathalie, ¿Qué crees que sea mejor para la portada del libro, una foto de mis bíceps, o una foto de mis cuadritos?

La mujer se quedó hecha piedra al escuchar aquello.

-Me reservo el derecho de opinar.

Dijo antes de salir corriendo de la oficina, imaginando la flacidez en la portada del libro, el cual sería expuesto en las librerías, traumando a cualquiera que tuviera la desgracia de topar sus ojos con aquello.

Una notificación interrumpió la tormenta huracanada en sus pensamientos, observando desde su celular como le llegaba un mail.

"Remitente: Gabriel Agreste
Asunto: escoge una foto para la portada
2 archivos adjuntados"

Inevitablemente el mail se abrió y Nathalie.exe dejó de funcionar.

Continuara...

Planeaba dibujarles la portada para ilustrarlos mejor pero... me hice la imagen mental y enserio es desagradable.

Y para evitar traumas mejor aquí le dejo al capítulo.

Por cierto, he visto que a Adrien lo llaman "Sunshine boy" que en español es "Chico rayo de sol" así que yo lo adaptaré como "Chico solecito" porque seamos sinceros, se lo merece JAJAJAJA.

En fin, disfruten.

El Libro De Gabriel AgresteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora