-Henry es un gran amante de los dinosaurios -comentó Susan-. Es un niño muy curioso e inteligente.
-Lo es, es un chico muy inteligente y carismático.
-Un día él decidió jugar a ser un famoso arqueólogo y comenzó a cavar en nuestro jardín con ayuda de un pico de juguete y su peluche de un dinosaurio T- Rex como asistente -Susan ríe al recordar a su hijo jugando en su patio a ser un explorador-. Después de cavar encontró una bola de boliche vieja bajo de un arbusto.
-¿Es en serio?-solté una risa burlona.
-¡Sí!-exclama entre risas-. Vino hacía mí emocionado diciendo "Mamá he encontrado un huevo de un dinosaurio! ¡Mira que grande es!"
Reí.
Habíamos llegado al ascensor para dirigirnos a la planta baja. Oprimí el botón y en un par de segundos las puertas se abrieron y nos adentramos al elevador.
-Trate de explicarle que eso no era un huevo de un dinosaurio sino una bola de boliche pero él estaba convencido de que sí lo era y que pronto iba a salir de ese huevo dinosaurios de verdad.
-Quizás no saldrán dinosaurios de verdad pero saldrán pequeñas versiones de Henry.
Las luces del ascensor parpadearon un par de veces, fruncí el ceño.
-O quizás salgan velociraptor que solo quiere comer galletas o a nuestro perro, Bobby -Susan soltó una carcajada.
-Pobre, Bobby.
De pronto el ascensor da un ligero temblor. Algo no está bien.
-¿Notaste eso?-Susan habla.
-Sí, es extraño.
Suena un ruido extraño en el ascensor. Las luces se apagan por completo, después la cabina empieza a bajar velozmente, luego se detiene en un golpe en seco ocasionando que Susan y yo recibamos un fuerte golpe en la cabeza.
Todo sucede muy deprisa. Susan grita. Mi corazón comienza a latir muy fuerte y mi respiración es entrecortada. El ascensor se queda en absoluto silencio y en profunda oscuridad, solo nuestras respiraciones agitadas es lo único que inunda el lugar.
Me tocó la cabeza, sintiendo un dolor punzante y comienzo a sentir algo húmedo en mi cabeza.
Estoy sangrando.
-¿Estás bien, Jane?-susurra Susan, su tono de voz refleja que está claramente asustada-¿Jane, te has herido?
-Sí, estoy solo fue un pequeño golpe, no es nada grave -mentí-¿Tú estás bien, querida?
Decirle que estoy sangrando no ayudaría a la situación, entraría en pánico. Presiento que el ascensor se ha detenido por algo más que un simple fallo técnico.
-Eso creo.
-Tranquila -murmure más para mí que para ella-. Todo estará bien.
El silencio del ascensor nos envuelve, percibó una sombra en la oscuridad, es Susan, tratando de buscar cualquier cosa, que le brinde seguridad.
-¿Crees que haya sido un accidente?-musita.
Me falta el aire y comencé a temblar.
-No lo sé, pero mantengámonos en alerta, por si acaso. En dado caso de que algo más ocurra.
¿Debería contarle a Susan mis sospechas?
Susan en un ataque de desesperación comienza a buscar la manera de abrir el ascensor, jadea al intentar abrir las puertas, pero están no seden. Comienza a golpear las paredes con fuerza, me pongo de pie de inmediato y la tome alejandola de la puerta, pero ella se resistía.
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Pasión [En Proceso]
CasualeJane Collins una estudiante recién graduada de periodismo se muda a la ciudad de Santa Mónica pero consigue una nueva oportunidad de empleo en un lugar bastante diferente. Luego de muchas entrevistas de trabajo, un empresario decide contratarla como...