Capítulo 1

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Marissa: Cabello castaño y ondulado, ojos verdes, tez blanca, pecas y lunares en la cara, de 1.60 m, de buena familia, mexicana, 16 años; ocupa el primer lugar del cuadro de honor.

Roberto: Cabello rubio y lacio, ojos azules, tez blanca, de 1.70 m, de MUY buena familia, italiano, 16 años; ocupa el segundo lugar en el cuadro de honor (intercambio).

Marissa POV:
Estoy muy feliz y todo es por un motivo... ¡Estoy en clase de matemáticas! Tengo que reconocer que es demasiado fácil, tanto que hasta podría dormirme en lo que el maestro le explica a los que no entendieron, pero no se puede, así que no lo hago.

-Buenos días, estudiantes -dice el director entrando por la puerta.

-Buenos días, señor director -le respondimos todos.

-Disculpe, profesor, por interrumpir su clase de esta forma, pero tengo un anuncio muy importante que hacer. Pasa -entra alguien por la puerta-. Él es su nuevo compañero Roberto Zambrano, es un estudiante de intercambio proveniente de Italia, espero que lo hagan sentir como si este fuera su país.  ¿Quién ocupa el primer lugar del cuadro de honor en el grupo?

-Yo señor director -dije levantándome del asiento.

-Oh claro, señorita Rosales, ¿cómo pude olvidarlo? Me disculpo por eso.

-No se preocupe.

-Bueno, necesito que le pase los apuntes a Roberto para que se ponga al corriente.

-Así será, señor director.

-Gracias, me quedo más tranquilo así. Ahora paso a retirarme; Roberto -se dirigió al chico- , siéntate donde gustes y una vez más, bienvenido a México y a la escuela Felipe Danubio.

-Gracias, señor director -dijo el nuevo estudiante.

-Con permiso -dijo esto y se retiró.

-Propio, señor. Ciao Roberto, come stai? Io sono...

Dijo el profe de mate antes de ser interrumpido.

-Entiendo perfectamente el español -respondió Roberto-, mi papá es mexicano y su familia también; pero gracias, io sto monto bene.

-Claro, debí notarlo cuando le respondió al director -dijo el profe apenado-. Perdón, aprendí un poco de italiano y desde entonces quise decir eso.

-No se preocupe, profesor.

-Ok, toma asiento. Señorita Rosales -me señaló-, cuando termine la clase le pasa las notas a su compañeros.

-Sí,  profesor.

-Mari, ¿vamos a comer? -me preguntó Jade, mi mejor amiga.

-En este momento no puedo, tengo que prestarle mis libretas al chico nuevo -digo levantándolas-, pero te alcanzo en el lugar de siempre.

-Ok, ahí te espero -se va.

«Ay, ¿y ahora dónde está», pensé volteando a todos lados.

-Ciao, Roberto, ¿verdad? «Wow, se nota que tengo que poner más atención, ¿cómo pude ignorar que este italiano está tan guapo?», pensé viéndolo como tonta por unos segundos.

Extiendo mi mano para presentarme.

»-Soy Mari...

-Marissa Rosales, sí -me interrumpe-, recuerdo que el director y el profesor de matemáticas mencionaron tu apellido y escuché tu nombre por ahí. En fin, no importa; me imagino que traes tus apuntes, no te preocupes, escribo rápido, así que te las regreso cuando entremos al salón -dijo tomando las libretas.

¿Por qué te amo? 🇮🇹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora