Tú me esperabas en la puerta de nuestra habitación junto a tú madre.
Nos acercamos a tí y cuando me viste, me saludaste con energía. Yo no paraba de sonreír.
Te colocaste a mí lado y comenzamos a andar hacia la sala en la que te tocaba. Tú me dirigías para llegar al lugar. Te lo conocías a la perfección.
ESTÁS LEYENDO
Sí los finales tristes desaparecieran ✔️
RomanceNOVELA CORTA Te conocí por casualidad aquel día en el hospital. ¿Quién diría que serías la persona de la que me enamoraría? Esta es nuestra historia, una demasiada especial, que cada vez que la recuerdo me hace sentir vivo. Porque eso es lo que fue...