Taking care of a little dragon

05. Primer...¿amigo?

La casa estaba con una singular felicidad ese día. Hoy Draco cumplía sus cuatro meses de vida y según Sirius era una ocasión para celebrar.

Hace apenas dos días se había cumplido el laxo de tiempo de "cuarentena" de un mes, lo que les permitía salir por fin fuera de las protecciones de la casa. Lo primero que hicieron fue llevar a Draco a un parque muggle, lejos del mundo mágico y la prensa, recibiendo elogios de las señoras de lo precioso que era su hijo. También aprovecharon para invitar a James, Lily y Harry para celebrar con una pequeña cena y lograr que sus "hijos" se conocieran al fin. Sirius no lo diría en voz alta, pero tenía la esperanza de que su ahijado se convirtiera en el primer amigo de su pequeño y así en un futuro, cuando fueran a Hogwarts, sean mejores amigos como sus padres lo fueron alguna vez. Solo que sin el rollo de escapar de casa, claro está.

Él no sería como Orión y Walburga. Jamás.

Remus estaba en la cocina tratando de preparar una tarta de manzana verde, que con el transcurso del mes descubrieron que a su nuevo cachorro le fascinaba ese fruto en específico, mientras que Sirius estaba arriba preparando a Draco en su habitación. Ya que pudieron salir por fin se les permitió comprar un guardarropa decente para su bebé.

— Hoy conocerás a un nuevo amigo Draco, tal vez el primero— ánimo pasando una esponja sobre el cuerpecito. Estaba bañando al niño en la tina que habían comprado, sosteniéndolo con una mano su espaldita. Había puesto un jabón especial para que hiciera burbujas y que el agua se tiñera de colores, sin afectar la piel, para diversión de Draco; también le había puesto un barquito para que jugara y una motocicleta de juguete que iba de un lado a otro por lo largo de la tina, — Espero que puedas llevarte bien con Harry. Es un niño un mes menor que tú pero de seguro se agradarán.

Draco solo gorgoteaba como respuesta sacándole una risita a su nuevo papá. Estaba masajeando su cabello con shampoo cuando su pareja entró al baño.

— La tarta está en el horno, ¿el príncipe ya salió de su baño?— Remus se arrodilló a su lado, sonriendo por ver a su cachorro jugar en el agua.

— Casi listos. Solo termino de quitarle el jabón— respondió. Con ayuda de un recipiente quito la espuma de la cabeza del bebé, quien por inercia cerró sus ojos y sacaba su lengüita por el amargo sabor del shampoo junto al agua.

El castaño murmuró un accio y la toalla vino directo a su mano. Sirius sacó al bebé y Remus lo arropó rápido con la toalla de color verde. Está tenía un gorrito con el interior rojo y unos dientes que asemejaba la boca de un dragón. "Para hacerle honor a su nombre y que bañarse sea algo divertido" había alegado Sirius.

Salieron juntos del baño para acostar al niño en su gran cama, a pesar de que Draco tenía su propia habitación aún dormía con ellos en las noches. Les preocupaba que cada que dejaban al bebé solo en su cuna este lloraba con una fuerza impresionante. El mismo llanto que escuchó el día del incendio.

Eso los tenía intranquilos. Sí bien el medimago les advirtió que tendría problemas de salud en el futuro no sabían si eso abarcaba también problemas psicológicos. Algo así como un miedo sin explicación hacia el fuego o el calor, que ante situaciones donde estuvieran ese elemento en específico, sufriera de algún ataque de pánico. Solo era un bebé de cuatro meses pero querían estar precavidos para el futuro. Agregando lo de presenciar la muerte de sus padres.

Caminó fuera de la habitación para entrar a la del bebé, tarareando una canción muggle que le cantaban a Draco para hacerlo dormir, se acercó hacia el mueble que tenía la ropa del infante y sacó un conjunto que había escogido la noche anterior; además de agarrar unos zapatitos del closet y volvió con Remus y su hijo. Lupin lo secaba con toques delicados, justo como les había dicho Lily por carta, untando una crema suave para su piel.