Capítulo 8

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Evan POV:
-Me hacen falta sus consejos, que me gane en los juegos de mesa, que me diga cada cosa  que le sucede y yo a él, que me calme en las noches que pienso en Marissa y el hecho que probablemente solo me vea como un amigo... -regreso mi mirada hacia ella- Me hace falta todo de él, mamá.

No me contengo más y abrazo a mi mamá mientras comienzo a llorar. No me concentro en otra cosa que no sea llorar y dejo que las lágrimas solo salgan... y creo que no se detendrán pronto. En fin, esto es lo malo de ser una persona sensible.

-Evan, Héctor no se murió, se fue a la universidad y lo viste en el verano -intentaba calmarme mi mamá -. Sabes que puedes hablar con él en el momento que lo necesites, ¿verdad?

-No es igual, jamás lo será -me aferraba más a mi madre- y menos él estando en Francia y yo aquí en México. Además, ha de estar muy absorbido por todo lo que la universidad significa como para preocuparse por su hermano menor.

-Mi amor, mírame -me separé de ella-. Jamás serás un estorbo para alguien y menos para tu hermano, ¿entendiste?

Asentí un con lágrimas.

Mi madre se acercó y me dio un beso en la frente para después ponerme sobre su hombro para terminar de sacar las lágrimas que aun tenía en mis ojos.

Cuando ya estaba un poco más tranquilo mi teléfono notificó que había recibido mensajes.

¿Dónde estás? ¿Se te olvidó que
hoy hay ensayo?

La maestra te va a matar si no
llegas en 5 minutos

«No, no es cierto, esto no puede estar pasando»

¡Se me olvidó por completo!

Entonces la pantalla de mi dispositivo cambió dando a entender que estaba recibiendo una llamada de la persona que me había enviado esos mensajes y sé que me conviene presionar el botón verde para contestar.

-¿Bueno?

-¡¿Bueno? Bueno sería que estuvieras aquí, Evan Castillo Peralta!, pero a como lo veo ¡no estás aquí! -dijo casi gritando por el teléfono-. Dime, por favor, que ya estás en camino, la maestra está muy alterada.

-¿Hay un día en el que no esté así? Esa señora necesita terapia porque es mucho peor que una maestra loca de serie de televisión -«Si me escuchara decir esto, me expulsaría del planeta, o peor, de la galaxia»-. Tranquilízate, llego en 5 minutos.

-Apúrate, ya está diciendo que en su vida vuelve a cambiar el horario a un lunes, que falta tan grande de compromiso y no sé qué más.

-ALICIA, TE DIJE BATERÍA, NO TUBA -se escuchó la voz de fondo de la maestra en la llamada.

-Tengo que reconocer que está aprendiendo a controlar su ira, casi no escuché su regaño -le comenté mientras juntaba mis cosas en una mochila.

-Es porque estoy afuera del auditorio -me contestó como si fuera lo más obvio.

-Ok, esa es mi señal para correr. Te veo ahí.

-Con cuidado.

Colgué la llamada.

Me apuré a tomar las últimas cosas y salí corriendo lo más rápido que podía. Pero recordé algo que me hizo detenerme.

-Mamá, si alguien pregunta por mí...

-Estás en la biblioteca, ya sé -terminó de decir mi frase-. Nada más no te vayas a caer por andar corriendo.

-No prometo nada.

¿Por qué te amo? 🇮🇹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora