01. El joven Malfoy

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Un dolor agudo atravesó por todo lo largo de su cráneo. Apretó los ojos y se llevó una mano a la cabeza, el dolor era punzante y molesto junto a la pesadez que lo hacía tener aún la cabeza recostada. Pudo reconocer fácilmente el aroma de alcohol, suero y medicina. Estaba en San Mungo.

— Señor Black, ¿puede oírme?— le pregunto una voz desconocida. Los párpados los sentía pesados y con algo de dificultas los entreabrió. Una luz sobre sus ojos lo cegó momentáneamente e hizo que arrugara el entrecejo, se removió un poco buscando alejarse.

— Vamos Sirius, despierta. Tú sobrino te necesita— ese era James. ¿Mi sobrino? No recuerdo que Andromeda haya tenido otro...

— !Draco!— gritó acordándose del hijo de Narcissa.

Sus ojos terminaron de abrirse de golpe e hizo el intento de levantarse pero unas manos lo hicieron volverse a acostar en la incómoda camilla. Frunció el ceño y les dirigió una mirada nada agradable al medimago y enfermeros.

— Tranquilo señor Black, el joven Malfoy se encuentra estable y está internado en él área de pediatría— el medimago quien lo sujetaba por los hombros, lo empujó con cuidado para que volviera a recostarse, pero Sirius era terco por naturaleza y trataba todavía de levantarse.

¿Estable? ¿Como quiere que me calme cuando algo malo le pasa a mi sobrino?

— Tengo que ver a mí sobrino— la voz le salió más grave de lo normal, suponía que por culpa del humo que inhalo y las horas en las que estuvo inconsciente.

— Sirius, amor. Tienes que dejar primero que te revisen para poder ir a ver a Draco— solo cuando Remus hablo se tranquilizó un poco. Resignado se dejó caer de vuelta a la camilla y permitiéndole al medimago junto con sus ayudantes a revisarlo.

No sabía que hacer. Su prima había sido asesinada por el mismo mago tenebroso al que servía dejando solo a su hijo. Las leyes mágicas dictaban que cuando un niño queda huérfano pasa al cuidado de algún familiar, pero sus tíos (los abuelos del mocoso) Cygnus y Druella habían fallecido el año pasado al igual que Walburga y Orion. Regulus había sido encontrado muerto en las orillas de una playa el mes pasado, Bellatrix era una loca maniática esquizofrénica que alababa hasta por ir al baño al mismo mago que mató a su hermana y no tenia ni puta idea si Malfoy tenía más familia. Por lo que sólo los dejaba a Andromeda y él para la custodia de Draco; y no había sabido nada de Andy desde hace tres meses, por lo que solo lo dejaba como único candidato. Sobre todo ahora que él era el jefe de la familia.

Y él no tenía ni idea de cómo cuidar a un niño.

Soltó un gruñido frustrado y se tapó los ojos con su antebrazo. Ahora lo que quería por el momento, esa verificar que Draco estuviera bien.

— Muy bien, señor Black, no presenta ningún daño u herida que pudo haberlo afectado de gravedad, lo único que sí tiene es un poco de irritación en la piel por haberse expuesto así a las llamas, tendrá que aplicarse una pomada para su piel y usar un inhalador por unos dos días y también algo de reposo— vio cómo el sanador... Méndez (según su gafete) escribía algo en una hoja con ayuda de su varita y se la entregaba a su pareja, — pero fuera de eso está perfectamente.

— ¿Ya me pueden llevar a donde se encuentra Draco?— dijo impaciente.

— Por supuesto señor Black, sígueme— hizo un escueto movimiento de cabeza para despedirse de los enfermeros y lo invitó con la mano a que lo siguiera. No sé lo dijeron dos veces cuando se levantó de la camilla y comenzó a seguirlo.

Taking care of a little dragonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora