Ángel.

Epílogo.

Hades

La nieve decaía, ¿Dónde era que realmente se encontraba su mente? En busca de su amor, en busca de sus recuerdos y en búsqueda de una pizca de humanidad. ¿Cómo era que sufría cuando las cosas iban "bien"?, la nieve decaía por las ventanas de su recinto.
Había pasado la boda desde hace ya meses y salieron de Estocolmo dando un paseo exhaustivo por Londres. Ya no eran felices, no como pares.

Si fuera poeta relataría cada una de las acciones que vivieron en pares, que vivieron en una historia llena de recreaciones y problemas tanto emocionales como estructurales, si solo fueran una pareja estable podríamos hablar de todo el amor que derrochaban, pero no, no podemos hablar de lo que deja de existir de la noche a la mañana porque un amor que simplemente nace en un salón de clases el cual no es puro, una relación que nace desde sexo en un pupitre no es algo que perdure con los años.

No conozco el arte de la poesía porque si fuera poeta no estaría sentado en un escritorio escribiendo palabras tan mediocres a tus ojos. Londres, Madrid, Estocolmo. Muy lindo, muy lindo todo y muy linda tú.
Querría decir que somos tormenta y relámpagos, y que luego de mil tormentas saldrá como arte de magia un arcoíris, pero no.

No, no somos eso, no deseamos ser eso.
No somos una tormenta que cualquiera logre calmar porque las tormentas no se calman por alguien, no seriamos amor porque para ser amor se debe saber amar y nosotros no sabemos querer de esa forma. No, no existe un amor puro porque no sabemos hacer esto.

Si te fueras ahora mismo no te hablaría entre dientes
Ni mucho menos haría recelo porque merezco que me dejes.

He escuchado alguna vez el dicho "Las princesas no vuelan con dragones" o también "La princesa no se enamora del cazador" No somos bruja y espada, muchísimo menos algo correcto que deba existir porque tú eres paz y armonía, pero yo soy capaz de matar a quien se interponga por tu amor. No somos algo sano, y no vamos a discutir esto a momentos de nuestra separación.

¿Amor mutuo? ¿Realmente me puedes asegurar que existió eso si vamos a decir dejarnos a la primera complicación grave? Tres años, no, no te bastaron tres años para no dejarme, porque me odias, me desprecias de formas que jamás comprenderé.

No somos algo sano, mucho menos algo insano, no vamos a hablar de ser algo puro porque las leyes de la logística nos mataría si mentimos de esa manera.
Ay amor, no podemos disfrazar lo que ya no se puede ocultar.

Porque tú lo eres todo para mí.
Y yo simplemente soy el malo de esta historia de amor.

Levanta su cuerpo del escritorio, suponiendo la soledad de las habitaciones que anteriormente su antiguo amor había dejado pobladas de ilusiones y sueños por cumplir.

Observaba con detenimiento su escritorio con la nieve cayendo sobre el balcón, ¿Dónde esperaba acabar?

Arruino su oportunidad.

Su oportunidad de realmente vivir y perdurar un amor real con la persona que amaba
La oportunidad que pedirle matrimonio cuando menos lo esperaba. Aunque era un plan ridículo.

¿Ahora qué? Un simple usuario manco y plebeyo pidiendo la mano de la futura reina por decreto del rey de Estocolmo, una estupidez por más de que una hija fuera fruto de la relación de adolescencia.

Observa sus paredes deslizando una de sus manos sobre una de ellas mientras observa un espejo, al final del pasillo. Corre al sentir un golpe en la puerta principal.

Observa a su hija de pie, tenía una hija de trece años. Una niña puberta entrando en etapa de adolescencia, habían pasado algunos años desde la boda, años donde cada día decaía la relación de ellos.

Aclara su garganta suspirando, mientras su mirada se concentra en quien dejaba las llaves en un colgador pequeño mientras sonreía.

-¿Dónde está tu madre?

-¿Qué?

-¿Cómo que "qué"? ¿Dónde está tu madre?

-Papá...

La mira con suma atención esperando su clara respuesta, no la obtenía.

-Mamá, te ha dicho múltiples veces que jamás va a regresar.

-Eso ya lo veremos, toma tus cosas y sube al vehículo.

Toma las llaves conduciendo con destreza a las afueras de la ciudad donde se encontraba la residencia de la madre de su hija.
Entran a la residencia donde deja aparcado su vehículo, dejando bajar a la niña quien corre entrando al lugar, viendo a guardaespaldas correr detrás de la niña mientras entra al recinto. Sin problemas.

Ordena su traje a la hora de chocar con Vanessa, quien cruzaba el salón suspirando.

-¿Problemas en el paraíso?

-¿Qué haces aquí?

-Tenemos una hija, ¿lo olvidas?

Alza una ceja y suspira.

-Así como tú lo olvidaste.

-Yo jamás lo he olvidado

Observan a la niña correr por un pasillo y se alejan un paso, los rodea hasta dejarlos casi pegados
Vanessa ríe y toma su barbilla dejando un suave beso en el borde del labio.

-¿Crees que con eso me compras?

-A veces sí

-Bueno, me tengo que ir

-Suerte

-Esto es tuyo

Deja caer en sus manos unas fotos bastante reveladoras que mantenía con su actual prometido.

-Suerte en el paraíso.

-¡Eres un psicópata!

-¿Qué?

-¡Eres un maldito loco!

-Soy un loco que está dispuesto a dar todo por ti

-Y yo nada por ti

-Eso lo he tenido claro desde el día uno

-¿Cómo?

-Descansa, mi ángel.

Conduce en dirección a su hogar sin dejar rastro de sus palabras y mucho menos que ocurriría en un futuro, sus palabras eran abismos que nadie querría cruzar a menos de ser lastimado.

Y es verdad, nadie querría ser lastimado a propósito.
Exceptuando, este par.

FIN