El juego del calamar

Capítulo 4. Tal vez...

—Lo siento, lo debí hacerlo —me volteé ahora dándonos la espalda.

Me sentía nerviosa y tenía ganas de golpearme por lo estúpida que había sido. Me sentía como una completa idiota que no sabe lo que hace. Fue ahí cuando sentí que se sentó en la cama y me levanto, haciéndome sentarme sobre él. Me tense cuando acaricio mi cintura.

—Yo... —no dije nada, mis palabras se quedaron en el aire.

Él se acercó a mi y me beso. El tuvo el valor de besarme en los labios. Solté un jadeo cuando me presiono contra él, me moví lentamente mientras aun me besaba. Quería tenerlo ahora mismo, tan solo habían pasado dos días y quería que me tuviera, quería ser suya. Subió un de sus manos a mis pechos y apretó uno, era como si tuviera miedo de lastimarme, ya que lo hizo con mucho cuidado. Me moví aún más, pero me queje al instante cuando la herida en mi abdomen hablo.

—Agh —me queje.

—Podemos detenernos, no me quejare. Esta bien lo que tu decidas —dice no muy convencido.

—No, esta bien. Solo quiero que me folles —dije susurrando en su odio.

Se quito la camisa y sentí su cuerpo.

Carajo, está muy bueno.

Me quite la playera que tenia para dormir y me quede en ropa interior. Deslizo sus manos de mis pechos a mi intimidad. Me acaricio por encima de la delgada tela y me pegue a el en cuanto hizo contacto. Movió sus dedos con facilidad, masturbándome. Me recargué su pecho y comencé a soltar gemidos muy altos. Me sentía en el cielo. Cuando alguien toca la puerta y me hace brincar, tomo la sabana y me cubro el cuerpo. Estira su mano hacia alado y toma lo que creo que es su mascara y se la pone. La luz se enciende, y el hombre del cuadradito entra.

—Señor, tenemos problemas con los jugadores. Están matándose —dice mirándome.

—De acuerdo, voy en un momento.

El cuadradito se va y nos deja solos de nuevo.

—¿Es en serio?, ¿te vas a ir?

—Tengo que Chiara, tengo responsabilidades.

Se acerco a mi.

—Cierra los ojos por favor y no los abras hasta que yo te diga.

Cierro los ojos y el contacto de sus labios con los míos me sorprende. Quería abrir los ojos, pero el me dijo que no lo hiciera. Sus besos bajaron hasta mi cuello y ahí, succiono, dejándome marcas en ese lado.

—Puedes abrirlos ya —tenia la mascara ya colocada.

Me baje de encima de el y me acomode en la cama. El se levanto y se coloco su camisa. Y salió de la habitación.

Bae Su-ji — Líder

Me cambie de ropa y me coloque el traje de siempre. Sali hacia la sala de computadoras y cámaras. Mire todo lo que estaban haciendo, no eran mas que animales. Pero si querían que los trataran como animales, como animales los trataría. Di una orden de que los controlaran y todos entraron, disparando en el aire para que estos se calmaran. Alguien había abierto las celdas de los jugadores. Mire a todos los que estaban ahí, pero todo se notaba normal. Alguien había hecho algo sin mi orden o permiso.

No dije nada, solo me retire y regrese a la cama. Ella estaba ya durmiendo. Se veía tan hermosa. Las pequeñas heridas en su brazo estaban menos rojas por la infección, y la herida en su abdomen a un sangraba. Las luces se apagaron de nuevo y me acomode a su lado. Ella se volteo y me abrazo, sabia que esto no debía de ser. Tenia que hacer que todos los jugadores fueran iguales, pero no podía hacerlo con ella, no ella. No la dejaría ahí afuera para que esos animales la lastimaran. No dejaría que nadie la lastimara.