21. Día de escuela

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— ¿Que hiciste que?

Remus rodó los ojos fastidiado. La actitud de Sirius le estaba empezando a poner los vellos de punta y su temperamento estaba sobrepasando su línea de advertencia. La luna llena se acercaba, lo que le hacía tener un gesto irritante la mayor parte del día. Además de que Draco había hecho una rabieta en la mañana en su visita al Callejón Diagon.

Tallo más fuerte el plato que lavaba para apaciguar un poco su creciente enojo imaginando que estaba sacudiendo la cabeza de su pareja.

Inscribí a Draco a una guardería— repitió con los dientes apretados,— Ya está grande, con la edad suficiente para asistir al colegio. Empieza mañana en la escuela "Little Wizard" que está en el Callejón Diagon.

— ¿Pero lo hiciste sin consultarme nada?— chilló indignado.

— No seas exagerado Sirius. De haber sido por ti, nuestro hijo jamás hubiera ido a una escuela hasta que tuviera once años— dejó la vajilla en el fregadero, enjuagó sus manos y aventó la esponja, cayendo en un chapoteo sobre la losa del lavabo. Giró y se recargó sobre la barra con los brazos cruzados listo para desafiar a Sirius, — Además, con tu trabajo de Jefe de aurores y mi nuevo trabajo de maestro suplente de Defensa, no tendremos a nadie que pueda cuidarlo por el día. Severus está ocupado con sus clases en Hogwarts, al igual que Minerva y yo; y no conocemos a alguien de confianza para que sea su niñera— cuando fue a recoger a Draco a la casa de sus abuelos, Dumbledore le había pedido a Remus si podría encargarse de ser suplente en la clase de Defensa Contra las Artes Oscuras por unos meses ya que su profesor actual se había jubilado. Él acepto emocionado; ser profesor era uno de sus mayores sueños desde que era adolescente, además de que estaba algo cansado de estar siempre encerrado en casa. Pero eso causaba que dejara a Draco solo. Aprovechando la oportunidad, por fin pudo meterlo en una guardería de reforzamiento, o en otras palabras, al jardín de niños;— Y no, la señorita Henriken tiene que atender su propia tienda y no podrá cuidarlo apropiadamente, al igual que Dumbledore debe regir sus obligaciones como director y Draco solo sería una distracción. Con lo hiperactivo que es.

— Pero, pero mi dragón es pequeño. ¿Que hará en ese lugar de todos modos? Se aterrara al saberse en un lugar desconocido lleno de desconocidos. ¡Está Grindy!— exclamó agobiado. Su cerebro empezó a funcionar desesperado tratando de recordar nombres cuando vio la ceja alzada de su pareja,— ¡O Hagrid! Podemos pedirle a Hagrid que lo cuide

— Estamos hablando de niños de entre tres a cinco años, Sirius. ¿que mal puede causarle eso?— su pareja gruñó enojado, el solo se alzó de hombros,— Y Hagrid no tiene tiempo de encargarse de un niño de tres años, no puede cuidarse ni asi mismo. Y Gellert está a mi favor en la opción de una escuela, dice que sí se educan desde pequeños tienen más oportunidad en el futuro para colonizar o algo así.

— Pero es él guardabosques, puede defenderse— puntualizó,— Y claro que puede pasar algo, los niños pueden molestarlo o agredirlo o-

— Sirius basta. Draco irá a la escuela y está fuera de discusión— camino hacia él y lo atrajo en un abrazo. Nunca pensó que esa decisión pudiera afectar a Sirius; solo era una escuela, su pequeño no pasaría peligro. Pero sabía también que su pareja conservó ese temor de que algo malo pudiera pararle a Draco. Pero era momento de comenzar a dejarlo ir, no iba a dar su brazo a torcer,— Tienes que relajarte. Es temporal hasta que Dumbledore consiga un nuevo maestro de Defensa, yo solo soy un suplente. Recuerda que la directora de la primaria local me pidió que fuera su maestro el siguiente año, Draco solo estará ahí hasta que cumpla los cinco— se separó un poco y le dio un casto beso. Sonrió tranquilo, frotando sus brazos que estaban flojos en los costados, aguantando su sonrisa de triunfo al ver que Sirius había cedido,— Mira, para que te sientas seguro, después de la escuela, Draco irá conmigo a Hogwarts, ¿está bien?

Taking care of a little dragonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora