|CAPÍTULO 13|

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Christopher

Me encontraba en un callejón oscuro y estrecho de alguna de las grandes calles de Los Ángeles.

Observe a cada uno de mis hombres, rostros endurecidos por la determinación y la lealtad que ellos tenían hacia mí, su líder.

Nick estaba junto a mí, más cinco de mis hombres, apuntándole con una arma al grupo enemigo.

Nuestro grupo estaba vestido de trajes oscuros y elegantes, mientras tanto el otro grupo vestia grandes chaquetas de cuero negro, camisetas ajustadas y vaqueros desgastados.

El viento estaba cargado de tensión mientras nos preparábamos para el enfrentamiento. Nos entregábamos a una banda rival que había osado a desafiar nuestro territorio y nuestra autoridad. No podía permitirlo, no podía permitir que desafiaran mi autoridad.

Respiré profundamente, dejando que la adrenalina fluyera a través de mis venas mientras repasaba mentalmente nuestro plan.

Fui el primero en romper el silencio:

—Han pasado por alto mis órdenes y han invadido mi territorio —bufe—¿Creen que pueden meterse conmigo y salir impunes?

Zion río con malicia, el líder de la banda "La hermandad oscura". Sus seis hombres también reían, siguiendo a su Amo como unos verdaderos perros.

—¿Te crees el intocable, Christopher?—escupió a un lado saliva—. Esté ya no es tu territorio, te lo hemos quitado así como tú no has arrebatado nuestros territorios y empezaste a traficar drogas.

Reí.

Ni lo sueñes cabrón.

—No tienes la menor remota idea en lo que te estás metiendo, Zion —grite.

El choque fue inevitable, y el caos se apoderó del lugar. Mis hombres y yo nos lanzamos hacia adelante, disparando con precisión mortal. La adrenalina ardía en mis venas mientras luchaba con ferocidad, liderando a mis hombres en la batalla.

El sonido metálico de las armas chocando llenaba mis oídos mientras luchábamos con ferocidad. El sonido de las armas era música para mis oídos, era saber que mis enemigos pagan sus atrocidades con la muerte.

Cada movimiento era calculado, cada golpe dirigido con precisión mortal.

¡Malditos engendros del demonio!—aulló uno de sus hombres al ser apuñalado por mí.

Uno de sus hombres se acercó hacia mí, listo para golpearme, lo esquive y le lance una apuñalada directo en la cara, él hombre retrocedió y se preparo listo para pegarme un golpe en el estómago que me agarró de sorpresa, tropecé y caí.

Él hombre aprovecho la oportunidad para apuñalarme el rostro, conmocionado por la situación me apresure a sacar mi arma que se encontraba en mi bolsillo, recargue el arma y le dispare en la pierna.

—¡Hijo de puta!

Patee su cuerpo con mi pierna y cayó al suelo, tocando la herida que acababa de provocarle.

Me puse de pie y mire a mi alrededor, ví a mis hombres no rendirse y matar a los del enemigo opuesto, ví a mis hombres caer y volver a levantarse.

Fueron hombres entrenados para ser fuertes, en ellos no había ni una sola pisca de debilidad solo para la determinación de sobrevivir y prevalecer.

Fueron criados para ser hombres fuertes en el mundo de la mafia.

El sonido de la violencia llenaba el aire, los gritos y las súplicas de mis enemigos.

Pasión [En Proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora