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Cosmo.

Vanessa

Día tres luego de la cena, la decisión de mudarse juntos era precipitada y aunque estuvieran en febrero y no estuviera segura de estar con él. Acepto.

Era el momento de jugar su última carta.
Hacerle probar su propia medicina.

¿Qué planeas? Te hirió, puedes herirlo y dejarlo como planeaste por años en los cuales no estaba ni la remota idea volverle a ver. Lo odiabas y era válido, te dejo con un vacío y con un feto el cual no tenía idea de como cuidar sola.

Él se marchó dejando en sus manos el futuro incierto de dos vidas en sus manos. La insaciable necesidad de gritar al mundo que tendría un hijo de él aunque fuera el más estupido rumor del momento.

-¿Estás pensando en algo?- rompe su ligue en los pensamientos para hacerle soltar un suave suspiro.

Sí, en ti.

-No, creo que en nada.

-¿Estás bien?

-Creo que es momento- frunce el ceño dedicando una sonrisa que de no ser imbécil, notaría que es falsa.

-¿De qué hablas?

-La niña, ha estado demasiado tiempo en mi custodia y posiblemente sea una buena elección darle a mis padres la gran posibilidad de cuidarla por medio año, es decir, tú y yo...

-No- responde tajante.

-¿No?

-La comienzo a conocer y quieres quitarme la posibilidad, dos veces. No puedes y no te lo permito.

-Seis meses, no te pido más- suelta un suspiro- necesitamos tiempo, posiblemente de calidad por lo pronto. Es decir...

-¿La niña te estorba?

-¡Quiero sexo! contigo..- alza la voz suspirando- Y no haré eso con mi hija cerca.

-Nuestra- le corrige

-Sí, como digas, nuestra.

-¿Qué pasa?

-Me quita tu atención

Frunce el ceño al sentir su risa a su alrededor, si es verdad que se estaba comportando como una niña pequeña necesitada de atención, pero también es verdad que al tenerlo a su alrededor era eso. Para él ella era pequeña y le hacía sentir pequeña. Tan pequeña que solía ser humillante.

Quería a su hija lejos, extrañamente.

No por mala madre
No por odiarle
No por quitarle la atención
No por nada del otro mundo.

Era una bebé, la cual necesitaba atención en todo momento.
Y no era su momento de darle eso.

-¿Y qué?

-¿Seis meses?

-Seis meses

-Bien, como quieras.

Sonríe ante la imagen de verse solos, ¿dónde? en su cabeza la idea era lo suficientemente clara, no había forma de equivocarse al respecto. No, serían ellos. Solos. Por seis meses.

-Deja de verme así, necesitamos tiempo

-¿Solos?

-Solos y no jodemos más.

-Pero..

-Ya cierra el pico de una vez, Hades.

Lo observa mientras él mismo levanta las manos riendo, no iba a discutir en ese momento, no era lo ideal. Ni correcto.

Ángel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora