15. La anhelada paz

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La escena se repetía. Igual a esa vez hace ya un año en donde un bebé  fue internado después de un accidente, cambiando la vida tanto suya como de dos hombres. Aunque él pésame era completamente diferente.

Remus se paseaba por la habitación en un intento para que Draco dejara de llorar, Harry se había quedado dormido de tanto llanto en el sillón con una barrera para evitar que cayese y él sentado en una silla junto a la cama de hospital de James quien estaba dormido.

Solo habían pasado unas horas desde que la Guerra terminó y el mundo mágico estaba en un regocijo por el fin de los tiempos oscuros. Celebrando que la paz volvía a reinar sobre sus cabezas y el miedo fue remplazado por felicidad. Todos alabando a un niño que sobrevivió a una maldición por el costo de perder a su madre.

Después de que Dumbledore les avisara que James había sobrevivido, lo acompañaron hasta Hogwarts para recoger a Harry e ir a San Mungo en donde su amigo había sido llevado por los Aurores. Se espantaron al momento de ver al niño, con una cicatriz roja e hinchada en forma de rayo adornando su frente, único recuerdo de su enfrentamiento con el señor tenebroso.

La habitación estaba llena de tensión. Remus ni siquiera le había dirigido la palabra desde que dijo lo de Draco, alejándose lo más posible de su presencia. Se sentía la peor persona del mundo, las palabras se repetían una y otra vez en su cabeza, como una grabadora rebobinando una cinta sin fin. Había dicho que prefería deshacerse de su hijo a que muriera su mejor amigo. Hasta él estaba enojado consigo mismo.

Aun estaba un poco aturdido con la noticia de saber que James estaba con vida. Al parecer, logró esquivar la maldición asesina gracias a sus reflejos como auror pero el hechizo causó que una de las paredes se derrumbara cayendo sobre su amigo y dejándolo inconsciente, haciendo creer que estaba muerto. Pero cuando entraron al cuarto donde estaba internado casi se desvanecía al ver acostado a su mejor amigo.

Habían estado atentos a cualquier cambio que su amigo sufriera. Además de estar a cargo de dos pequeños que no paraban de llorar, uno por una herida y el otro por pesadillas. Sirius le dijo a Remus que él cuidaba de Draco pero su pareja solo se volteó con su hijo en brazos dándole la espalda, por lo que, resignado, se hizo cargo de su ahijado.

Un quejido los alertó. Voltearon al tiempo que James Potter se removía sobre su cama. Se acercaron corriendo para socorrer a su amigo.

James abrió sus ojos. Sentía los párpados pesados y un dolor de cabeza insoportable. Llevo una de sus manos hacia sus cabellos, sintiendo la textura de una venda, poco a poco fue enfocando todo a su alrededor. Veía dos figuras borrosas que reconoció cuando su mirada se acostumbró a la luz.

— ¿Que? ¿Que me pasó? ¿Donde estoy?— sentía la boca reseca y pastosa, le costaba mucho hablar, además de que su cuerpo pesaba horrores, — ¿Sirius? ¿Remus?

— James, aquí estamos. ¿Estás bien? ¿Te duele algo?— preguntó preocupado Remus. Por suerte su hijo había dejado de llorar.

— ¿En donde estamos?

— En San Mungo. Sufriste un accidente que te dejó inconsciente— aclaró Sirius. Su rostro estaba más pálido y tenía unas ojeras debajo de unos ojos enrojecidos.

— ¿Accidente?— las imágenes de unos ojos rojos apuntándolo con una varita y un rayo verde llegó a su memoria, recordó el grito de orden de escapar a su — Lily. El señor tenebroso... Lily y Harry— su corazón se aceleró al no ver a ninguno de los dos en la habitación,— ¿Donde están Padfoot? ¡¿Donde está mi familia?!

— Harry está aquí, está dormido en el sofá, está agotado— aclaró. James guió sus ojos hacia el mueble, suspirando aliviado al reconocer a su pequeño,— Pero Lily...— su voz se rompió,— Lo siento tanto Prongs.

Taking care of a little dragonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora