Taking care of a little dragon

04. Profecía

Una semana pasó desde que Dumbledore les había entregado la casa en la que iban a estar confinados por un tiempo y las cosas han sido complicadas para los dos nuevos "padres".

Y es que había un solo problema, no haber tomado clases de paternidad antes.

No es que fueran un desastre, no del todo. Su única experiencia hasta el momento había sido Harry, pero solo eran pocas las veces en que ellos cuidaban al recién nacido hijo de Prongs y Lily. Y no podían comunicarse con nadie hasta pasado un mes. Con Harry aprendieron lo básico del cuidado de un bebé cómo cambiar pañales o hacer un biberón, pero llegaron sin ninguna cosa específicamente hecha para niños y no podían salir a comprar ya que estaban encerrados en aquella casa. Tuvieron que hacer acopio de toda su experiencia en transformaciones al convertir objetos en juguetes, biberones, pañales, chupetes y todo lo necesario para Draco. McGonagall estaría orgullosa.

La primera noche sí podrían decir que fue un caos. Al no tener una cuna donde acostar a dormir al bebé pensaron que era buena idea que Draco durmiera con ellos en la cama de su cuarto, lo que no esperaban era que Draco se moviera. Mucho.

¿Como un mocoso de tres meses era capas de golpear de tanta fuerza?

Además de que el bebé los había despertado a media noche con sus llantos. Justo como la vez en el hospital, se pusieron de acuerdo para mecerlo y alimentarlo. Solo que esta vez no funciono ninguna de los dos métodos y terminaron desvelándose hasta que Draco cayó rendido por tanto llorar.

La casa era bonita, perfecta para ellos y un niño que apenas podía reconocer sus manos de sus pies.

Era un tipo cabaña antigua de dos pisos con un patio del tamaño de un campo de Quidditch y un lago donde se podía nadar o patinar cuando era invierno. En la parte inferior de la casa estaba la sala, un comedor, la cocina y una biblioteca mientras que la superior contaba con las habitaciones.

La sala tenía tres sillones de un tapizado color crema; uno largo, mediado e individual. En medio una mesa de centro hecha de madera de cedro con un hermoso florero blanco. La chimenea estaba decorada con fotos enmarcadas y colocadas en la parte superior sobre la barra de madera. A la derecha de la sala estaba el comedor, una larga mesa como para ocho personas.

Donde la pasaban la mayor parte era en la biblioteca. La entrada estaba junto a la puerta principal. Decorada con tonos oscuros elegantes y variedades de libros que abarcaban la mayoría de las cuatro paredes e incluía un escritorio dando a entender que también funcionaba como estudio. Los sillones de cuero estaban junto a la ventana donde se aprovechaba la luz natural para iluminar el lugar. Habían añadido una alfombra donde Draco jugaba mientras se permitían relajarse con un libro.

La cocina era pequeña pero equipada con todo lo que debería tener una cocina; alacena, lavaplatos, refrigerador, ventana y hasta un pequeño comedor. El fogón era de ladrillo mientras lo demás era de una bonita madera blanca. En el arco que conectaba la estancia y la cocina pusieron un columpio, para que así, al estar cocinado o limpiando, pudieran tener un ojo puesto sobre Draco. Está también tenía una puerta que daba a su gran jardín trasero.

El inicio de las escaleras estaba saliendo de la biblioteca junto la puerta de un baño. La habitación que compartían era la más grande de todas; tenía cama de dosel, chimenea, una pequeña estancia, un baño completo y un balcón con vista al bosque frente de casa. La de Draco era algo más pequeña, la habían decorado con muebles claros que contrastaban perfecto con el azul cielo de las paredes. La cuna estaba en una esquina separada unos centímetros de la ventana, junto a unos estantes verticales con peluches y libros para niños que Snape les había mandado por Dumbledore. Decidieron poner también una mecedora para que les fuera más fácil dormir al bebé. Además de que contaba también con balcón y un baño que era compartido con la tercera y última habitación que fue adaptada para ser una sala de juegos.