¿Por qué te amo? 🇮🇹

Capítulo 19

Roberto POV:
𝓔𝓷 𝓵𝓪 𝓮𝓼𝓬𝓾𝓮𝓵𝓪

Era la hora de salida y estaba acomodando unas cosas en mi casillero tranquilamente hasta que...

-Hola, mi amor -dijo una voz odiosa.

No respondí y seguí en lo mío.

Realmente no entiendo lo que le suceda a esta chica conmigo, parece que, en lugar de decirle que se vaya, le digo que se quede y se obsesione cada vez más; ¡estoy harto!

»-¿Acaso no me escuchas? ¿Amaneciste sordo? -empezó a acercarse más y a tocar mi cara.

«¡Quítate de encima mío!»

-Sí te escucho y ojalá hubiera amanecido sordo para no tener que estar escuchando tu horrorosa voz -respondí mientras me alejaba.

-Bueno, no tendrías que escuchar mi voz si no me hubieras bloqueado del chat.

-Es casi lo mismo, igual tendría que soportarte y eso es algo que no quiero -cerré mi casillero y salí a paso veloz de ahí.

Necesitaba llegar a los dormitorios de manera rápida si quería librarme de ella.

No sé si a esta chica le falta amor propio, si apostó que yo sería su novio o si simplemente está loca; su manera de insistir ya hasta da pena.
¿Aquí pasa lo mismo que vi en películas americanas? Digo, considerando quién es Rebeca formaría parte del grupo de las populares y, hasta donde yo recuerdo, ese tipo de gente es tan orgullosa como para rogarle a alguien... ¡¿Por qué mi vida no es una película?!

Por si ese problema no fuera suficiente, una hoja de papel interrumpió mi camino.

-¿Serías tan amable de quitar esa hoja de mi vista? -pregunté de manera grosera.

-No hasta que la leas y la firmes -respondió una voz firme.

-¿Qué intentas, Marissa?

Asomó su cabeza por un lado del folio y con una sonrisa dijo:
-Que lo leas y lo firmes. Toma.

Nada convencido tomé su papel para que me dejara de molestar.

Comencé a leer desde el principio y, a partir de ahí, empezaron las ridiculeces.

-¿Un tratado de paz? ¿Acaso ahora eres parte de la ONU, tonta? -me reí.

-Roberto, esto es serio, ya no quiero que te refieras hacia a mí de esa manera, por eso escribí el tratado. Mira -señaló con su dedo-, aquí dice que podemos llegar a un acuerdo para ser amigos o por lo menos no tener una rivalidad y, con tu firma, el tratado estará completado -me dio una pluma.

-¿Y por qué eso me beneficiaría?

Su sonrisa desapareció.

»-Mira, lentita, tú y yo nunca vamos a ser amigos, además que mientras más insistas en ello, menos voy a aceptar -aparté el bolígrafo.

-Ok, entiendo si no quieres que seamos amigos, ¿pero no puedes dejar esta rivalidad, Roberto? De verdad estoy cansada de tus insultos de todos los días y tu competitividad absurda.

-Esa "competitividad absurda", como tú la llamas, fue aceptada por ti.

-¿En qué momento?

Flashback
-Pero esta tonta te está ayudando a ponerte al corriente en todo lo que necesitas para "derrotarla" -me imita.

-Lo bueno es que ya aceptaste que eres tonta y que tú sola estás derrumbando tu imperio -dije victorioso.

-Eso lo veremos, bambino -dice rápidamente y se va.
Fin del flashback

-¿Ya recordaste o tu cerebro no da para tanto?

-A ver, no me voy a ir de aquí hasta que firmes, bambino.

Puse el "tratado" frente a su rostro y lo rompí.

-¿Ahora me dejas pasar?

-Yo fui amable contigo, pero está bien si eso no es lo que quieres, no voy a insistir en ser buena con una persona que no se merece ni la más mínima de las atenciones.

Asintió a mi pregunta mientras bajaba la mira, se hizo a un lado y empecé a caminar, pero había una persona frente a mí mirándome con desaprobación y, siendo honesto, me hizo sentir culpable por unos segundos.

Andrea, quien hizo que me detuviera, se acercó hasta a mí y dijo:
-Eres de lo peor, Roberto- se alejó para ir a consolar a mi enemiga.

Ver esa escena me hizo pensar si estaba haciendo algo mal, pero luego comprendí que eso es lo que buscaba desde me mudé a este país: estar solo tal cual como llegué y tal cual como estaré toda la vida.