Christopher
Había follado a cientos de sumisas pero no estaba nada mal follarme a una prostituta, hacerlo de vez en cuando. Torturarlas. Me gustaba escucharlas suplicar.
—¿Cuándo nos veremos?—dice soñolienta la puta.
No follaba tan mal pero aún así estaba insatisfecho.
—No nos veremos más —respondí mientras ajustaba la corbata a mi cuello.
—¿Por qué?
—Porque me buscaré a otra puta que folle mejor que tú.
—Como quieras, cualquier cosa que necesites sabes dónde buscarme.
—No te buscaré, ahora lárgate.
Tomó sus pertenencias y se largó.
El teléfono sonó. Era Susan mi secretaria.
—Buenos días, señor Barber —murmuró—, su próxima entrevista está por comenzar.
—Estaré allí —dije y luego colgué.
Solo al estúpido de Nick se le ocurre publicar un maldito anuncio donde la empresa solicita un asistente personal.
Las entrevistas anteriores habían sido un desastre; ninguna de las candidatas tenía la experiencia necesaria, todas eran torpes e incapaces de seguir simples órdenes.
Hoy era la última entrevista que tenía agendada. Albergaba la esperanza de que, finalmente, encontraría a alguien competente para el puesto.
Jane
Tenía una entrevista de trabajo. Había encontrado una oferta de trabajo en una página web, como asistente personal en una empresa importante.
Salí en dirección a la cochera, abrí la puerta del piloto y me subí en mi auto, un Toyota Etios Hatchback Platinum AT blanco. Mi padre me lo regaló cuando cumplí la mayoría de edad.
Echó de menos a mi padre.
Salgo de Santa Mónica, California en dirección a Los Ángeles, California. Tan temprano y el tráfico es horrible.
Finalmente llegue a la sede de la multinacional del señor Christopher Barber, un empresario rico, dueño de los más grandes lujosos hoteles de los Ángeles, California. Un enorme edificio negro de veinte plantas, el edificio es de vidrio y acero.
El lugar supera mis expectativas
Las palabras "BARBER GLOBAL INC" resaltan en grande con un tono metálico dorado sobre las puertas de entrada son acristaladas.
Entro en el inmenso y extravagante edificio. Me quedo boquiabierta.
Del lado derecho, se encuentra un escritorio de recepción mármol blanco y negro con el logo del edificio. Ella me sonríe amablemente, una chica rubia, atractiva. Lleva una americana blanca y una falda blanca. Demasiado elegante.
—Buenos días, tengo una entrevista de trabajo.
—¿Cuál es su nombre?—me dice alzando las cejas.
—Jane Collins.
La rubia revisa su computadora comprobando las citas. Espero ansiosa frente a ella. Empiezo a pensar si fue buena idea aceptar está entrevista. El pánico me invade
—Sí, tiene cita con el señor Barber. Firme aquí, por favor, señorita Collins. El último ascensor de la derecha, planta trece.
Me sonríe amablemente, su sonrisa es linda.
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Pasión [En Proceso]
RandomJane Collins una estudiante recién graduada de periodismo se muda a la ciudad de Santa Mónica pero consigue una nueva oportunidad de empleo en un lugar bastante diferente. Luego de muchas entrevistas de trabajo, un empresario decide contratarla como...