Capítulo 13

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Maxine

La sensación placentera de descansar se ve interrumpida por el ya conocido dolor de mi vientre bajo, gruño apretando las sábanas antes de abrir los ojos, Arjen ya no está cuando lo busco y vuelvo a gruñir cuando el dolor vuelve a atacarme, el sudor recorre mi  nuca a la vez que me doblo sin querer levantarme por el incesante dolor

Me remueve inquieta antes de levantarme de golpe de la cama al tiempo que la puerta es abierta y ya yo estoy corriendo a la ducha sin mirar atrás y ver el desastre rojo que seguramente deje, abro el grifo al tiempo que calibro la temperatura y me sostengo de la pared antes de doblarme por el dolor de nuevo

La puerta es abierta y cubro mi cara con mis manos mientras sigo dejando que el agua me empape, no quiero verlo, ya estoy muriendo de la vergüenza, pero el entra con una sonrisa, y abre las puertas de cristal a tiempo que me muestra una caja de lo que creo son tampones, asomo mi cabeza y lo veo sonriendo

—Cuando desperté, las cobijas estaban manchadas y supuse que los necesitabas — habla mientras lleva una mano a la parte de atrás de su nuca

—¿Fuiste a comprarme tampones?— susurro y el asiente, mis mejillas sonrosadas y un nuevo sollozo sale de mi garganta al  tiempo que vuelvo a doblarme de dolor, el entra quitando su camisa y zapatos para rodearme, me desviste y pasa el jabón por mi cuerpo al tiempo que acaricia mi mejilla y cuello

Salimos de la ducha  y busca entre la ropa que compro para mí unas bragas, le pido que salga para poder colocarme el tampón, el dolor se vuelve más insoportable a medida que me envuelvo en la toalla y regreso a la habitación, una muda de ropa espera por mi en la cama

Las sábanas han Sido cambiadas y me tiró sobre la cama solo colocando la camisa, estos días maldigo a todo el mundo, cuando la luz del día entra a mis ojos, ¡Dios, ¿Por qué no me hiciste hombre?

Ellos no sufren estos horribles espasmos y los dolores que me tienen aferradas a la sábana para esconder mi cara y seguir gruñendo de frustracion, masajee mis sienes antes de enrollarme en la cama, esa era mi guarida y nadie me sacaria si fuese posible

La cama se hundió bajo el peso de alguien más, pero solo quería despertar y dejar de sentir dolor, la sábana se levanta un poco y veo una mano estirada con dos píldoras en ella

—creo que las necesitas, a Charlotte nunca le funcionan pero a Aria si — supongo que habla de su otra hermana y medio me levanto para tomar las píldoras, tiene una sonrisa de medio lado — buena chica

Me enrolle en la sabana de nuevo dándole mi mejor cara de amargura y lo escuché reír por lo bajo, y luego pasar una barra de chocolate que arrebate de su mano antes de volver a mi fortaleza de sábanas

* * *

—Hoy iba a llevarte a recorrer las academias — hablo de pronto, no se cuanto tiempo había pasado desde que desperté pero estaba segura que ya era de noche, el dolor iba y regresaba, esa punzada molesta que no me dejaba comer o respirar sin suspirar de dolor — pero como estás en tu papel de ogro no creí que fuera buena idea

Saco la cabeza a tiempo para fulminarlo con la mirada

—Dios decidió que era buena idea que las mujeres nos desangraramos 4 o 5 días al mes — exhale y el paso un taza de té por mis manos —. Y no solo le basto con eso tenía que hacer que el puto. Proceso. Fuera. Una. Mierda

Río de nuevo y volví a matarlo de diferentes  formas y en todas yo terminaba sacando la rabia pero las ganas irremediables de llorar, me rodeo con sus brazos y terminé sacando la frustración y el dolor de pasar estos días hormonales de mierda

A Tu Manera ~Hoffam #1~ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora